El control de masas ha estado vigente en la sociedad moderna desde que unos cuantos con más desparpajo de la cuenta han sabido leer las necesidades del pueblo, buscando una vía fácil como solución. ¡No aprenderemos en la vida! Las corrientes políticas se polarizan en pleno siglo XXI ¿Poco fue lo que ocurrió en el XX?

El “ministerio de la verdad” se encarga en nuestros días de atacar al pensamiento que provoca discordia, ese que busca el bien antes que el interés. Y las consecuencias han sido de tal ignorancia que hasta el mismísimo Cervantes las ha sufrido. Menudo despropósito, es cargar contra los personajes del pasado, gracias a las ideas de los mandatarios del presente, ni que se fuese a solucionar algo. Como diría don Antonio Escohotado: “sin libertad, somos un rebaño pastoreado por hienas”. Y así es, queridos lectores: el rebaño, la sociedad; las hienas, los gobernantes demagogos; la ausencia de libertad, la censura de lo políticamente correcto. En pocas palabras: hay que ser despreciable para menospreciar la labor de Churchill, Colón o el pobre de Cervantes con tal de defender algo. Cuando no existe un enemigo, se lo inventan.

De forma totalmente análoga, se encarga una parte fundamental del sistema taurino de controlar masas de aficionados bobos. La tarde trágica en Aire-Sur-L´Adour nos conmovió a todos. En nuestra memoria quedará siempre el maestro de Orduña, con sus virtudes y defectos toreando, es un guerrero que alcanzó la máxima gloria de los artistas de pincel grana y oro. Y eso es para la eternidad. Tres años más tarde, seguimos rememorándolo -qué menos-, pero, ¿a qué se dedican Zabala y Madueño? Ni una sola palabra ha dedicado desde el periódico El Mundo a Iván Fandiño. En concreto este último con altanería, únicamente ha osado cargar contra Néstor. Se ve que, hasta la eternidad, no será suficiente con eso del olvido, y tendrán que acudir al ataque mientas tengan algo de poder.

Dos cosas distintas -la sociedad y la tauromaquia- regidas por la misma mierda: el interés de varios, que consiguen el dominio en tanto que las viejas glorias son atacadas a causa de su maldad. Y así nos va.

Por Pablo Pineda