Soy de los que piensan que es mejor no escribir en caliente, ni lo primero que se te pasa por la cabeza. Tomar una pausa, distraer la mente de lo que acabas de ver y luego dar rienda suelta a las teclas. Antes las crónicas se escribían de un día para otro, siempre se entregaban antes de las 00.00 de la noche,  para que estuvieran en la edición del día siguiente. Algunas revistas siguen haciendo este sistema, lo más normal en prensa de papel. Suerte la suya… tiempo tienen para digerir y debatir lo que en el ruedo ha acontecido.

Tarde de “no hay billetes” en Valencia, un cartel muy del gusto del aficionado Valenciano, y con la alternativa por todo lo alto de un paisano, Jesús Chover. Hoy me ha dado por los refranes. Que sabio es el refranero popular y cuánta razón tiene. Empezaremos por lo de “Tarde de expectación, Tarde de decepción”. Pues sí, estoy decepcionado, por varios motivos que a continuación os voy a relatar humildemente.

Uno va a los toros a emocionarse, a ver algo de verdad, algo de bravura, respeto y una serie de valores que hizo de la tauromaquia un espectáculo de masas. Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas. Aunque de eso, nuestros dos “monstruos del toreo”  –El Juli y Roca Rey- saben poco.

Los toritos de Victoriano del Rio decían más bien poco, con falta de fondo y poquito pitón, – se dejaba entrever en el tendido que venían tocados- , – salvo un sexto que fue un toro bien armado- nobles y con poca clase, alguno empujo un poco en el caballo, no se sabe si por el genio o por algún chispazo de casta. La suerte de varas está condenada, y con toros tan justos, que si reciben un puyazo en condiciones y se paran. Mucho más. La búsqueda del “toro artista” es lo que tiene, que condena la bonita suerte del tercio de varas. Roca Rey incluso dejo a su primero crudo, con dos picotazos, tal cual como lo leen.

Jesús Chover tomo la alternativa de manos de Julián López, -la numero 38 que concede el matador- , tenía ganas por agradar y salir reforzado, pero hasta ahí. Lo único que tuvo la faena fue un cumulo de malas decisiones, una mala lidia, un mal tercio de banderillas, un mal inicio de faena, en definitiva no estuvo fino el Valenciano con su público mirando. Me encantaría decir que aquí hay un torero, porque nos hace falta sangre joven, pero no creo que tenga mucho recorrido. En su primero, el toro que tuvo algo de transmisión y nobleza, no le supo sacar faena. “Perfilero” y sin la lección aprendida, dejo un agrio sabor de boca. No creo que en su carrera vuelva a figurar en un cartel así. Tal vez me pase de listo, pero le espera años en el desierto y el único que lo podrá levantar será el encaste minoritario.  Mato muy mal, 2 bajonazos 2,  pero igual que sus compañeros de terna. Vuelta y Silencio.

Julián López venía a Valencia con ganas de reivindicarse delante de Simón Casas. Todo quedo en eso, un intento que no fructífero. Presiento que meterá una temporada al congelador a los de Victoriano del Rio. “El Juli” se destaca por ser una de los percusores de la tauromaquia 2.0 y buscar el toro artista, que cría Garcigrande a su medida y bajo su total supervisión. Conoce mejor la ganadería que el mayoral. Al no tener el toro que le gusta, pues apenas le interesa sacar faena, total no se juega nada. Lo poco que toreo fue muy en su estilo, “patita” retrasada, cogiendo el toro a mitad, alargando el muletazo hasta sacarlo de suerte y vuelta a empezar. Dos julapies marca de la casa. Parece mentira que con las veces –Algunos toreros retirados- que le han ofrecido a corregir la suerte suprema y no haya aceptado nunca.  Silencio en ambos.

Andrés Roca Rey es el mejor ejemplo del siguiente refrán: “más vale caer en gracia que ser gracioso”. Pues bien, este refrán se le puede aplicar al joven torero. Nadie le dice nada porque es incapaz de poner al toro en suerte, siempre lo deja mal y al relance. Un costumbre muy fea la que ha cogido este torero, es incapaz de llevar al toro y dejarle en suerte como manda los cánones. Dispone de un capote variado para aplicar dicha suerte, y darle la importancia que se merece al tercio de Varas. Estéril seria decir que debe buscar un poco más el toreo clásico y dejar ese toreo barato. Lleva gente a la plaza y con eso está todo perdonado. Digamos que es el mejor, que tiene la gracia de Manolete, y el pellizco de Camino. No puedo decir tal cosa… no porque realmente todavía está sin hacer por mucho que se empeñen ciertos medios y algún funcionario que es el mejor. Tiene una virtud, la valentía, pero no tiene más. Incapaz de innovar o variar de faena. Incapaz de parar, citar, templar y mandar. Toda la faena al hilo del pitón, toreando lineal, sin bajar la mano, sin intentar colocarse, sin cruzarse. La temporada pasada en alguna faena suelta sí que dio muestras de un toreo más pausado y con poso, pero las malas costumbres cuestan mucho quitarlas. Capacidad tiene, también fama para ser un ejemplo, pero me da que acabara toreando como ahora, hace bien… nadie le reprocha nada. A la hora de matar, no estuvo fino, el de su quinto toro fue un bajonazo bochornoso. Corto un total de tres orejas y salió por la puerta grande.

Dicen que si consientes mucho a un niño de pequeño luego es más difícil educarlo de mayor. Si continuamos aplaudiendo el «pegapasismo» más radical, nunca podremos disfrutar de lo mejor del toreo. Una tauromaquia tan ventajista no es dignificar los valores del mundo taurino. Ni honrar a tanta gente que murió en el ruedo.

 

Por Raul Muñoz

Fotografia Arjona