-“Revista de Occidente” en su nº 428 dedicaba unas páginas a la obra de Luis García Berlanga y Rafael Azcona.

-En el guión inédito de los dos autores, “Las cuatro verdades”, se divierten con bromas en un tentadero en el campo de bravo.                    

-Mezclan la campería con bebida y flamenco y la última ocurrencia es arrojar a la piscina al cantaor cojo, guitarristas y bailaoras de la juerga.

Se iniciaba el 2017 cuando “Revista de Occidente” dedicó un haz de páginas a Luis García Berlanga y Rafael Azcona. El prólogo de la publicación es un artículo, “para enmarcar”, de Fernando Rodríguez Lafuente en el que resume la filosofía, el contenido, el misterio, la crítica, la historia y virtudes de un genio llamado Luis García Berlanga.

Sólo un sabio y gran escritor como el madrileño Rodríguez La Fuente, en tres páginas,  puede resumir de forma documentada y objetiva tanto y de modo tan certero la esencia histórica, social, mendicante, política y tunante de España que refleja García Berlanga en su filmografía y “que está también en los guiones de su colaborador esencial: Rafael Azcona”.

Jorge Berlanga en “Vanity Fair” de hace diez o doce años escribía en un pie de foto: “Fotografía junto a su gran pareja de cine, el guionista Rafael Azcona, en 1882”. Por cierto. En esa publicación me enteré que cuando escribieron el guión  de “La vaquilla” y lo presentaron a la censura lo prohibieron rotundamente. Le cambiaron el título por “Los aficionados” y tampoco se lo pasaron. Le pusieron “Tierra de nadie” y tampoco les dieron cancha…hasta que muerto Franco y llegada la Transición se estrenó mediada la década de los ochenta.

Fue la mayor producción del cine español y  varios años la película más taquillera.

En el opúsculo inicial que cito hay otro capítulo que contiene el argumento original de “Siente un pobre a su mesa”, que luego fue la película “Plácido”. Todos los textos han sido facilitados por García Berlanga, hijo, del archivo de su progenitor que este año vienen recordando en homenajes merecidos por el centenario de su nacimiento.

No recuerdo si por algún motivo he referido o escrito algo sobre el guión inédito  “Las cuatro verdades” de Luis García Berlanga y Rafael Azcona, del que tengo anotado todo lo taurino, pero quiero aprovechar el haberle dado una vuelta a la edición referida para tenerla a mano en mi archivo taurino azconiano con este resumen superficial.

Se inicia el relato con la religiosa procesión lugareña y paisaje de un pueblo manchego que intercepta el trayecto a  los lujosos coches que se acercan a una casa de campo cercana para celebrar un festejo con vaquillas y la consiguiente fiesta.

La mansión tiene aire de cortijo andaluz, dehesas con ganado bravo, plaza de tientas y maletillas que esperan torear las becerras además de algún significado taurino del contorno.

La dueña del cortijo y ganadería es una mujer que, a caballo y vestida con traje campero, da órdenes a los empleados, a los maletillas…y gasta bromas a los invitados.

La estrella de la reunión es un apuesto joven que llega conduciendo un Ferrari espectacular y alrededor del que todas las mujeres se apelotonan y quieren conocerlo, besarlo…

“Mira el esgrasiao…” dice un maletilla. Su compañero se extraña. “¿No lees los periódicos?” “Princesas, artistas, millonarias…toas pa él. De juerga en juerga y siempre invitao. ¡Qué vida se pega el gachó!”.

Se llama Hardy Von Stauffer. “Un play boy como se dice ahora. El sportman de nuestros tiempos”, comentan dos viejos: El Marqués de Fruela y el Conde de La Pedrosa que mira con gemelos las piernas de las chicas del tendido.

En el living de la casa hay cantidad de cabezas de toro disecadas, muebles rústicos…La dueña, un tipazo de dama, se lleva a Hardy a dar un paseo en tractor por la finca y los cercados hasta una casita apartada y discreta que tiene adecentada… cuando se quiere independizar un rato… acompañada a gusto.

Le explica al alemán la finalidad de las barras verticales de precaución en el tractor: “Es frecuente, por lo accidentado del terreno, que estos vehículos den vuelta de campana y los barrotes salvan al conductor. Ya se nos han aplastado tres”.

Los invitados de confianza, suponiendo que la ganadera estaba en su habitación “descansando” con el alemán, mancornaron una vaca y la metieron en el aposento. La sorpresa fue que estaba vacío y alguna extranjera protestó por la broma. “Se hacen siempre en las tientas. Es una cosa muy española”. La “guiri” dijo que el flamenco era español, más divertido y menos peligroso que la guasa de la vaquilla.

Contrataron en  un tablao de Madrid, ya de madrugada, un conjunto flamenco: tres bailaoras, dos guitarristas y un cantaor cojo: “¿No hay quien me pegue un tirito que me parta el corazón?  Estoy viviendo en el mundo con muchísima esasón”.

Una bailaora dejó pelao un rosal colocándose todas las flores en la cabeza. Otra, pechugona,  aprovechó un apartado en la cocina para darle el pecho al niño que traía…” “¿Qué, de surtidor?”. Y el cojo…: “¿Hay árabes? Los árabes regalan relojes”. “Y de oro, añadió una bailaora, a una servidora ya le han dao tres”.

Trajeron otro nuevo turno de flamencos, se desplazaron a Madrid y Hardy se remojaba la cabeza y pedía leche para refrescarse de los excesos alcohólicos. “¡Pa una vez que te dije adió, María, se creía tu gente que ya eras mía!”. El cantaor renco le echaba voluntad para que no decayera el ambiente.

La broma final fue arrojar a todos los flamencos a la piscina del cortijo y el cantaor langó gritaba: “¡Un poco de comprensión…que soy inválido de guerra!”.

Al final hay cazadores, perros, hielo…aventuras del germano que huyendo de las damas hasta se encierra en un frigorífico…y abrazado a tres o cuatro mujeres que le besan y acosan termina diciendo: “Hijas mías…mejor sufrir  que morir”. Ahí acaba el texto del guión.

Es solo un apunte…por si lo llevan a la pantalla saber de qué va. Gracias.

Ahí queda añadido a “La vaquilla”, “Los desafíos”, “Pasodoble”…y tantos pasajes taurinos que desgranaron estos genios en su obra ¡Todo no va a ser natural, claudicante a tierra y derechazo, en este espacio, amigo “Plaven”!

Me encanta que cualquier talento en otras actividades, esencialmente si son culturales, toque aunque sea por las ramas o desde la orilla cualquier pasaje o resquicio que apunte al planeta taurino. Cada uno tenemos nuestras manías o debilidades, se da gusto como quiere o escribe lo que le viene en gana.

Pedro Mari Azofra      

PIES DE FOTOS

Fotografías de Luis García Berlanga y Rafael Azcona en distintas épocas. En la terraza del café Gijón, José Vicente Puente, Los Berlanga, Mingote, Vizcaíno Casas y Rafael Azcona. El matador con su cuadrilla es un dibujo taurino y azconiano.