En volandas los dos diestros gracias a los de Regalo

2018-02-05T18:16:06+01:005 febrero, 2018|Cronicas|
Ayer la plaza de toros México registró una entrada muy regular, considerándose que en nuestro país es puente y que se llevaba a efecto el Super Bowl, mismo que nos robó la posibilidad de una mejor entrada. Menos de media plaza que para el cartel fue muy triste.
Se lidiaron toros de la ganadería de Teófilo Gómez que verdaderamente fueron el acabose de la corrida. Descastados y sin trapío, con una presencia que ocasionó la furia desatada y totalmente justificada del público.
Fueron protestados todos, sin embargo el segundo causó una molestia rotunda y el sexto de plano hubo de ser regresado a los corrales ante la molestia de los aficionados, saliendo en su lugar un reserva de Bernaldo de Quiroz que no permitió el lucimiento del diestro en cuestión.
Se regalaron dos toros, uno de Bernaldo con calidad, y bravura al punto, mientras que el de Xalpa recibió una fuerte ovación nada mas salir, debido al trapío y aunque se vino a menos y desarrolló sentido, puso la tarde de otro color.
Hoy voy a mencionar algunos puntos del festejo ordinario, sólo por estadística, pero realmente no merecen ni la pena de ser compartidos porque fue una verdadera vergüenza lo ocurrido.
En México se está perdiendo la bravura en el toro y eso es preocupante. Ojalá haya ocasión de desglosar el tema pues considero personalmente que el caos está reinando en un importante sector de la ganadería en nuestro país.
Parece mentira que la sosería de la corrida, en una tarde tan agradable climatológicamente hablando haya tenido que resolverse en dos toros de regalo.
Sin exagerar, los hubieran regalado antes y evitarnos la necesidad de tener que aguantar el suplicio que significó ver lidiar el encierro de Teófilo.
Julián López «El Juli» sabe que la Plaza México tiene mucho peso en todas sus temporadas, y se siente comprometido con la afición, ya que está siempre obligado al triunfo. Y así fue como trató de conseguir a tirabuzón sacar algún buen muletazo en sus tres toros. Digamos que cumplió, con bollante afición en sus dos primeros y el quinto de la tarde no daba para más y es así que regala un toro de la ganadería de Bernaldo, un cárdeno muy rematado que le permitió un enorme lucimiento. Y es que aquí entra la genialidad de este hombre; que es sin lugar a dudas un maestro en todos los sentidos, que comprende al toro como el que más. Todo lo que hace, en definitivo con una  sapiencia excelsa nos muestra sus condiciones y la plasticidad tan elocuente que posee.
Despacio, como si se tratara de una renuente seducción, pero que finalmente terminó entregándose, de modo que una película a 24 cuadros por segundo nos parecería fugaz. Así los templados muletazos del madrileño que estructuró una faena esmerilada, emocionando a la concurrencia que lo quería ver triunfar. Parece que se hubieran olvidado por completo quién es el que exigió el encierro anunciado. Y es que sin duda Julián es uno de los consentidos de este coso y había que verlo triunfar. Y así fueron las tandas por ambos lados, acompasadas y vibrantes, como el que quiere llegar a la cima, el que no ve obstáculos, el que no tiene límites y como un sentenciado a muerte es capaz de todo con tal de alcanzar la gloria. Con la ilusión del primer día, pero la maestría de una larga y fructífera carrera. Gustándose transmitió ese pundonor de llevar la estafeta en lo más alto, seguir siendo el torero español que manda en esta plaza y que sin duda tiene para muchos años más. Una estocada de perfecta ejecución remató la obra como firmada por Shakespeare y de inmediato el gris se cubrió de blanco y los pañuelos agitados exigieron las dos orejas llevándolo del infierno a la gloria con sólo un toro de regalo.
Sergio Flores tenía en sus hombros la total y completa responsabilidad de la tarde pues alternar con un tigre que ha cazado a sus presas con pericia y habilidad, no es nada fácil. Sin embargo salió decidido a ser reconocido y figurar a como dé lugar.
Pero volviendo al tema con el que iniciamos, los toros tan mal presentados estuvieron a punto de echarle a perder la tarde. Siendo que durante la lidia de su primero que fue pitado toda la faena, el público no tomó en cuenta absolutamente nada de su intervención, por más tersos que hayan resultado los muletazos. Su segundo, un soso, pasó desapercibido y cuando salió el que cerraba plaza, vino el fiasco. Era tan impresentable que de nueva cuenta las protestas crecieron,  de tal modo que, aún habiendo sido aprobado por él, el señor que se encuentra en el biombo de la autoridad tuvo que bajar la cabeza y echarlo atrás, saliendo entonces uno de Bernaldo que no valió una libra. En un momento de desesperación y  ya sabiéndose que «El Juli» regalaría un toro, Sergio sin dudarlo solicitó un toro más.
Y saltó a la arena el de Xalpa, que como decíamos, apenas pisó el ruedo y motivó a los espectadores por su presencia, y es que cuando estamos viendo un toro con edad no hay que justificar nada. Y con bravura embistió al capote, fijándose con cada lance que el tlaxcalteca aprovechó al máximo con la convicción de que aquí venía su oportunidad. Y la tomó sin preguntar, para ajustarse, toreando despatarrado y con un sello propio. Lo mismo con un péndulo que bajando la mano, y con ese valor sereno que a pesar de su arrebato lo mantuvo en ese tenor. La confianza que llegó a tenerle a su enemigo le costó una voltereta muy aparatosa que afortunadamente sólo quedó en la ruptura del punto y seguramente un par de varetazos que mañana tendrán sus secuelas. Y aquí el mérito creció, fue total la entrega de la concurrencia que apoyó a su torero. Con gran calidad arrebató muletazos ligados y palpitantes ante el regalo que sabía perfecto para que traía los pitones. Y entró a matar con la sentencia de un juez, cobrando una gran estocada. Nuevamente se pobló el tendido, como de blancas palomas. Y el público unánime exigió las dos orejas con lo cuál acompañó a su alternante en la salida a hombros.
El activista Peter Janssen quién se ha caracterizado por saltar a los ruedos para protestar, fue detenido por las autoridades tras ser prácticamente tacleado por unos de los monosabios, tras la muerte del primer toro de la lidia. Inédito, una de las ovaciones más grandes de la tarde se la llevó este hombre que lo detuvo como si estuviera llegando a la última yarda.
Hoy serán de Jaral de Peñas los que se lidien en el 72 Aniversario de nuestra plaza, y Jerónimo, Sebastián Castella, Joselito Adame y Andrés Roca Rey, los encargados de pasaportarlos.
POR ALEXA CASTILLO
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