Rubén Pinar salió por la añeja Puerta Grande de Utiel, que cumplía 160 años, tras imponerse a un desigual lote de Victorino Martin a base de técnica, pulso y agallas. Jesús Duque, que dio una vuelta al ruedo y Alberto Gómez, ovacionado en su lote, completaron una tarde que vivió su mayor momento de tensión cuando el tercer astado saltó de forma espectacular al callejón, llegando casi a los tendidos.

Comenzó de manera soberbia Rubén Pinar cuajando al primero de Victorino Martín con la mano izquierda. El de Albacete supo administrar al noble cárdeno que abría plaza y consiguió ligar tandas de mucha importancia. Tras una estocada que necesitó descabello cortó la primera oreja de la tarde.

Tuvo recompensa su esfuerzo ante el cuarto de Victorino, que no le dio la más mínima esperanza de triunfo tras la primera tanda de muleta. Rubén confió y a base de orgullo y templanza consiguió cortar un trofeo que, sumado al que consiguió en su primero, le abrió la Puerta Grande de Utiel.

Vibrante fue comienzo del tercero de la tarde, cuando nada más salir de chiqueros saltó de forma espectacular al callejón llegando casi a los tendidos. Lo paró Jesús Duque con oficio, siendo ovacionado desde el primer momento. La plaza valoró su técnica y disposición con la muleta y le obligó a dar la vuelta a ruedo.

Con su segundo se gustó, el astado tuvo movilidad y transmisión, y el valenciano lo supo ver desde el principio. Por ambos pitones dibujó una gran faena que solo el acero diluyó. Saludó una ovación desde el tercio.

El quinto de la tarde facilitó a Alberto Gómez una labor en la que se mostró firme, gustándose al natural por ambos pitones y haciendo humillar al deVictorino Martín. Muy decidido el valenciano ante el segundo de su lote, un serio cárdeno que le permitió ligar series de gran calado en los tendidos. Los aceros empañaron una faena que quedó en una fuerte ovación.

Alberto se sobrepuso con oficio a las circunstancias y consiguió dejar dos series con la izquierda que cambiaron la opinión de un público que pitó de salida, por su trapío, al que fue segundo de la tarde. Fue ovacionado.

 

Fotografia Álvaro Martín