Acudir a la Peña Taurina Villenense para adquirir las entradas para el festejo que se celebrará Dios mediante, el próximo sábado 7 de septiembre, es algo digno de resaltar. Hay una expectación máxima ante el festejo anunciado que, sin duda, los aficionados celebramos con desmedido gozo. Tras varios años cerrada dicha plaza por los caprichos de un indeseable llamado Esquembre, por fin ha triunfado la razón y la ciudad del Vinalopó tendrá toros de nuevo, algo que jamás debería de haber ocurrido.

He leído por ahí que, el alcalde actual, Fulgencio Cerdán, sociata él, confiesa aceptar resignado ante el hecho de tener que ceder la plaza. Se necesita ser muy pobre de espíritu para decir semejante villanía; lo acepta con resignación, échale hilo a la cometa. O sea que, lo lógico, cabal, coherente y racional, el alcaldín lo acepta como algo inaudito. Claro que, en política se puede esperar de todo y si de sociatas se trata, lo que nos venga, que Dios nos pille confesados.

Digámosle a Cerdán que no vaya de víctima por Villena y que, orgullosamente, con la cabeza muy alta, que le diga al pueblo que ha acatado la ley, justamente la que el tal Esquembre violó. Se puede ser socialista, pero jamás estúpido. Si los toros son un espectáculo amparado por la ley, el que la vulnere, caso de Esquembre, debería de estar a la sombra. ¿De qué están llenas las cárceles, de frailes benedictinos? Seguro que no. En la cárceles hay delincuentes de toda índole y, el que se salte la ley, sin duda, tiene el título de delincuente.

Como fuere, con tremendos sacrificios de parte de muchas personas pero, al final, ha triunfado la razón y hay toros en Villena de nuevo, algo que jamás debería de haber ocurrido ante el cerrojazo que le dieron a la plaza. Ese mismo día 7, Villena vibrará con la corrida de toros en la que, aficionados, empresario, toreros, Peña Taurina y todo el mundo cabal de dicha ciudad, festejaremos orgullosos el triunfo sobre la maldad que ejerció un dictador llamado Esquembre.

La maltrecha democracia trae consigo muchas lagunas legales porque, como se ha demostrado, gentecillas que solo aspiraban a vivir del cuento por eso criticaban al dictador y, una vez que han ostentado el cargo, como es notorio, nos hemos encontrado dictadores por todas las esquinas de España. ¿Qué titulo le daríamos al que prohíbe algo que les gusta a los demás? ¡Dictadores, coño! Eso pasó en Villena y en tres mil sitios más del suelo patrio. Eso sí, como lo hacen desde la poltrona que ejercen, buscan mil excusas, burlan la ley y no pasa nada. Eso sí, roba tú una gallina y verás la consecuencias.

Y hablo en primera persona porque un día de la vida, «robé» una gallina que era mía pero estaba alojada en otra casa y me cayeron ocho años de condena, que los pasé el libertad condicional bajo fianza, eso sí, con la fianza más grande que hasta la fecha se había pedido en España. Corría el año 1991 y, repito, ocho millones de pesetas no los había depositado nadie en un juzgado, pero yo tuve que ser el primero. Por dicha razón, cuando veo a tantos delincuentes de guante blanco en funciones de políticos, banqueros, estafadores de toda índole, todos ellos disfrutando de la libertad y de todo lo que han robado, la sangre se me corroe.

Tal y como funciona la política en la actualidad, es lógico que, un político cabal como Felipe González, ante lo que sus ojos están viendo, es lógico que quiera cortarse las vena,s dicho como metáfora, pero es una realidad que aplasta. Felipe González era socialista -imagino que lo seguirá siendo, cosa que dudo- y jamás prohibió nada; es más, siempre ejerció una política de altura, ahí están las pruebas y resultados de su mandato. Ahora, sus correligionarios confunden la gimnasia con la magnesia y, el desastre lo tenemos servido por doquier.

Lo realmente cierto es que el sábado seremos triunfadores en Villena, es decir, habrá triunfado la razón sin tener que recurrir a Paco Marhuenda. O sea que, los aficionados a los toros somos tan pobres que, si rescatamos lo que nos pertenece, hasta nos ponemos contentos. Pensar que con nuestra razón hemos pasado por encima de Esquembre y demás gentecillas, eso nos sigue dando vida.

Gratitud para los tres diestros que componen el cartel, El Fandi, Manzanares y Francisco José Palazón y, de forma muy concreta a Manzanares que, olvidándose de su caché habitual ha querido reivindicarse como un aficionado más para que Villena tuviera toros. Una atronadora ovación para el triunvirato.

Enhorabuena a los aficionados de Villena, que sepan que jamás estuvieron solos, empezando por el apoyo de la Fundación del Toro de Lidia, para terminar en el último de los aficionados que quizás sea mi humilde persona.

Pla Ventura