“Voy a lo de Roque” una de las frases típicas del campo bravo jienense, que llevan repitiendo los aficionados desde el año 1972 cuando D. Roque Jiménez  adquirió  60 vacas y un semental de la ganadería de Doña Ángeles Gallego, antes de D. Joaquín Rodríguez Babe, puro parladé vía Gamero Cívico gracias a la adquisición en 1977 de 2 sementales  vía Jimenez Pasquau puros Samuel Flores. En el año 84 por fallecimiento la ganadería pasa a ser dirigida por los hermanos José Luis y Juan Francisco, hasta el año 2001 donde D. Juan Francisco Jiménez pasa a ser propietario en solitario.

Una carrera de fondo, marcada por una afición al campo bravo digna de elogio. Hoy en día son 126 madres y 5 sementales los que pastan en la finca “Pedro Tito” de Santisteban del Puerto, puros “gameros”, que exhiben su fiero carácter orgullos por su territorio, muy ariscos de miradas indiscretas. Reses muy activas, con mucha personalidad, y de difícil manejo, ponen a prueba al entusiasta ganadero.

Conocidos como «los CUADRIS de Jaén», sus toros presentan una impresionante caja, con una gran papada, y con unas defensas muy desarrolladas. Juan Francisco, siempre intenta buscar esa bravura, encastada que ponga a prueba al torero. Veterinario de profesión y amante de la genética, tiene especial interés en la Ley de Mendel, para buscar la pureza, sin llegar a la consanguinidad y perfeccionar la bravura.

Amante de la integridad, de los cánones, y con una mirada de nostalgia a la década de los 70 y 80, afirma sin titubear “Aquí no se cobra por tentar”. Con las ideas muy claras de lo que quiere, y de lo que es la bravura, sus toros pasan una selección a la antigua. En la plaza, una vaca si mira a tablas… no vale, síntoma de mansedumbre. Una estricta selección, donde el caballo juega un papel protagonista, con un mínimo de 5 varas, siempre buscando la alegría, el tranco, el empuje, e incluso la fiereza. Una plaza de tientas con personalidad propia, que rezuma aires del norte, donde el albero ha sido sustituido por tierra negra.

Castucia” una palabra propia, de la casa de los Jiménez, que fundó el padre del actual propietario, D.Roque, y sirve para denominar a las reses que no tienen mucha calidad, pero tienen mucha casta. Para lidiar sus toros hay que tener los 5 sentidos, y mucha actitud. Siempre el ganadero busca que sus animales tengan raza, y que transmitan emoción al tendido, con prontitud, casta y bravura. Unas 30 eralas pasaran la prueba esta temporada 2020, para ver si realmente son aptas para ser madre, de esta exigente ganadería.También cuenta con 40 erales que seguro que darán mucho que hablar  en las plazas.

Fuerza, tesón, afición, convicción, conocimiento y esfuerzo son algunas de las características que mejor definen el trabajo de estos años de Juan Francisco, siempre intentando luchar contra todo pronóstico ante la adversidad, el ostracismo y la marginación. A su lado siempre Sebastian Fernández, mayoral (emérito) ilustre de la ganadería, que desde muy joven ha ayudado a este joven ganadero a crecer en el mundo del toro. Parece que muchos toreros no están dispuestos a torear bravura y variedad, dilapidando con sus decisiones a muchos ganaderos del encaste minoritario que luchan por sobrevivir y defender sus valores.

Tradición de época, ante una vida dura, con la humildad con bandera, siempre ilusionado de que el futuro depare algo bueno, y que el bastión francés se pueda acordar de sus “Cuadris de Jaén”.

Por Juanje Herrero

Fotografía JCarlosJF