Cuando hablamos del romanticismo por el campo bravo, uno de los mayores ejemplos que podemos tener es Joaquim Manuel de Vasconcellos e Sa Grave, más conocido por los aficionados como Joaquim Murteira Grave, este hombre lleva respirando el campo desde que nació, en el año 1952, y preparándose para ser ganadero toda su vida, “con apenas 6 años mi padre me dijo, hijo, vamos a ser ganaderos de verdad, vamos a ir a España y vamos a comprar más ganado”, recuerda con nostalgia este culto ganadero.

Una vida plagada de historias, de lucha, de superación, de entrega, en definitiva una vida de amor al campo, a los suyos, a una tradición heredada de padres a hijos, que llego a sus manos como una joya única de la cabaña portuguesa “En el año 2002 mi padre me dejo la ganadería y yo asumí el mando total con mucha ilusión y dedicación”. Su amor por su tierra, por sus toros, por su finca, por sus raíces, le hace ser más humilde y asentado, con un lenguaje pausado y sabio va desarrollando los momentos de su vida, y en ocasiones incluso, hace que me invada una cálida sensación de paz. Un hombre sabio, estudioso, meticuloso, estudio veterinaria, y siempre intenta estar al día de las últimas novedades. “Hoy en día ser ganadero, a veces, se hace muy difícil, pero lo vivo con mucha pasión, esta temporada salió un toro extraordinario en nuestro bastión, en Evora, en el que obligaron al toro a dar la vuelta al ruedo con los cabestros, eso te llena de alegría”.

Cuando hablamos de los orígenes de su ganadería le invade un aire de melancolía, recordando tiempos pasado, donde Murteira Grave fue una de las habituales en el circuito de las grandes ferias, y resalta con un aire crítico una frase que me deja profundamente pensativo “El deporte de los aficionados después de los toros es la nostalgia, y en el toro no puedes mirar al pasado hay que seguir inventando para construir y mejorar el futuro”, esta frase aglutina un sinfín de estados actuales de muchos aficionados, una realidad en la que muchos echamos de menos a los toros de Murteira Grave y su bravura.

Los orígenes de su ganadería son de sobra conocidos por muchos aficionados “Empezo mi abuelo en 1944 comprando vacas y un semental a Pinto Barreiros de origen Gamero Cívico, luego en el 58 compramos en Guardiola Soto, 18 vacas y un semental de la misma procedencia, luego abrimos y probamos con la línea Núñez, con dos sementales en el año 1974,  que uno ligo muy bien, luego en el 85 compramos uno de Sommer d’ Andrade, que era puro Tamarón, fue de los pocos toros y vacas que vendió antes de adquirirla en su totalidad el Conde de la Corte, asique nosotros no tenemos del Conde, tenemos de la base, de Tamarón. Luego en el 92 algo de Juan Pedro Domecq Solis, ahora seguimos trabajando, ahora seguimos trabajando con la idea clara que bravura hay que buscarla donde este”

Uno hablando con tal semejante gigante de información y sabiduría en ocasiones se siente pequeño, pero hace lo mejor que puede hacer en estos casos, callarse y aprender. En la búsqueda de su toro perfecto, entrevemos gran parte de su personalidad impregnada en ellos, parte de verdad, de integridad, de honestidad, unos valores que son difícilmente remplazables cuando están bien arraigados en la raíz del alma, y es una de las cosas que fue aprendiendo desde su más tierna infancia “Cuando cogí la ganadería mi padre me dijo que buscara mi tipo de toro, intento buscar el toro bravo pero que tenga nobleza, no una nobleza que se asocie a la suavidad sino a la rectitud en el ataque, que el toro sea exigente con el torero, tampoco busco la bravura de que el toro se tire al cuello del matador, aunque la selección es muy difícil y cada día hay que mejorar alguna cosa”. Y añade “Mis toros necesita toreros seguros que sepan imponerse” También cuando se le habla del caballo tiene clara su respuesta “No estoy nada convencido que la bravura se vea en el caballo, pero la suerte de varas es un placer verla cuando está bien realizada”.

D. Joaquim ganadero de Murteira Grave explicando los secretos de su finca durante una visita de una Asociación taurina.

Murteira Grave regresa Azpeitia 34 años después en busca de un triunfo que le abra las puertas del Norte.

En agosto, concretamente el 1, como hace 34 años vuelve a tener otra oportunidad en Azpeitia de reivindicarse, se le nota -con un tono de añoranza- en sus palabras atisbos de alegría, expectación y gratitud, “Gracias a la gran corrida de Azpeitia hace 34 años, también un 1 de agosto, se nos abrieron las puertas de las grandes ferias del norte, al año siguiente debutamos en San Fermín y ganamos el premio Carriquiri” y añade “tenemos mucho ilusión y fe puestas en la corrida de Azpeitia y que nos vuelva abrir las puertas de grandes ferias de España y Francia”.

Vuelve Murteira Grave a las ferias de España, -después de ganar la concurso del mes de abril en Zaragoza-, con una corrida completa en Azpeitia, y la expectación de los aficionados es total, pero D. Joaquim se muestra tranquilo y cabal, consciente de su responsabilidad y de su gran oportunidad, pero Azpeitia no será la única plaza de España en la que se pueda disfrutar sus toros esta temporada, puesto que el pueblo soriano, Burgos de Osma, también tiene una corrida con el hierro Portugués “Tenemos mucha ilusión en esta temporada, en la corrida de Campo Pequeño en Lisboa, en la de Burgos de Osma, empezamos muy bien, ojala podamos estar bien en todas, esperemos que embistan 3 toros en cada una”

Gracias a la cordura de unos cuantos esta temporada una leyenda viva de la cabaña brava vuelve algunas de las ferias españolas, de la que nunca se tuvo que ir, que las cosas salgan bien ganadero y la bravura de los Murteira invada los ruedos y conquiste los corazones como tantas veces hicieron antaño.

Por Juanje Herrero

Foto Pelae Díaz