Partiendo de la base que la lectura de libros no está en su mejor momento, es muy posible que el libro de temática taurina, sea hoy en día, una de las obras más consumidas y con más adeptos dentro de las divulgación editorial, a pesar de que esta materia tan ansiada como querida, lleva años marginada por “grandes editoriales”, “medios de comunicación” y “sectores bibliotecarios”. Incluso en la actualidad, desde la misma cúpula táurica más selecta, aquella que sustentan empresarios, toreros, ganaderos y periodistas de “ilustre” tribuna, el trabajo literario no está valorado como se merece, algo que va en su propio detrimento, ya que sin conocer la identidad que ha laureado la tauromaquia desde tiempos inmemoriales, difícilmente se puede comprender en un presente tan fatuo y banal, algo tan onírico, sublime y elevado. Ser parte de esa cúpula, implica algo más que mirarse únicamente el ombligo.

Sin embargo el aficionado de solemne solera, tiene un poso especial, está hecho de otra pasta y su carácter didáctico y formativo, lo lleva a desvivirse desde los rincones más recónditos del globo terráqueo, por cualquier publicación taurina que conmueva su inquietud histórica e informativa. Parece mentira que una temática tan denostada, tenga tantos adeptos dispuestos a hacer verdaderos esfuerzos económicos, para hacerse con un ejemplar de tal o cual torero.

La negación mayoritaria de editoriales convencionales por la publicación de obras taurófilas, hace que muchos escritores recurramos a la auto-edición, donde la distribución mundial es un tema difícil de afrontar sin unos cargos monetarios muy altos. Aun así, ahí están esos devotos aficionados, llenos de entusiasmo por conocer el mítico legado que tiene la tauromaquia, donde convive de manera inverosímil: sol y sombra, patrimonio y cultura, tiempos y existencias, ilusión y utopía, riqueza y ruina, o vida y muerte.

No cabe duda que el libro taurino goza de una salud fuerte, es una fuente de devoción para bibliófilos y coleccionistas, llegando a representar para muchos aficionados una reliquia perseguida y codiciada.

José Luis Cantos Torres

Músico y escritor.