El partido político Compromis, de la mano de uno de sus integrantes castellonense Enrique Nomdedeu, se pone en contra del espectáculo cómico/infantil que se celebrará en la feria de La Magdalena el próximo sábado 21 de marzo, con motivo del 75 aniversario.

Este hombre es un conocido y polémico activista al servicio de los lobbies animalistas. Aunque en esta ocasión ha ido demasiado lejos, y ha vertido sus críticas sobre la discapacidad de los toreros que hacen posible el espectáculo “Diversiones en el Ruedo”. Es muy triste que esta persona entre en el tema de la “acondroplasia” para alegar que la gente que disfruta de esos espectáculos solo se ríe de ellos. Una horrorosa calumnia de un hombrecillo sin argumentos, sin cultura y que nunca ha pisado una plaza.

¡Hasta para criticar… hay que saber! Los cómicos taurinos, desde el bombero torero, el Popeye torero etc han llenado de afición cientos y cientos de ciudades y pueblos, han fomentado la tauromaquia dentro de los más pequeños, y se han convertido en un espectáculo esencial dentro de nuestras tradiciones.

La gente que conforma “Diversiones en el ruedo y sus enanitos toreros” son grandes profesionales, muy bien entrenados, tanto para hacer reír, como para hacer soñar. El peligro forma parte de su trabajo, lo tienen asumido, y bien entrenado. Conviven ágilmente con el riesgo, dando un toque de humor que hace entusiasmar tanto a los pequeños como a los grandes. No solo son toreros, sino que tienen ese toque cómico y desenfadado que les hace únicos.

Y ahora, este hombre extremista y radical, dice que el público se ríe de ellos. Que es una falta de respeto utilizar personas con minusvalía. Esas palabras llevan odio detrás, una desinformación bastante palpable que solo busca la polémica. Una ignorancia que resulta insultante por su parte. Nadie en el mundo del toro, de los aficionados, de las personas que llenan las plazas para contemplar su espectáculo piensa ni un segundo, ni un solo segundo en su minusvalía, porque nosotros vemos grandes profesionales. Sin fijarnos en la apariencia, solo en su desparpajo.

Triste personas, ególatras sin sentimientos, que creen que su verdad está por encima del resto, sin molestarse en contrastar, en hablar, o en ver por sí mismo los espectáculos, y las personas que hay detrás.

Por Juanje Herrero