El 1 de noviembre de 1466 se aprobó el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Como cada 8 de diciembre, la comarca de Tierra de Campos con Villalpando a la cabeza y los otros doce pueblos que pertenecían al señorío de los condestables de Castilla, avalaron el Voto a la Inmaculada, –Quintanilla del Monte, Cotanes del Monte, Villamayor de Campos, Tapioles, Cañizo, Villar de Fallaves, Villárdiga, Prado, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Villanueva del Campo, Cerecinos de Campos– y refrendaron una profesión de fe que sitúa el templo de San Nicolás como el escenario del primer Voto del mundo.

Una fiesta nacional que todo villalpandino lleva orgulloso, grabado a fuego en su corazón. Por sexto año consecutivo, esta conmemoración también va unida a un ritual taurino. Con varias capeas organizadas por la extraordinaria asociación local, Astauvi. Toros en honor a la Purisima concepción, y que cada 6 de diciembre citan a miles de personas en torno a la Villa que dio nombre el primer voto de la Inmaculada –Voto de Villalpando-.

Una forma ideal de juntar la fe y los toros. De esta manera se fomenta la tauromaquia, también el nombre de Villapando, y por supuesto nuestra Virgen Purisima. Una  joven tradición que se entrelaza con la más antigua, y que ha calado dentro de cualquier aficionado. Porque cada 6 de diciembre Villalpando, de la mano de Astauvi, se superan con respecto al año anterior. Aunque no entiendo muy bien, que Talento Castellano, vaya a comprar toros a otras ganaderías, fuera de la Villa, y sobre todo a ganaderías que “subcompra” el ganado, estilo cebaderos. Como es el caso de La Campana.

Hoy en día, Villalpando puede sacar pecho, y estar orgulloso de albergar en su municipio 4 ganaderías, y 5 encastes diferentes. Ganaderías con mucha personalidad, que con esfuerzo sacan adelante sus ganaderos. Mucha afición, que a veces el pueblo pasa por alto. Ganaderías como Hnos. Boyano de Paz (Aldeanueva) la ganadería más antigua de Villalpando, Hnos. Boyano Gago (Domecq), Valle Blanco de D.Alfonso Blanco (Antonio Pérez) y la ganadería que lleva el nombre del pueblo, Toros Villalpando, que tiene dos líneas (Villamarta y Jijona).

Pocos pueblos pueden presumir  de tener 4 ganaderías, como a día de hoy puede hacer Villalpando. Todas ellas darán mucho que hablar, y esto lo digo con la mayor objetividad posible, teniendo en cuenta su estricto y concienzudo proceso de selección, siempre buscando la bravura.

Poco a poco, Villalpando vuelve a reverdecer viejos laureles, intentando ocupar el hueco que se merece en la tauromaquia. Fomentando la fiesta brava a través de su torero más insigne, el maestro Andrés Vázquez (de gira con su película), la afición de Astauvi, la asociación taurina villalpandina, de sus novilleros locales, y de sus ganaderías anteriormente nombradas.

Porque Villalpando es purisima, y nazareno, arte y albero, llevando como insignia siempre las fiestas de nuestro pueblo. Cada villalpandino ha crecido jugando al toro en sus plazas y callejas, mirando con respecto al nazareno, cantando fervientemente cada diciembre el himno de la Inmaculada. Defendiendo tradiciones, y creando aficionados. En todos sus vecinos, casi siempre encontraras un taurino, dispuesto a enseñarte de toros y verbenas.

Por Juanje Herrero