Ayer comenzó la feria de Nimes, pero hoy ha empezado para la mayoría de los que estamos al otro lado de los Pirineos. Y antes de empezar a diseccionar la tarde, me gustaría resaltar la presentación y el juego del ganado. Bien presentados, parejos la mayoría, y de variado e interesante juego. Mi enhorabuena al ganadero. Mi enhorabuena a la empresa que al final es la culpable que los toros de Miraflores hayan acabado en el coliseo romano de Nimes. Después de este preludio, empecemos la faena.

En primer lugar, Ponce tuvo que lidiar un toro exigente, que no dio muchas opciones de lucimiento con el capote, pero que luego en la franela exigía mando. Con el fijo y pronto toro de Victoriano, Ponce construyó una faena de altibajos, llegando los momentos más lúcidos por el pitón derecho. Por ahí basó el trasteo el de chiva, pues por el pitón izquierdo el astado protestaba y embestía de forma más irregular. Tras unas roblesinas con la rodilla genuflexa, dio una estocada casi entera un tanto caída. Sonó un aviso y el toro rodó. Oreja para el valenciano, y ovación para el toro.

El que hacía de segundo se llamó “Misigato”, y transmitió poca cosa en el capote. De Justo quiso estrenarse con un quite, y al rematarlo con una media, tropezó y fue machucado con peligro por el animal, pero todo quedó en un susto. Ya con la muleta, Curro acompañó bien la embestida, logrando muletazos tan templados como despaciosos, aunque también tuvo altibajos como la anterior. El toro tuvo fondo a pesar de que fue a menos y Curro lo supo aprovechar, acabando el trasteo por alto con sentimiento. Tuvo que usar el descabello tras dejar media estocada. Ovación para ambos protagonistas.

Cambió el hierro en el tercero, el mejor toro de la tarde. El de Cortés embistió con codicia al capote de Emilio, y luego dio un buen espectáculo en varas. Sobre todo en la primera vara, donde se arrancó de lejos y Germán González lo agarró magistralmente. En el segundo puyazo se le puso más cerca incompresiblemente y volvió a pelear bien. Ovación para el picador según se despedía. En el inicio por bajo el animal respondió, humillando y yendo largo con entrega. Las dos primeras tandas tuvieron una gran transmisión, y a pesar de que el animal tuvo fondo, la faena bajó un escalón en su intensidad. Por el izquierdo repetía más, pero se quedaba más corto. Terminó afeando una tanda que sobraba, llena de enganchones; y tras pichar en todo lo alto, dejó una estocada de gran calidad, lo que le valió para arrancar una oreja. Y para “Descreído” la merecida vuelta al ruedo.

Con el cuarto, un toro excesivamente grande, Ponce se puso fino. El valenciano compuso una faena de chispazos con un toro noble pero de embestidas de gran calidad. Los remates por bajos fueron notables; y el final con naturales de uno en uno demasiado empalagoso, pues en vez de sonar un castizo pasodoble, sonó “La Misión” de Morricone. Esto ayudó a cubrir todo de almíbar y azúcar glass. Tras una estocada casi entera recibiendo, cortó dos orejas a su oponente, que recibió una ovación en su arrastre.
Y en el quinto vimos una de las mejores cosas de la tarde. El inicio por bajo de Curro Díaz fue exquisito. Dos doblones, dos trincherazos y un ayudado por bajo que rebosaron torería y sencillez. Toreó en redondo con limpieza a un animal que fue a más, asentando su embestida con más movilidad que clase. Predominaron los derechazos, pues por el izquierdo el animal era más parado y menos vivo. Si no falla con los aceros hubiera cortado una oreja, pero tuvo que contentarse con la vuelta al ruedo.

Cerró plaza un alto toro de Victoriano, que fue el más deslucido del conjunto. Se agarró al piso y Emilio tuvo que turar de valor, tragando en varios momentos de la faena. Acabó metiéndose en los pitones del animal, buscando la simpatía del público, pero al igual que en el tercero, sobraron unas tandas. Pichó en un par de ocasiones antes de dejar una gran estocada. Ovación y palmas para el animal.
Como han podido leer, la tarde ha sido interesante, y deja en evidencia que lo que verdaderamente hace grande a este espectáculo es la bravura y la casta del toro. Con ello, todo cobra más importancia.

Coliseo de Nimes. Viernes, 18 de septiembre de 2020. Segunda de feria. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (3º): bien presentados y de gran juego. Destacando el exigente 1º, el enclasado 4º y el encastado 3º de nombre “Discreído” premiado con la vuelta al ruedo.

Enrique Ponce, de blaco y oro: Oreja tras aviso y dos orejas.

Curro Díaz, de azul marino y oro: Ovación con saludos y vuelta al ruedo.

Emilio de Justo, de tabaco y oro: Oreja y ovación con saludos.

Por Quique Giménez