En la sierra madrileña es que ha decantado intensa preparación Curro Ramírez con miras a de nuevo volver pisar la arena del Coliseo El Llano

Preparado para ser tomado en cuenta

Por RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Hay en los toreros una especie de vocación o capacidad de perseverancia superior a cualquier mortal. Vaya que es una especie de lucha a las adversidades que tiene mucho más aguante, que hace de esta una cualidad a la que se le denomina afición. Y afición es la que siempre ha mantenido un torero renegado por muchos que se jactan de ser aficionados de solera, empresarios taurinos o como se han hecho llamar estos últimos días, productores de tauromaquia.

Es el caso del espada tovareño Curro Ramírez, torero de una vocación a prueba de toda circunstancia como la ha evidenciado, vivido y llevado en estos diez años de alternativa que alberga en su hoja de historial, doctorado que tuvo epicentro en la arena del Coliseo El Llano de Tovar, a la que aspira de nuevo pisar en la nueva etapa que para septiembre próximo espera al gran ruedo de la Sultana del Mocotíes de la mano de la mega estrella retirada del béisbol mundial, como es Johan Santana, en lides de empresario bajo la atenta mirada de los taurinos, quienes aspiramos a grandes cosas con este espaldarazo para toda la afición, de todo un personaje de la palestra deportiva internacional.

Para la feria tovareña los Santana (incluyendo a su hermano Franklin bajo la asesoría del mozo de espadas Luis Miguel Valencia) se tiene programado realizar tres corridas de toros, una novillada, un festival cómico-taurino y par de encerronas populares, lo que hace del abono variado desde todo punto de vista, más en los tiempos que corren, donde literalmente para dar espectáculos taurinos en este país los “números no cuadran” en taquilla.

Pero para ello está la enorme afición de Johan Santana, “tabla de salvación” para un serial de añeja tradición, donde se espera que así mismo sea tomados en cuentas los toreros del patio como prioridad sine quanon. Está el caso de la más que segura presencia de Rafael Orellana y Tomas Martínez (el primero radicado en Madrid con miras a confirmar en Las Ventas este año, el segundo en la ciudad azteca de Aguascalientes) y a poco que también se tome en consideración a un luchador del toreo como es Curro Ramírez. Nombre a tomar en cuenta señoras y señores. Otros nombres los hay, pero estos señores, son indiscutibles por donde se mire.

Precisamente Curro ha estado más que mentalizado que este año (el décimo como matador de toros) el móvil reciba la llamada que ha estado esperando desde hace par de temporadas: ser tomado en cuenta en la feria de su pueblo, actuación que supondría y sería abrirse paso a otras como es el caso de su debut en el marco de la Feria del Sol 2019.

«Desde comienzo de año he estado mentalizado. Actué en el Carnaval de Ciudad de Rodrigo en febrero pasado donde pude echar capa, recibiendo una cornada; para luego irme preparando paulatinamente tras recuperarme en numerosas ganaderías del extenso campo bravo madrileño, siempre contando con el apoyo y maestro José Pedro Prados “El Fundi” y el ganadero-rejoneador Borja Baena. La ultima ganadería en la que estuve fue esta semana en lo de Rocío Moreno, buscando siempre estar a tono sin perder la ilusión» se manifiesta detrás del hilo telefónico.

Y es que sería a reconocer la enorme afición que ha tenido Currito Ramírez, lejos de su familia, siempre pensando en el toro y por el toro y sobre todo ser considerado por la afición venezolana y en especial de su Tovar, la que siempre lleva cada vez que se viste de corto o luces en ruedos españoles.

Queda allí esta carta que debería jugar con enorme atención los Santana como empresarios de la polifuncional arena tovareña. La misma a la que Currito Ramírez espera de nuevo pisar con méritos suficientes para ello.