Por Manuel Sotelino, Foto – Román Ríos

Se han lidiado toros de Nuñez del Cuvillo,justos de hechuras y cabezas. Noblotes y sosos. Aplaudidos tercero y sexto.

El Juli, oreja y ovación.

Alejandro Talavante, silencio y silencio tras aviso.

Roca Rey, dos orejas y dos orejas y rabo.

Incidencias.- Casi lleno en tarde agradable.

El Juli llevaba nueve años sin pisar la plaza de Jerez. Su tarjeta de presentación tuvo lugar con un recibo de capote a la verónica con una media buena. El quite lo hizo por chicuelinas apretadisimas. El toro fue noblote sobre todo por el pitón derecho. Y El Juli lo corrió con la diestra en dos series de manera templada y mano baja. Muletazos largos y cadentes. Con la izquierda no hubo sintonía. Colocó un espadazo arriba, un descabello y cortó una oreja.

Su segunda labor fue voluntariosa. Muchos muletazos pero sin llegar a despegar. Con algunos compases destacables de mano baja toreando en redondo. Estocada muy trasera casi entera y cinco descabellos.

Alejandro Talavante no le cogió el son a su primero. Estuvo siempre fuera de cacho y con probaturas que no llegaron a buen puerto. Una casi entera y silencio. Su segundo del lote no lo quiso ver.  El público le ofreció una pitada de enfado. Estocada baja.

Roca Rey a su primero le hizo un variado de suertes en un quite muy apretado.  Chicuelinas, tafalleras y una gaonera inverosímil por achicar tanto los terrenos. La apertura de su trasteo de muleta lo hizo con pases cambiados por la espalda. Uno increíblemente apretado.  Después vino el toreo en redondos y dos series con la izquierda largas y templadas.  El toro era nobilísimo. Obediente y pastueño. Tanto que dejó que el peruano hiciese a su antojo. Bernadinas finales y estocada entera. Dos orejas y palmas al toro en el arrastre.

El sexto de la tarde tuvo cierta movilidad que Roca Rey supo aprovechar.  En los medios, el torero le condujo las embestidas con temple sobre todo con la diestra. Con la izquierda enjaretó una serie templada y larga. Muy buena. Dejo atrás los efectismos para torear con templanza y despacio. Tandas que fueron a las sobresaliendo magníficos naturales. En definitiva una faena maciza. La tarde era suya. Estocada en la yema y máximos trofeos.

 

Por Manuel Sotelino (Jerezania.com)