La plaza de toros de Vic-Fezensac, en el suroeste francés, es uno de los feudos del torismo en Francia desde 1929. Esta última feria de Pentecostés ha deparado un número de triunfos que no es habitual en este coso. Varios factores lo justifican. Una gran corrida de Cebada Gago, bien presentada, sin excesos, en el tipo, pareja, con algunos toros bravos hasta su muerte. Al torero landés Thomas Dufau le tocó un gran lote que le permitió cortar sendas orejas y salir a hombros.

La corrida concurso deparó espectáculo, tanto en varas como en la muleta. Sin embargo hubo toros  picados en exceso que después de tres o cuatro varas llegaron desfondados a la muleta.

Asimismo, la obsesión por colocar a todos los toros de lejos alargó mucho el espectáculo y resultó pesado, sobre todo cuando el toro no va. Los aficionados toristas disfrutaron con un toro vibrante pero complicado de La Quinta, personalmente me gustaron mucho mas los ejemplares de Flor de Jara y sobre todo el de Los Maños, bravos en todos los tercios y con unas embestidas que no supieron aprovechar tanto Domingo López Chaves como Alberto Lamelas.

La corrida de Pedraza fue grande, muy grande, demasiado., con hechuras casi de cabestros y por tanto dificiles de meter en la muleta. Respondieron en el caballo, casi todos se encelaron en las monturas y algunos fueron nobles, suavones. Triunfó Daniel Luque con un lote arisco haciendo gala de una técnica prodigiosa, con la mente despejada y un sitio apabullante. Les cortó dos orejas de mucho peso.

En el aspecto novilladas, frente a unos serios ejemplares de El Retamar, el francés Dorian Canton demostró estar listo para la alternativa en Bayona y en la de sin caballos entusiasmó un chavalín de Chiclana, con un gusto extraordinario : Cristian Parejo.

En la parte negativa, la corrida de Dolores Aguirre, también excesivamente grande, resultó mala de cabo a rabo. Hemos de señalar que hubo menos público en este ciclo y sobre todo muy poca gente jóven. Aquello parecía un congreso del Inserso. Habrá que tomar medidas porque sino esto se acaba. Miles y miles de jóvenes de fiesta por las calles de Vic y tan solo algunas decenas de ellos se acercaron a la plaza.

Por Antonio Arévalo