El torero Sergio Sánchez es homenajeado, por sorpresa, en el XXX aniversario de su alternativa.

Sergio Sánchez es un torero de Cintruénigo, Ribera de Navarra, nacido en 1968. Se inició en los encierros populares cercanos a su pueblo y fue alumno de la Escuela Taurina de Madrid siendo director Enrique Martín Arranz. En La Dehesilla, orilla de Ávila, hizo su primer tentadero dirigido por el matador colombiano Jaime González “El Puno” y con todo tipo de atenciones de Sonsoles Aboín, esposa de Andrés Hernando que no pudo estar en una mañana muy campera y soleada de primavera.

Tras un rodaje de becerrista por la región obtuvo de novillero  triunfos señalados, entre otros en la plaza Vista Alegre de Bilbao, y se anunció su alternativa el 7 de julio  de 1990 con Julio Robles y Ortega Cano en Pamplona. No fue posible el doctorado, al ser herido en banderillas, y lo recibió el día 14 siguiente con Palomar, El Fundi y Hermoso de Mendoza en el cartel y en la misma plaza. Al día siguiente confirmó la alternativa en Las Ventas con Raúl Aranda y Carretero. Toros de Moreno Silva.

Su último paseíllo de luces fue  el 29 de septiembre en Corella, obtuvo dos orejas, con El Cordobés y Rivera Ordóñez en el cartel. Hasta ahí 150 corridas de toros, esencialmente de las divisas consideradas “duras”, y desde el 2004 es doblador en la plaza de Pamplona para los encierros de san Fermín. En lo civil, es delegado en Tudela y la zona de la compañía MAPFRE  donde despliega sus cualidades de empatía. Hasta aquí, unas notas biográficas breves a las que añadiría algunos festivales. Recuerdo uno en Logroño, el 24 de marzo de 1991 alternando con Pedro Carra, Diego Urdiales y Pérez Vitoria, toreros riojanos. Los novillos fueron de Caridad Cobaleda. También alternó en una novillada con el torero logroñés Pepe Amilburu en la capital de La Rioja. En las dos tardes obtuvo trofeos.

Sergio, desde que hizo su primer paseíllo, tiene amigos y seguidores incondicionales paisanos, y muchos de tierras aledañas, que le han seguido en sus actuaciones y le quieren como si fuera familia. Algo no frecuente, y más meritorio,  cuando el torero no fue de los ases de la baraja. Es una gran persona, de sencillo y afectuoso trato y que retirado ha ayudado para iniciarse o caminar en la profesión al joven matador paisano Javier Marín.

En su pueblo ya ha tenido homenajes, nombramientos honorarios…pero el pasado día 14 lo invitaron “a cenar” en el restaurante Roma de su pueblo, centro neurálgico taurino que regentan con servicio de calidad Manolo Simón “Pirulo” y su hijo Javier. La sorpresa del torero fue que dentro le esperaban, con mascarilla y las distancias sanitarias de rigor, medio centenar de amigos y devotos para darle un buen rato. Con ellos, sus hijos, sobrinos…los tíos Paco e Isabel, con el ramo de flores como cuando acudía a la plaza esperando la vuelta al ruedo…y todos con alegría y afecto.

Allí estaba el matador de toros riojano, su gran amigo, Pedro Carra, Santiago “El Peral”, amigo y costalero en todas sus actuaciones, Tinico, el publicista de Tudela para las ferias importantes del norte, Juan Carlos, banderillero de Pamplona, los ganaderos navarros de bravo de Villafranca y Falces, José Ángel Martón y y Javier Olcoz, su hermano Toño y su primo Juan con los amigos de la peña “Miércoles 6” y de la peña taurina de Sergio, organizadores, su hija Inés que es toda una “Influencer” con 16 años, su hermana Reyes…y un vagón de paisanos.

Por esos sistemas de transmisión casera, video conferencia,  whatsapp…o vaya usted a saber, le enviaron abrazos y felicitación José Tomás, El Fundi, Pedro Trapote, Pedro Lara, Fernando Galindo, los picadores Germán y Enrique Bejarano “El Avispa”, Miguel Cubero, Félix Mateo, Fernando José Plaza, Carlos Manales, Pedro Martos…

Fue un rato muy torero en el que Sergio echó de menos a su padre “El Carlista”, a su suegro Enrique Abad,  a José Mari Fraile y Julián Lajos…todos fallecidos y cientos de amigos a los que no se avisó por las circunstancias de la COVID19 tan peligrosa para reuniones.

Los organizadores invitaron a tapas excelentes y abundantes, vinos tintos y fresquitos de Navarra, cerveza para quitar la tapadera del sentido y muchas cosas más.

Mi humilde conclusión es que hay toreros que sin ser figuras de feria provocan la admiración y el cariño porque como personas completan su profesión con atractivo humano y sencillez social.

Puede haber otros que están en la cumbre profesional y cartelera y es difícil que la entrega natural cívica se vuelque con ellos ya que en la forma vital de desenvolverse, como ciudadanos, no llegan a caer bien ni acoplarse con lo que llamamos pueblo llano o gentes del común en cuyo pelotón estamos la mayoría de bípedos.

Como “dicen que dijo” Rafael “El Gallo” hay gente para todo. Pero independiente de las categorías profesionales, debe reconocerse que es esencial, por parte de los destacados, dar facilidades para la convivencia donde haya civilidad, cariño y armonía. Para lo que nos queda de vida…

Sergio Sánchez, una vez más, ha triunfado en el ruedo de la vida… y en su tierra.

Pedro Mari Azofra