Este año en el corazón de la afición flamenca hay una fecha grabada en el alma, el 2 de Julio de 1992 el cante se quedaba mudo mientras se despedía a José Monje Cruz, Camarón de la Isla. Se cumplen 25 años de esta partida prematura e intensa, de luces y sombras, de genio y figura.

José fue un niño aficionado a los toros, casi se podía decir, obsesionado por el toreo. Junto con su compañero de fechorías, Alonso Núñez “Rancapino” más de una vez se metían en alguna finca y jugaban a ser toreros. Anécdotas como la de cantarle a Manuel Benítez “El Cordobés” unos fandangos a cambio de unos duros avivaban la llama de su afición torera.

Camarón ganó el primer premio del Concurso de Cante de Mairena del Alcor en el año 1966 y después se marchó a Madrid, allí comenzó su andadura como profesional en el tablao Torres Bermejas durante 12 años y grabó sus primeros discos junto a Paco de Lucía; sin embargo, su cambio de residencia y su nueva vida no le hizo apartarse del mundo taurino. Todo lo contrario.

Camarón continuó guardando sus amistades y amplió el círculo con nombres como José Mari Manzanares o Curro Romero. Fue el rejoneador Juan Jiménez quien organizaba días de capeas y comilonas en su finca de la Costa del Sol en la que convivían las figuras; de esas reuniones surgió la idea de un festival en las fiestas de San Pedro de Alcántara, Marbella.

El 19 de Octubre de 1975 en una plaza portátil debutó “El Camarón de la Isla” junto al rejoneador Juan Jiménez, Miguel Mateo “Miguelín”, Antonio José Galán, su hermano Alfonso Galán y Curro Romero que finalmente causó baja por gripe. Seis toreros para seis novillos.

Hubo un “pre-acuerdo” para que el novillo más pequeño lo toreara Camarón de la Isla, pero por error ese novillo salió antes de su turno a la plaza, por lo que José se vio obligado a torear a un novillo de dimensión y fuerza más considerable de lo que esperaba. Con la plaza llena de curiosidad por ver al cantaor torear, José Monje, que se vistió en la casa de Juan Jiménez y que apenas habló durante ese día; hizo su paseíllo, salió a torear, mató a su toro y cumplió. Superó la expectativa de sus amigos que incluso creyeron que no aparecería ese día por allí. Tenía 25 años, aún no se había casado con “La Chispa”, era un niño cumpliendo su sueño de ser torero con un cartel digno y lleno de arte.

Pero Camarón no volvió a torear. Aquel 19 de Octubre, debutó y se retiró de los ruedos para siempre. Con algún revolcón y el miedo en el cuerpo.

Un hombre de 25 años, hace 25 años que se marchó. Torero y cantaor.

La afición taurina debe saber que un genio de 25 años y que hace 25 años que murió se enfrentó a un toro sin técnica pero con arte.

Y la afición flamenca no debe olvidar, que un genio de 25 años y que hace 25 años que murió, hizo que el mundo taurino fuera generoso con el mundo flamenco, pues nos entregó para siempre a Camarón de la Isla.

En su memoria y para aquellos que aman al flamenco y al toro.

 

Rocío Hellín

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