- Quinta de abono de la feria de Salamanca cuyo cielo no presentaba grandes expectativas descargando un chaparrón unos minutos antes de dar inicio el festejo.
Comenzó el paseíllo y el público que había estado refugiado de la lluvia, miraba al cielo al entrar en la plaza con esperanzas de que el desagradable temporal diera una tregua para poder disfrutar de una tarde en la que había más de tres cuartos de entrada.
La ganadería correspondiente para el día de hoy era la de Nuñez del Cuvillo, que presentaba unos toros de muy aceptable condición.
Ficha del Festejo:
Antonio Ferrera: dos orejas y una oreja
Manzanares: una oreja y Silencio.
Juán del Álamo: oreja y oreja.
Ferrera es quien lidia en primer lugar, al que le corresponde Rescoldito, un toro serio pero sin demasiada fijeza en el capote, aunque Ferrera consigue que se pare y así poder ejecutar su recibo capotero con una serie de verónicas que remata con una media de gran calidad.
En el tercio de varas Antonio Prieto deja un puyazo algo trasero, pero que es aplaudido en su conjunto ante la buena disposición del toro al caballo.
Ferrera viene a la capital charra con ganas y eso se nota.
Saca al toro del caballo con una serie de chicuelinas que remata con una media verónica con torería.
El toro suelto se va hacia el caballo que se disponía a salir, y recibe en la puerta de toriles otro puyazo.
Comienza entonces el tercio de banderillas y es Fernando Sánchez quien destaca en esta suerte.
Con la muela a media altura y dandole sitio, inicia Antonio su faena, ya que el animal en ciertos momentos pierde las manos, siendo su bravura y condición lo mejor que lleva dentro.
Consigue lucirse sin quitarle la muleta de la cara, pidiendo a la orquesta que parara la música, que en esos momentos comenzaba a hacerse eco en los tendidos.
Al natural el de Cuvillo se queda más corto, pero la disposición de Ferrera hace que logre hilvanar una serie de pases con clase y verdad.
Dando el “do” de pecho y a pies juntos, los naturales que se suceden a continuación componen una bonita melodía, pasándoselo muy cerca, la plaza le hace los coros gritando los “oles” al unísono, que calientan el ambiente a pesar de la tarde fría.
Bonitos pases de pecho mirando al tendido son los que utiliza para finalizar su faena y mata recibiendo, dejando una estocada algo caída, suficiente para conseguir los dos apéndices.
Se abre la puerta de toriles para dar salida a Aguafría, cuyo nombre bien podría describir lo desapetecible que estaba el día.
Recibe Ferrera a su segundo con unas “Ferrerinas”, y posteriormente lo pone al caballo con un galleo por chicuelinas.
Es Fernando Sánchez el hombre de plata de la tarde, dejando un par de banderillas simplemente sensacional.
Brinda Ferrera su segundo toro al público montera en mano, la deja en el medio del ruedo y comienza su faena pegado a las tablas.
Poco a poco con la diestra lo saca a los medios rematando con un trincehrazo.
En los primeros muletazos el toro sale con la cara alta, pero es el matador quien se impone y lo somete.
Cerca de la puerta de toriles continua la faena, se suceden muletazos infinitos logrando el cúlmen de la entrega y pasión, el sentirse torero el sentir emoción.
Tira la espada, hombros relajados y muleta en la mano derecha, se mete en los pitones para conseguir lo imposible de un toro que ha tenido sus pros y sus contras.
Mata recibiendo tras dos pinchazos y consigue una oreja.
El segundo en la lidia correspondiente al primero de Manzanares, no muestra cualidades destacables con el capote.
Se desplaza poco y se desentiende llegando a perder las manos en varias ocasiones.
Tampoco hace nada distinto en el caballo, nada más recibir el puyazo se va del caballo, haciendo lo mismo en dos ocasiones.
Quite por chicuelinas que remata con una media verónica Juan del Álamo con gran clase, y es aplaudido de forma unánime.
Con la mano derecha comienza Manzanares su faena, toro que derrota sin llegar a ser en exceso molesto, pero si lo suficiente incómodo.
Bellos naturales se acompasan al ritmo de la banda, manda Jose María en un toro que va a menos.
Estocada sensacional a la suerte contraria, es seguida de una petición de oreja que es concedida a Jose María Manzanares.
Bien presentado el segundo toro de Manzanares, se desplaza de manera aceptable, consiguiendo que el recibo capotero sea posible con unas lucidas verónicas y rematando con una media de mucha clase.
Destacar el buen puyazo en la suerte de varas de Paco María a pesar de los tímidos aplausos.
Aplaudido también Juan José Trujillo por su actuación en banderillas.
Con la mano izquierda el segundo de manzanares muestra buena condición, que humilla y responde a la mano dominante de Manzanares.
Con la derecha muletazos con gusto y cambios de mano prodigiosos, son con los que deleita al público un Manzanares que se ha dejado escapar la puerta grande por la espada, seis pinchazos seguidos de una estocada certera, fueron el fin de su faena, de la cual en varias ocasiones se quejó de una lesión en la mano que lleva vario tiempo arrastrando.
Las agujas del reloj que tanto me gustaría que se pararan en algún momento del tiempo cuando hay toros en La Glorieta, avanzan imparables hacia la siguiente faena que le corresponde a Juan del Álamo.
Viveza mostraba el tercero de la tarde «Feriante», que engancha el capote de Juan.
Es puesto al caballo queriendo del Álamo dejarlo de largo, puyazo que rectifica Agustín Sanz al ser mal ejecutado el primero.
Quiso salir el sol en La Glorieta para ver el gran par de banderillas de Mambrú, dejándose ver, esperando y aguantando al toro con valentía, tanto en su primer par como en el segundo.
También hay que destacar el par de David Sánchez que ejecuta con gran calidad.
Se dirige a los medios Juan del Álamo para brindar el toro al público, un público que le estima y desea verle triunfar.
En el centro del ruedo y citando al toro, este va de lejos, acusado en cierto modo por la falta de fuerza, hace que sea más difícil la ligazón en los muletazos, circunstancia que Juan subsana con decisión y mando, consiguiendo llevar la embestida lo más larga posible habiendo continuidad y buenos remates al final de cada tanda.
No puede someterlo como quisiera, ya que las fuerzas justas del animal limitan las tandas, pero sobra decir que esa mano izquierda templada y prodigiosa calan muy de lleno en los tendidos, que se funden en aplausos con el pase de pecho que pone punto y seguido a su faena.
A pesar de las dificultades del toro siendo soso y remolón consigue dejar patente la verdad de su toreo rematando con unos molinetes demostrando así ademas su variedad, finalizando con unas manoletinas antes de la suerte suprema.
Mata a la suerte natural, tras un pinchazo recibe un aviso.
La estocada certera le asegura una oreja.
El último de la tarde llamado Aguaclara recibió Juan del Álamo con variedad, alternado verónicas con chicuelinas y rematando con una media verónica de calidad.
Lo pone al caballo con un galleo por chicuelinas, dejándolo lejos y al que el toro responde con bravura, metiendo la cara y empujando, puyazo sin duda emocionante y de verdad, que Alberto Sandoval ejecuta de manera impecable recibiendo una fuerte ovación por parte del público.
El tercio de banderillas era protagonizado por Jarocho que no falla en esta suerte.
Ocho y cuarto y la tarde iba llegando a su fin.
Con la muleta en la mano derecha, va sacando Juan al toro a los medios, le da tiempo y sitio, propiciando que el toro se venga de lejos.
Comienza a sonar la música y alterna tandas con la mano izquierda en las que el toro no ayuda en demasía.
Constancia y entrega es la que muestra en cada pase que da, dejándole la muleta puesta, ayudándole a embestir…
Coge la espada para finalizar con una estocada fulminante que consigue tirándose de verdad, estocada que le abre la puerta grande a un grande, siendo esta la sexta puerta grande consecutiva para el matador en la Plaza de Toros de la Glorieta.
Tarde completa la que hemos vivido hoy en la Plaza de Toros de la Glorieta, siendo Nuñez del Cuvillo la ganadería que recibió el año pasado el premio a la Mejor Ganadería de la Feria de San Isidro 2018, ha presentado una corrida que ha embestido de manera aceptable y cómoda de torear en su conjunto.
Ello unido a las ganas, arte y pasión con las que la terna venían dispuestos a torear, han demostrado que merece la pena ir a las plazas y ser participes del arte de la Fiesta Brava.
Gabriela Martín.
Fotografía Julio Hernández Villarón