Por Paula Mendieta

La mala racha para la empresa Sinta continúa, pues se le han ido dos toreros este mismo año. El último en decir adiós ha sido el joven y próspero novillero Jesús Mejías, con el que Toros de Lidia hemos tenido el gusto de hablar.

Parecían cuajar las cosas a la perfección cuando les vimos tan unidos aquella tarde de su debut en la plaza de toros de Cenicientos, propiedad de dicha empresa. Era Semana Santa y resucitaba un Jesús con mucha hambre de triunfo y con fuertes expectativas para sus apoderados, pues se llegaron a plantear una posible presentación en Madrid esta próxima temporada a sabiendas de su corto rodaje con picadores: “Todo tiene su principio y su final. Las cosas están complicadas y bueno, ha sido una ruptura amistosa y de mutuo acuerdo”.

Jesús Mejías es consciente de la dificultad que conlleva no ir de la mano de un mentor que le pueda quitar todo hierbajo del camino pero aún así: “las expectativas son las mismas que tengo y he tenido en la cabeza siempre. El triunfar cada tarde. Y como siempre han dicho, el mejor apoderado es el mismo torero. Así pues me iré haciendo hueco y a esperar que alguien se interese por mi”.

Pero está claro (o debería de ser así) que Madrid no se va a convertir en humo aún sabiendo que las puertas de Las Ventas se le van a tornar un poco más: “la posibilidad de ir a madrid sigue ahí. La preparación está siendo la adecuada como para ir y a cualquier plaza. Solo queda que me den la oportunidad.”

Y aunque una ruptura de apoderamiento para un novillero siempre es algo alarmante, como bien dice el refrán “El que nació pa toro, del cielo le caerán los cuernos”: “no tengo a nadie en mente de momento y lo que puedo pedir de un mentor es lo que cualquier torero pide, que me hagan las cosas correctamente, que me cuiden y que miren por mi y por mi futuro”.