Como no podía ser de otro modo le damos voz a uno de los damnificados por este gobierno absurdo que venimos sufriendo en que, por el sencillo hecho de ser torero, se les ha negado todo. Ahí están las pruebas que lo atestiguan, todo ello en boca de este profesional que ha visto como se le ultrajaban sus sagrados derechos como torero, español y trabajador del sector al que pertenece.

Con toda seguridad que, como  el torero confiesa, habla en boca de tantísimos profesionales del sector que, como él han sido abandonados por el mismo gobierno que, desde siempre sí ha recaudado los impuestos que estos hombres han pagado.

Llegó la hecatombe con la pandemia y, mientras otros muchos sectores laborales de España fueron atendidos, los toreros y adláteres, por pertenecer a ese maravilloso colectivo de artistas que se juegan la vida, solo por eso se les negó el pan y la sal. Y decían, los muy tramposos gobernantes, que nadie quedaría excluido ante la sociedad en que vivimos. Una mentira más que ha hecho mucho daño, mucha sangre a modo de cornada envainada de la que estos hombres tardarán muchos años en recuperarse.

Y, atentos que lo peor está por llegar. Si el pasado año muchos se quedaron sin pan, en el que estamos viviendo, los toreros deben de estar preparados porque lo que se nos viene encima no tendrá parangón; no morirán del coronavirus, pero sí de hambre porque se les ha negado todo derecho adquirido.

-Como profesional taurino que eres, Antonio, ¿qué sentiste el pasado año cuando supiste que la temporada había terminado antes de empezar?

Para ser sinceros, nunca perdí la esperanza y siempre pensé (iluso de mí) que no sería una temporada normal, pero que llegado el verano, algo de movimiento en los ruedos habría. Al final, esa esperanza se fue perdiendo haciendo sentirme moralmente hundido.

-Entre la gira de la reconstrucción y algunos festejos más que se dieron se salvaron algunos banderilleros pero, ¿qué ha sido del resto de tus compañeros que, como tú, no han toreado en lo más mínimo?

-Todos nos las prometíamos muy felices cuando escuchábamos al gobierno cuando decían que nadie quedaría desamparado pero, la realidad es la que estamos viviendo. Triste, pero muy cierto. Vamos que, hasta nosotros nos cuesta mucho creer la situación que estamos viviendo.

-¿Y en realidad, qué pasó con vuestro colectivo que, según tengo entendido, no os han reconocido nada?

No nos reconocieron nada y de momento, siguen sin hacerlo. Es muy triste que siendo amparados legalmente, como así cita el decreto de artistas en espectáculos públicos, nos veamos obligados a interponer demandas administrativas llegando a interponerlas de manera judicial. Avanzada la pandemia, hacia el mes de mayo, se reconoció una ayuda a los artistas en espectáculos públicos, los cuales debían cumplir una serie de requisitos para poder cobrarlas y desde ese momento, al sector taurino, se nos ha excluido de ser «artistas en espectáculos públicos» porque el presente gobierno así lo ha decido, haciendo caso omiso a la legislación vigente. ¿Cómo te sentirías si a todos los demás les conceden la ayuda establecida y a nosotros, por pertenecer a un sector que «les incomoda», nos la rechazan, aun cumpliendo todos los requisitos, que no son pocos? La cornada que este gobierno nos ha dado tiene tintes mortales. 

-Tal y como me lo cuentas, ¿será que los toreros no son españoles?

Por supuesto que los toreros somos españoles, pero nos vemos marginados y nos sentimos aislados por un gobierno que ofrece ayudas a quienes no han cotizado en nuestro país y un gobierno que sigue aprobando leyes injustas donde se benefician unos pocos. Nos tratan como delincuentes, pero somos trabajadores de un sector que paga sus impuestos y que contribuye de manera significativa a la economía española. Al sector taurino, ¡sí nos dejan atrás! 

¿De qué ha servido entonces la cotización de todos vosotros en vuestros años en activo como para que, a la hora de la verdad, para el gobierno sois una pandilla de apestados?

Esa pregunta le corresponde responderla a los políticos que están en el gobierno; a aquellos que proclamaban la igualdad para todo y para todos, a aquellos que decían luchar por y para el pueblo. Estos «nuevos políticos» ayudan a quiénes les interesa, pero a los que llevamos años cotizados, trabajando de manera honrada, por pertenecer a un sector del que no comparten las ideas, pero un sector legal apoyado por la tradición española, nos rechazan. Y  los «políticos más antiguos», los que están a la cabecera de este país, también deberían responder por qué están permitiendo todas estas atrocidades. 

-Te lo pregunto porque ser español, cotizar a la seguridad social y por el mero hecho de ser toreros, que no tengáis derecho a nada me parece un acto criminal. ¿Cómo es en realidad la cuestión?

Lo has dicho tú todo con el planteamiento de la pregunta, sobran más comentarios

-Según tengo entendido, los banderilleros y gente del toro, cada cual ha intentado sobrevivir como Dios le ha dado a entender, ¿cómo ha sido tu caso concretamente?

 Como todos mis compañeros, hemos ido sobreviviendo: unos han buscado trabajo en empresas de transporte, otros en supermercados… y yo, como otra de mis aficiones han sido las manualidades me he buscado la vida diseñando y elaborando pegatinas de vinilo. Empezó con pequeños pedidos entre conocidos y se amplió por toda España, gracias a las redes sociales.

-Claro que, vosotros, sin ayuda de ningún tipo y con el año que se nos espera ¿qué será de todo vuestro colectivo?

Prefiero no pensarlo y vivir el día a día. Sigo entrenando, yendo a tentaderos y toreando de salón. No podemos perder la esperanza. Si no nos movemos, nadie lo hará por nosotros.

-He sabido que, los profesionales taurinos os habéis manifestado en varios sitios pidiendo la justicia que en verdad merecéis pero, ¿cómo es posible que ese maldito gobierno que decía que nadie quedaría excluido ni desamparado en la sociedad, nadie haya roto una lanza por todos vosotros?

Es un hecho denunciado administrativa y judicialmente. Tarde o temprano tendrán que dar la cara y explicar el momento de dejarnos atrás. Este gobierno, ¡Sí deja atrás! y no solo al sector taurino. Mucha gente no se ve respaldada por este tipo de gobiernos que proclaman ciertas cosas para luego cumplir otras. No cumplen con el ejemplo. Desde un chalet de 300 metros con un jardín de otros tantos y la Guardia Civil en la puerta y cobrando cantidades inmerecidas se pueden proclamar muchas cosas. Debe ser que se les ha olvidado esa palabra que tanto decían, «casta»… al final, se han convertido en ella. ¿No crees? Es fácil hablar cuando no tienes ningún problema económico, porque hagan lo que hagan, y digan lo que digan, se llenarán los bolsillos a final de mes.

-¿Qué les dirías a los miembros del gobierno que os han dejado en la cuneta a la buena de Dios?

Que salgan al mundo real, que pregunten, que se informen de las situaciones, que dejen los cómodos asientos de sus despachos y vuelvan a la vida real. Y sobre todo, que cumplan la ley, que estén de acuerdo o no, deben cumplirla.

-¿Mereció la pena, Antonio, haber elegido esa profesión a sabiendas de que quieren acabar con la misma a precio que sea, la prueba no es otra que el desamparo que os han dejado?

Esta profesión no se elige, para esta profesión se nace. Y si naciera mil veces más, mil veces la volvería a elegir. Igual que yo no hablo de mecánica o de medicina porque no entiendo, al sector taurino, para hablar de él, hay que conocerlo. Me gustaría haber visto a todos aquellos que tanto defienden a los animales, ir corriendo a las fincas donde se han quedado aisladas todas las reses por la nevada, o sacar las vacas del campo inundado. El toro bravo ha sido concebido para salir al ruedo, sin eso, esa hermosa raza no existiría. El amor y aprecio que los toreros, ganaderos… sentimos por el toro, ni un animalista lo supera.

-Añade todo lo que quieras, amigo, estamos aquí para defender la verdad.

Gracias por hacer que nuestra verdad, la única verdad, llegue a la sociedad. No somos ni delincuentes ni queremos ser apestados. Queremos que se reconozcan nuestros derechos que legalmente nos corresponden.

Permíteme añadir un llamamiento para mis compañeros: ¡Sigamos luchando! No debemos rendirnos. 

Un saludo

Pla Ventura

En la foto que mostramos, Antonio Pérez haciendo pegatinas de vinilo, un trabajo con el que se ha ganado la vida al margen de los toros y del desamparo del apestoso gobierno que sufrimos.