Nuestros lectores, emocionados ante las crónicas de nuestra compañera Alexa Castillo desde México, nos pedían de forma reiterada conocer en profundidad a dicha dama puesto que, sus letras han calado en el corazón de las gentes, algo lógico y cabal puesto que esta mujer tiene la verdad como bandera, muestra que rezuma en todos sus renglones; es decir, desde lejos se adivina que tenemos una pluma –al igual que en España- en México para decir la verdad, para que sea nuestros propios ojos en La México y en cualquier lugar que Alexa se encuentre.

A mí me fascina de Alexa su prosa explicativa puesto que, aquello de narrar una crónica taurina logrando que en la misma aparezcan dioses mitológicos, la música, personajes de leyenda, historias increíbles y razonamientos por doquier, todo ello, aderezado de la más pura verdad y honestidad, por Dios, ¿quién es el valiente que no se emociona? Su magia, la que sabe exponer para dejar en el espacio infinito para que sus lectores se contagien de su verdad, es un hecho admirable y lo que es mejor, debidamente constatado. Lo digo porque Alexa, para su fortuna, es testigo directo del espectáculo en La México mientras que, nosotros, en España, lo vemos por la televisión y, pensar que coincidimos en todo, ese logro no es tarea baladí, más bien todo lo contrario.

No queda otra opción que felicitar a Alexa Castillo porque, en los tiempos que corremos, alguien se una a nosotros por el precio del amor, eso, además de impensable, suena como de otra galaxia pero, cierto y verdad que, convencido estoy, Toros de Lidia.es, pertenece a otro mundo tal irreal que nos aleja del maldito estereotipo por el cual se mueve la gente. Nosotros somos los dueños de nuestras convicciones, un valor totalmente en alza a sabiendas de que el periodismo taurino, por momentos, parece más que una información, un juego infantil donde los niños se pelean por el balón. Ustedes me han entendido.

Como digo, si pretendíamos saber un poco más de todo lo que sucede en México, las palabras de Alexa Castillo nos despejan dudas infinitas que podíamos tener sobre el país azteca pero que, una vez hayamos leído sus declaraciones muy pronto comprenderemos toda la idiosincrasia del país amado.

-Antes de entrar en materia, Alexa, si me lo permite, disfruté muchísimo con su crónica del pasado domingo en que, por lo que dicen sus letras, por fin, en México, vieron torear como Dios manda, algo yo le refrendo tras ver la corrida. Era un cartel más o menos humilde, por decirlo de alguna manera pero, como pude ver, cuando aparece un toro de verdad y un torero auténtico, esa conjunción cala muy hondo en el sentir de los aficionados. Según usted, hacía muchos años que no vibraba con un espectáculo como el del pasado domingo. ¿Dónde radicó el éxito?

Sencillamente en que el pasado domingo sentí en mi alma una efervescencia maravillosa que, hacía casi veinte años que no sentía. La entrega de un torero como José Mauricio que ha llegado a un punto de madurez que le permitirá salir del inframundo en que vivía puesto que, si repite pronto lo del pasado domingo, Mauricio está llamado para ocupar un sitio entre los grandes; no lo digo yo, lo dijo él toreando de verdad y jugándose la vida sin trampa alguna.

-¿Cómo se inició usted en el mundo del periodismo?

A los 16 años, hace 28, inicié escribiendo una columna en el diario “Tribuna” con circulación en mi país. Más tarde se me otorgó más espacio y llegamos a ser el diario con la sección taurina más grande en aquel entonces.

-¿En qué medios ha colaborado?

Periódico Tribuna, El Redondel, Radio Fórmula, ABC radio, periódico Del Valle, El Castoreño, Encaste TV, Encaste Radio y hoy por hoy en Torosdelidia.es, sin lugar a dudas, el medio más importante del mundo cibernético en la actualidad.
-¿Qué le gustó de nuestro medio para que sea ahora nuestra feliz corresponsal en México?

Creo que en México nos hemos dejado llevar en el vaivén de una fiesta que está perdiendo todo sentido y encontrar un medio en donde podemos decir las cosas abiertamente, siempre con un ánimo constructivo, es muy importante

-En México hay un gran elenco de toreros pero, ¿Cuál es el motivo para que los aficionados no vayan a La México?

Creo que hay muchos motivos. El primero, el no haber fomentado afición a lo largo de los últimos años. El viejo aficionado ya no quiere ir, sea por la edad y las malas condiciones del inmueble, o sin duda alguna por la falta de atractivo en los carteles.

La falta de presencia de los toros, las astas descaradamente manipuladas, el desinterés por el aficionado, los precios que a pesar de no compararse con un espectáculo en Europa o América del Sur, son altos para el poder adquisitivo de la generalidad de la población mexicana.

La publicidad ya no existe. El aficionado de antaño no tiene redes sociales, ni le interesan, lo están relegando.

-Hace veinte años, Alexa, veíamos en el Embudo de Insurgentes por ejemplo a Armillita, Silveti y Jorge Gutiérrez y, el lleno estaba asegurado. ¿Cree usted que aquellos diestros eran mejores que los de ahora?

No quisiera decir que los de ahora no son tan buenos, pero eran otros tiempos. La fiesta se llenaba de glamour y a pesar de que antis siempre ha habido, aún nos tocó una generación con una gran influencia taurina, no hacía falta ver anunciados a los coletas españoles, aunque siempre eran bienvenidos en los carteles. Pero llegó  a romperse el convenio y no generó merma en la taquilla. Había una baraja muy importante y cada uno con un sello propio. Un Manolo Martínez que sin duda no ha tenido igual, la personalidad de “Curro” Rivera, el drama de David Silveti, la maestría de Eloy Cavazos, el dominio de Mariano Ramos, la izquierda de “Armillita” o el carisma y valor de Jorge Gutiérrez bastaban para pelearse por un boleto.

Las pasiones se desbordaban, había istas, el ambiente se introducía por los poros, y esperábamos con ansias las 4 de la tarde de cada domingo.

Eso ya no se ve, ya no se siente. Vivimos añorando que la fiesta tome un cauce correcto y se reivindique.

-De los diestros que le he nombrado usted conocería a todos pero, a nivel artístico, ¿con qué diestro se quedaría?

Todos tenían algo admirable. Es difícil hablar de un favorito. Sin duda Manolo Martínez ha sido el más artista pero creo que en su momento quien me cautivó por su profesionalismo y entrega, fue Jorge Gutiérrez, pero ver torear a Miguel cuando se inspiraba, era ver en el firmamento ángeles y arcángeles en un armonioso coro celestial.

-Por cierto, de todos los toreros mexicanos que he visto, sigo sosteniendo que Miguel Espinosa, Armillita, es el torero que más bello ha toreado al natural. Por la TV le he visto en repetidas ocasiones en México y, una vez en Madrid me subyugó para siempre. ¿Está usted conmigo al respecto de dicha afirmación?

Justo lo que hablaba. Miguel tenía un encanto. Era el gran mago, podía con un desdén encender las más dormidas emociones. Hasta el más incrédulo se vencía ante la calidad de un muletazo natural. La esencia del toreo estaba impregnada en su zurda. “La izquierda de oro”

¿Qué grado de locura podría pasar por la cabeza de David Silveti para que se quitara la vida?

Es muy difícil entender lo que sucedió con el maestro Silveti. Una avalancha de sucesos y de emociones encontradas cuando se vive al límite puede detonar la más bella obra o la más grande catástrofe. Un torero no es un hombre común. Torear es su vida y sin vida solo queda un cuerpo, un alma, pero sin espíritu.

-Entre la torería actual mexicana, ¿qué diestro le cautiva a usted?

Admiro a todo el que se vista de luces. Pero me he vuelto más objetiva. Un solo momento puede cautivar los sentidos y a veces proviene de quien menos lo esperas.

Ansío volver a sentir que el corazón se me sale del cuerpo, que mi piel se estremece y mi emoción se derrama.

-Nosotros, desde España, hasta tuvimos la suerte de ser amigos de El Pana, sin duda, el torero más genial e imprevisible que dio el país azteca. ¿Qué percepción tenía usted de dicho diestro y, lo que es mejor, cómo le trataban en México?

“El Brujo” de Apizaco, fue un buen amigo. Me apoyó en un tiempo en que quise torear. Era un duro maestro, no tenía algo que callarse. Un hombre de una sola palabra, que fue relegado por muchos toreros y empresarios. Que revolucionó a las masas y tuvo una personalidad y un estilo, arrollador. Un torero de otra época, que aún respiraba el aire de lo antiguo, de lo clásico y que fue sin duda un ícono.

Fue un torero incómodo para las figuras y eso mermó la cantidad de festejos que cualquier otro con su calidad podría haber toreado. No tenía, como decimos en México, “pelos en la lengua”, así que tuvo muchos problemas por decir lo que pensaba y nunca pudo estar en el lugar que le correspondía

-Al parecer, según en qué Estado, en México también están prohibiendo los toros. ¿Qué cree usted que estamos haciendo mal los aficionados para que los antis nos pasen por encima como si fueran una apisonadora?

Creo que estamos despreocupados, pese a los constantes ataques, dejamos la responsabilidad a los grandes, a quienes mueven los hilos, sin pensar que el interés de ellos básicamente es económico, no taurino.

Pero también es incongruente defender un espectáculo manipulado y al que no queremos ir. Ello por la falta de seriedad con la que se maneja la fiesta.

-Me cabe el gusto de conocer y admirar a una matadora michoacana llamada Hilda Tenorio que, entre cornadas y lesiones no levanta cabeza. Según usted, ¿qué trato recibe la mujer torera en México? Discriminación, olvido, falta de interés……..

Hay mucho machismo, sin duda. Hilda es quizá la que mayores oportunidades recibió en su momento. Sacó la casta sin llegar a romper. Hoy por hoy las cosas se le han puesto más y más difíciles y tal cual se está llevando la fiesta en México, sin ser negativa, no creo que tenga muchas posibilidades. Si no estás con ellos, estás en contra. Y “estar” significa aprobar todo lo que hacen. Aquí ya no se puede levantar la voz. Cómo en su momento lo hizo “El Pana”

El tema de ser mujer aunque ha cambiado mucho, sigue siendo un estigma. Hay varias mujeres en el intento de ser matador de toros y no las vemos anunciadas en plazas de primera, ni por casualidad.

-Veo la forma en que se conceden las orejas en La México y, a mi parecer, éstas se conceden sin mucho rigor. ¿Está usted de acuerdo conmigo?

El tema en primera instancia es que no hay un criterio objetivo. Los jueces a pesar de ser gente que lleva años en el biombo, acceden sin decoro y no se dan cuenta el daño que hacen a la fiesta.

A veces el aficionado se emociona sin analizar lo que ocurrió. Estamos al borde del colapso de la bravura y la gente protesta los puyazos. Y en ocasiones hay tanta ilusión de ver un triunfo, que reaccionan sin más, solicitando los trofeos a diestra y siniestra.

La seriedad se pierde y cuando de pronto una oreja tiene un peso real, éste se va.

-Por cierto ya que hemos hablado de Silveti, ¿cree usted que Diego Silveti heredará el trono de su padre?

Respeto a los toreros, pero no creo que Diego tenga la templanza del padre. Como para mí, personalmente, el hijo de Manzanares nunca superará a su padre.

-Hay toreros en México que, por sí mismos merecen un monumento por su forma gallarda de comportarse en la vida y en su profesión. Uno de ellos, sin lugar a dudas es Arturo Macías, el torero que más cornadas ha recibido de todos los diestros mexicanos y, así, a vuela pluma, tengo la sensación de que las empresas le han arrinconado. ¿Cree usted que estoy en lo cierto?

No forma parte del sistema. No lo apoderan “los que mueven los hilos”, ni es un títere. Ha sido uno de los toreros con mayor dignidad en este medio y a veces eso cuesta. El Pana fue su apoderado y si algo le aprendió fue la integridad.

Ha sido muy lastimado y hoy mismo no sabemos si vuelva a los ruedos tras el percance que sufrió en Madrid. Pero pese a altibajos siempre ha sido un torero honrado.

¿Que lo merece? Por supuesto, es quizá de muchos de los que vemos anunciados cada domingo, el que más merezca el estar acartelado. Ojalá la vida le haga justicia.

¿Conoce usted La Petatera en Villa de Álvarez? Hábleme de esa plaza tan singular como romántica.

Es sin duda una plaza muy peculiar. Con un sabor distinto, y obviamente a nivel artesanal es una joya.

Pero, hay  en México otras plazas que también se construyen con varas de bambú en el sureste aunque no son tan promocionadas.

Lo que sí, la importancia que ha tomado “La Petatera” ha favorecido al turismo y a que mucha gente espere año con año la oportunidad de pisar este recinto.

-Si usted mañana fuera empresaria de La México ¿qué ideas innovadoras pondría en marcha para que la gente retornara de una santa vez a la plaza más emblemática de todo el mundo?

Es muy difícil poder instaurar ideas. Sobre todo si sabemos que en México no es negocio, sino hobbies de las élites. Y si algo no te va a generar, sino a quitar, ¿por qué arriesgarías tu patrimonio?

Saltando esa pequeña pero importante situación, creo que lo primero sería escuchar qué quiere el público. Y en base a eso intentar hacer entrar en razón a las figuras, que son las que están acabando en gran parte con esto.

México no es para venir de vacaciones, es la plaza más grande del mundo, por ahí han pasado los más dignos nombres, es un templo. El torero tiene que entender que sin público no hay fiesta, y que sin toros, tampoco. Reconsiderar los precios. La fiesta tiene que ser popular porque si es elitista nunca va a llenarse.

Después, buscar la manera de publicitar y en definitiva, arreglar los baños entre otras muchas cosas.

-¿Qué ha sucedido en México para que apenas se le dé importancia al toro? Lo digo por el tamaño minúsculo con el que se lidian.

Las figuras, imponiendo toros chicos, descastados que lo único que contienen en su esencia es una nobleza, que a veces, se traduce en bobería y le quita la majestuosidad que debiera tener.

Y no es nuevo, se dice que el toro mexicano por las condiciones territoriales, no puede ser muy grande. La altura de nuestra ciudad supera los 2,400 metros de altura y a mayor peso, menores posibilidades de lucimiento, pero aquí el peso es lo de menos. El problema es el trapío. La poca presencia y la falta de bravura. Hay toros que en Guadalajara apenas han dado los kilos pero que son un auténtico “Uro”

-Imagino que, por su quehacer periodístico, estará usted al tanto de lo que ocurre en España respecto a los toros. ¿Qué percepción tiene usted al respecto?

Evidentemente la crisis abarca a todo el mundo taurino. Las condiciones son muy diferentes y hay para todos los gustos. Sin embargo creo que prevalece la necesidad de regresar la bravura a las plazas. De considerar que la base de la fiesta es el toro y qué hay que darle la mayor importancia posible!

-Añada lo que su corazón le indique.

Agradecer el poder expresar un poco de mi ser, mi sentir y de lo que estoy segura, muchos aficionados comparten.

Y como siempre digo, aquí todos estamos para sumar. El preservar nuestra fiesta, es el fin único que nos ocupa a cada uno de los que de un modo somos partícipes de ella.

No somos criticones, pero si hacemos una crítica constructiva de lo que a nuestro pensar pueda coadyuvar al éxito. Si a la fiesta le va bien, nosotros estaremos bien.

Regresemos la integridad y la grandeza al animal más bello y a la tradición más hermosa de la historia.

Un fuerte abrazo

Pla Ventura.

En la foto nuestra compañera Alexa Castillo, amante de los toros y los caballos.