Las Novilladas son la cantera, es decir, la explotación taurina por antonomasia, en la que se obtienen profesionales y figuras del toreo, y gran parte de  la industrialización taurina. Ciertamente es una explotación en pequeña cantidad, aunque el conjunto de ella representa, probablemente, el mayor “mundo” de la minería taurina: alumnos, becerristas,  novilleros, etc.

Es una responsabilidad de muchas personas tanto físicas como jurídicas, con un cierto grado de influencia en la sociedad por los cargos que ocupan, y de muchas Instituciones de diferente índole el que los Novilleros que quieren participar en Novilladas, Festivales, Festejos y Espectáculos Taurinos puedan esculpir en continuidad con lo realizado hasta la fecha su talento dado, que estos, representan la semilla del árbol del toreo. Es una responsabilidad y al mismo tiempo  es una pre-ocupación principal que supone mejorar las condiciones de este tipo de Actos Taurinos en los que se juegan la vida y el sueño desde los puntos de vista reiterados; siendo muchos los frentes a abordar y a examinar, naturalmente el económico, el sanitario, el académico, el social, el político, y el organizativo.

Los ladrillos y el material para construir el edificio sobre roca y garantizar el presente de la Fiesta Nacional son:

Las Escuelas Taurinas: En cierto sentido son el seminario o semillero  de los futuros profesionales  taurinos. El seminario es una casa de formación para adolescentes y jóvenes, que de manera voluntaria y aceptada por el profesorado y director de las que depende, inician un itinerario de formación que los conduce al Toreo Profesional. Las Escuelas no son autosuficientes por muy influyentes que sean, no se bastan a sí mismas. Ciertamente necesitan de Cánones, de Reglamentos, de fuentes influyentes empresariales, administrativas,… para considerar y trabajar por el bien de los Novilleros y promocionarlos directamente. Las Escuelas necesitan la cooperación de todos, desde las más pequeñas e insignificantes empresas, asociaciones, peñas, ayuntamientos hasta las más grandes y poderosas fortalezas de la sociedad tanto en sus entidades como en sus comisiones para poder pronunciarse y llevar sus programas adelante con éxito. Las Escuelas son el alma,  y sin alma no se puede vivir.

Los Novilleros necesitan la implicación de todos los sectores,  concretamente, y cada vez más, de orden de Gobierno-político para asegurar el devenir de sus cualidades y del oficio adquirido que apunta, a través de Novilladas, a las Corridas de Toros como objetivo esencial, ya que si Ferias de ocasiones y de oportunidades de plata y de oro novilleril  todo se paraliza. No es proporcionado con que sean buenos aficionados ni siquiera es bastante que se ejerciten  por medio de clases prácticas, toreo de salón, forma física, entrenamiento, certámenes, bolsines, tentaderos y un sinfín  de cosas más que en muchos casos sirven para tenerlos entretenidos pero no para formar Matadores de toros. Nos tenemos que tomar en serio su Formación y esfuerzo para promocionarlos, potenciarlos, disciplinarlos, impulsarlos, vivificarlos y sostenerlos convirtiéndolos gradualmente en Profesionales y Toreros de provecho.

Los Ayuntamientos: Esta corporación municipal  en muchos casos se ve sin defensa y sin saber muy bien cómo enfocar todo esto para poder realizar y encauzar  en sus pueblos,  dentro de sus pocas  subvenciones,  y en sus plazas en muchos casos de tercera o cuarta categoría y portátiles certámenes, tentaderos públicos, y novilladas por “mas deseos y buena voluntad que tienen”. Necesitan de un Foro iluminador y esclarecedor que en vez de hacer nudos los deshaga, que los establezca un ordenamiento previo y en acto que favorezca económicamente a través de contratos, seguros y gastos,  dejando las menos,  (deudas posibles) ,  que se puedan realizar estos Actos Culturales. Los Novilleros y la Fiesta Brava en concreto en los pueblos, grandes y pequeños, se juegan mucho o todo.

Los Novilleros en el tiempo actual se quejan con razón o sin ella ( quiero pensar que siempre con razón ) de que se les considera poco cuando ya no pertenecen a una Escuela, de que hay muy pocas oportunidades y ocasiones para expresar al torero que vive en ellos. Durante el tiempo en que se vieron “arropados como embriones” por la Escuela Taurina los resulto más fácil torear y participar en actos taurinos pero,  pasito a pasito, a la vez que se iban desprendiendo de la Escuela con su carnet se lo fueron poniendo con más trabas para volar. Ya sabemos aquello de “pájaro que vuela a la cazuela”. Es una pena pero así es.

Los Novilleros con o sin caballos que ya no pertenecen a ninguna Escuela, en muchas ocasiones no saben a dónde recurrir porque son tratados indebidamente en las formas por parte de empresas, ganaderías,   asociaciones,  e incluso de ayuntamientos. En las famosas – y menos famosas- Ferias de Novilladas no todos los Novilleros que aspiran participar en ellas son tratados por el mismo patrón de conducta  ni tienen las mismas oportunidades y facilidades. No se abren puestos para aquellos Novilleros que tienen menos recursos e incluso que no tienen Apoderado ni ninguna casa que los respalde para acceder a torear, ni siquiera para participar en un Tentadero público o privado. Los Ganaderos celosos de sus reses no admiten a personas sin un Nombre y sin un próximo cartel. Los Novilleros, llenos de sueños por ser Figuras del toreo, si no es por dinero o por un respaldo constante y un buen Apoderado no tiene oportunidad ni ocasión para torear. ¿Novillero que no torea que es?  Este “mundo” hay que protegerlo para no llegar a realizar,  sin querer, un “aborto natural”.

Hay que trabajar en unidad, en actitud de lucha y de defensa, no tanto de las Novilladas sino de los Novilleros promocionándolos y defendiéndolos para que tengamos Figuras del Toreo y Profesionales tanto en el presente actual como en el incierto futuro.

Por David Benavente Sanchez