Era una de las ganaderías mas esperadas por el aficionado al toro bravo, como en todas las ferias que la vemos anunciada. Pero lleva un tiempo que ya no echa los toros de antaño, ¿que está pasando?. Unos hablan que es por refrescar la ganaderia, pero en realidad no sabemos el por qué, solo sabemos que no está cumpliendo con lo que se exige a una ganadería de estas características. Salieron seis novillos desiguales, sin fijeza, mansos y sin casta, nada que ver con los míticos ibanes.
Lo mejor de la tarde lo puso Carballo, siempre atento a la faena y demostrando ser un gran director de lidia. Fue el único que recibió una ovación, los otros dos novilleros fueron silenciados.

Carballo recibió sus dos novillos poniendo todo de su parte, pero sin mayor éxito. Abrió la tarde Bastonito, novillo deslucido y manso, Juan Carlos Carballo intentó por ambos pitones sacar algo del novillo sin suerte. La espada esta tarde mejoró, pero tampoco del todo. Estocada caída, muy caída.

En el cuarto novillo tampoco Carballo tuyo mayor suerte, igual que su hermano de condiciones, Carballo hizo una faena sin más, intentando lucirse sin éxito. Pinchó con los aceros, pero recibió una ovación por su honradez. Lo mas destacable fue el tercio de varas a este novillo, que se arranco a la segunda vara.

Lo que no entiendo es como Antonio Grande está presente en casi todas las ferias sin decir absolutamente nada. Le tocaron dos novillos que tampoco eran de éxito, pero que menos que ponerle ganas. Su primer novillo llegó sin ganas a la lidia y Grande poco tenia que hacer con el. El quinto de la tarde, con la cara arriba, tampoco le dejó muchas opciones a Antonio Grande. Silenciado en ambas faenas.

El turno era para El Rafi, y no tuvo ninguna suerte tampoco con los novillos, que eran iguales que todos sus hermanos. En su primer novillo se lució con el capote, pero con la muleta no terminó de decir nada. Eso si, con el novillo que cerró la tarde, Rafi pasó deprisa por el ruedo, sin querer complicaciones.

Ni los novillos ni los novilleros era lo que nos esperábamos de esta tarde.

Por Marta Tejera