Llegaba el plato fuerte de la Feria de Vic-Fezensac, la corrida concurso. Se anunciaron reses de Saltillo, La Quinta, Partido de Resina, Pagès-Maillhan, Flor de Jara y Los Maños. En el cartel se anunciaban Rafaelillo, López Chaves y Alberto Lamelas, que sustituía a Manuel Escribano. La tarde estuvo marcada por el gran momento que vive el salmantino López Chaves. Perfecto en la lidia y sabiendo extraer lo mejor de cada uno de sus antagonistas, en especial, el buen toro de La Quinta, premiado con la vuelta al ruedo. Se unieron dos momentos, el de La Quinta y el de Domingo López para alegría de la afición vicois.

 

Poco o nada puede decirse de la actuación de Rafaelillo. El murciano no tuvo un lote que propiciara el lucimiento, ni la res de Saltillo ni de Pagès-Maillhan. Las carencias de uno y otro toro no se suplieron por el buen hacer del diestro murciano, al que se le recriminó en repetidas ocasiones la colocación.

 

El momento más brillante de la tarde, y tal vez de la Feria, llegó en el segundo toro. «Matablanca», de La Quinta, tomó tres puyazos, protagonizando peleas de bravo en el primero y tercero, si bien en el segundo tarde más de lo debido. Lució a caballo Tito Sandoval y, con los garapullos, Iván García. La lidia por parte de López Chaves fue para enmarcarla, desde principio a fin. Buen momento el que vive el salmantino, que lo recuerda a diario. Con el rajado segundo, poco pudo hacer.

 

Y por la vía de la sustitución, llegó a Vic-Fezensac uno de sus ídolo, Alberto Lamelas. En primer lugar, le correspondió el bellísimo ejemplar de Partido de Resina. Peleó sin más en el caballo, en las tres varas que tomó, de las que salió suelto, buscando la huida. Sin embargo, cambió en el último tercio, donde embistió con transmisión y casta, si bien con la cara siempre a su altura. Lamelas lo lidió con dignidad y decoro. Cerró la corrida matinal un feo ejemplar de Los Daños, de muy contado poder. La pobre condición del animal condicionó la labor torera del jienense. Brilló sobre la mano derecho, por momentos.

 

Por Juanje Herrero.