¿SABÍA USTED QUE el primer paso para el peto del caballo de picar se dio en Jerez de la Frontera en 1877?

2019-05-26T10:04:47+02:0026 mayo, 2019|Curiosidades|

Por Manolo Herrera

Muchos fueron los caminos recorridos hasta que el peto de los caballos de picar se instituyó de forma definitiva para protección y defensa de equinos y montados. Y muchos más trayectos se han dado hasta la última disposición relativa, como se recoge en el artículo 65 del actual Reglamento de Espectáculos Taurinos, que regula los pesos de los petos y composición de los mismos.

El primer paso se dio el 10 de septiembre de 1877. La Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Jerez de la Frontera, hizo público un documento en defensa de los caballos de picar. El escrito en cuestión aboga “por la injusticia, crueldad y la inutilidad del tratamiento a los que se someten a los caballos de picar”.

El primer modelo de peto -llamado de libro, por llevar unos pliegues- fue ideado por el matador de toros Enrique Vargas “Minuto”, en 1917. Se probó en las plazas de toros de Alicante el día 19 de marzo de 1917 cuatro novillos de Aleas, para “Cantillana” y Gaspar Ezquerdo.

En Madrid, el 18 de septiembre 1917, a puerta cerrada, se hizo de nuevo el ensayo con un toro de Pérez Tabernero, tomó cuatro puyazos y por defectos del material o del diseño mató dos  equinos antes de ser estoqueado por “Chiquito de Begoña”.

Esta prueba no dio  los resultados que se pretendían, siendo desechada la idea.

El general Miguel Primo de Rivera, que por aquel entonces llevaba las riendas como jefe del Gobierno, tras un golpe de estado. Por Real Orden de 12 de mayo de 1926, firmada por el ministro de Gobernación y decretada por el Presidente del Consejo de Ministros, se designa una Comisión, que englobe a todos los estamentos para “que estudie y proponga la forma de reducir el riesgo a que son sometidos los caballos en las corridas de toros”.

El 10 de junio de 1926, reunida la Comisión, formada por: el duque de Veragua, por la Sociedad de Ganaderos; el señor Fraile, por los empresarios; Esteban Salazar, por los matadores; Poli, por los picadores; Palacio Valdés, por la Asociación de la Prensa; y el señor Páez, por la Sociedad Protectora de Animales. Se tomó el acuerdo de abrir un concurso, que habría que finalizar el 31 de enero de 1927, para presentación de los petos de los caballos.

Por primera vez se ensayaron en Murcia los petos protectores. Tuvo lugar la prueba en la novillada celebrada en aquella capital el 9 de enero de 1927. El cartel lo componían: novillos de Aleas, para Pepe Iglesias, Andrés Mérida, “Fortuna Chico” y López  Aroca. Fue ensayado el n. 10, presentado por la Asociación de Picadores. El primer caballo que estrenó el peto fue muerto de una certera cornada.

En Madrid se celebró la primera prueba de petos en la novillada de 6 de marzo de 1927. Cartel: 6 novillos de Moreno Santamaría, para “Gitanillo de Triana, Carlos Sussoni y Ramón Corpas. En la primera vara feneció el caballo que llevaba el peto n. 2. Seis caballos murieron esa tarde.

La Comisión decide que, desde esta fecha y hasta el comienzo de la temporada de 1929, se continúe ensayando, con carácter obligatorio, modelos de petos en las corridas de toros y novillos que se celebren en las plazas de primera categoría. Los petos debían ajustarse a las características de los examinados y aprobados con los números 2, de Esteban Arteaga; 3, de viuda de Bertoli; 4, de Manuel Nieto Bravo y 5, de Esteban Arteaga.

Casi dos años después, el 7 de febrero de 1928, de aquel primer impulso del absolutista Primo de Rivera, se dictó la Real Orden número 127, sobre la protección  de los caballos en la corrida de toros, la cual, dispuso que: “A contar del día 8 de abril, y con carácter provisional y hasta el año 1929, será obligatorio el uso de los petos defensivos de los caballos en las plazas consideradas de primera categoría”; es decir, las de Madrid, Sevilla, Valencia, San Sebastián, Bilbao, Zaragoza y Barcelona.

En un principio, el resto de las plazas el uso de los petos era potestativo, a juicio de la autoridad gubernativa; sin embargo a partir del día 13 de junio de este mismo año, se hizo extensivo y obligatorio a todas las plazas de España.

El día 8 de abril de 1928, en la plaza de toros de Madrid, en la corrida de Pascua de Resurrección, se usaron ya, con carácter obligatorio y definitivo, los petos protectores de los caballos.

El peto fue en sus primeros años, una defensa que respondía a su significación de armadura para el pecho. Después el peto ganó en extensión y cubrió la parte trasera del caballo, y durante décadas de los cuarenta y los cincuenta, fue modificando antirreglamentariamente. Cada aumento de tamaño de la defensa de la cabalgadura trajo consigo una mayor impunidad para la acción del picador. El crecimiento del peto ha significado progresivamente la reducción del arte del varilarguero.

A partir de esta modificación, la fiesta de los toros no volvió a ser igual. La orden, dictada por el general Primo de Rivera, marcó un antes y un después en la historia del toreo.

¿LO SABÍA USTED? Perfecto. ¿NO LO SABÍA? Pues ya lo sabe.

Ir a Arriba