-El riojano César Jalón Aragón “Clarito”, empleado de correos, cronista taurino, escritor, ministro republicano y presidiario fue casi anónimo en su tierra, especialmente en el mundillo y ambiente taurino…¡tan enterado!.

-En el 1911 comenzó a escribir en “El Liberal”, en 1940 en “Informaciones” hasta jubilarse en 1962 y colaboró en “El Ruedo” con artículos de opinión y crítica “Desde su Rincón”.

Sin obligaciones, con ambiente campero y tiempo ilimitado he repasado el historial y los libros que nos dejó el riojano Clarito, ignorado y desconocido en su tierra… y en su pueblo. Así escribió el tratadista extremeño Marcelino Ortiz Blasco: “Agilidad e ingenio literario. Cincuenta años de crítica taurina brillante, autorizada y llena de sugestión y gracia. Uno de los principales de todos los tiempos”. Se le hizo un homenaje en Logroño y en las jornadas de organización se ignoraba su historial y existencia por parte de la entidad taurina, y las añadidas, que trataba de regenerar o restaurar un ambiente taurino en Logroño…que nunca hubo. Ignoro lo que hay de inquietudes taurinas históricas de aborígenes en la actualidad pero dejaré algunas notas que guardo de uno de los grandes escritores taurinos del siglo pasado…y de varios siglos, en un momento que un riojano, Diego Urdiales, es una figura del toreo nacional como nunca hubo otra en el Norte de España.

César Jalón Aragón nació en la hermosa villa mudéjar de Nalda, La Rioja, en 1889 y murió en Madrid el 6 de diciembre de 1985, “Día de la Constitución”. Su padre trabajó en Tabacalera de Logroño. César, al perder a su progenitor se desplazó a Bilbao, calle Conde de Mirasol, donde su tío Poli “El Riojano” regentaba una sastrería, especializada en pantalones abotinados. Tras el bachiller y el servicio militar aprobó unas oposiciones al cuerpo de Correos en Madrid y a la vez colaboraba en algún medio de forma ocasional y por su afición al periodismo.

En Madrid se inició escribiendo en la publicación “The kon Leche” del forofo gallista Kurro Castañares.  En “El Liberal” escribió del 1911 al 1933, sucediendo a José de la Loma “Don Modesto” quien  le leyó una crónica de la plaza de Carabanchel, sin firmar, y la remató con “Clarito”. De ahí le vino el apodo histórico. Ministro de Comunicaciones en dos gobiernos de La República, antes subsecretario en 1933, lo fue de octubre de 1934 a mayo de 1935. Época de la II República y militando en el Partido Republicano Liberal de Alejandro Lerroux.

Del 1940 al 62 fue redactor de “Informaciones” y jubilado colaboró en “El Ruedo” (Prensa del Movimiento), donde hizo célebre la sección “Desde mi rincón”.

En la posguerra organizó muchos años la Corrida de la Prensa de Madrid que fue como la forma de reconocerle su preponderancia en el periodismo taurino a quien vivió informando de principios de siglo a los años 70 y de quien destacaron “sólidos juicios a toreros y ganaderías, reticencias significativas y carácter sigiloso”.

César Jalón relataba “lo que acontecía en el ruedo y el apasionado y turbio mundillo que rodea la fiesta”. La política fue un episodio en su vida y lo esencial fue su afición a los toros, de los que sabía mucho. Hasta muy “mayor” dirigió en el anonimato la ganadería de Baltasar Ibán. Fue uno de los más leídos y comentados.

Es general la opinión de sus cualidades literarias, amplia documentación y agudeza intelectual y cultural que avalan su inclusión entre los principales escritores taurinos de todos los tiempos. Creó expresiones que han hecho historia periodística taurina. Me viene la de “el número del caballito” cuando no se soportaba un torero a caballo con un toro.

SUS AFICIONES

Fue un enamorado del campo de bravo y distraía temporadas en las dehesas salmantinas de Antonio Pérez de San Fernando y Atanasio Fernández, sus dos grandes amigos. Saboreaba las faenas de campo, se divertía en la caza del pájaro perdiz y a veces colaboraba en el ruedo participando.

Gran aficionado y devoto del cante jondo, trató a todos los cantaores y bailaoras de principio de siglo y conoció todos los palos con su origen, variante y evolución. Adicto y defensor de la cocina riojana y leal al chorizo casero picante y sus vinos.

En sus últimos años vivió esperando “que pasaran los fríos” para darse una vuelta por La Rioja pero ya en 1984 empezó a fallarle el páncreas por subida de azúcar…y se cortaron sus ilusiones.

Amigo de Joselito, Varelito, Bombita, Sánchez Mejías, Maera, Cagancho, Gaona, Eduardo Pagés, Lalanda, Manolete, El Estudiante, Pablo Chopera…e íntimo durante medio siglo de Gregorio Corrochano. Muy ligado a la Casa Camará y a la trayectoria de Manolete hasta poco antes de su muerte.

En sus últimos años acusaba extrema  sordera y los dedos se le  agarrotaron por lo que le resultaba penoso escribir lo más mínimo. El detalle nos privó del prólogo al libro de “Yiyo” pero guardamos cartas manuscritas para enmarcar.

Ameno, ocurrente, documentado, culto, señor, sencillo….Un ser de los que te dejan huella para los restos desde el primer contacto. Gran hombre y  gran riojano.

MURIÓ CON 96 AÑOS

El 6 de diciembre de 1985, en Madrid, dejó de existir César Jalón Aragón “Clarito”. Al día siguiente fue enterrado en Torrelodones donde pasaba grandes temporadas con la familia. Hasta el último segundo mantuvo lucidez mental. Quedaron su esposa, Catalina Holgado Martín, su hijo Diego, periodista, César, marino en Sudáfrica, María Teresa, Carmen y Conchita. Doce nietos y seis biznietos.

Fue uno de los tres hombres más importantes de la información taurina en el siglo pasado superando a todos en donaire. De sabroso castellano, memoria prodigiosa y abundantes recursos. Un estilo atractivo, certero y completo.

Tuvo total conocimiento de las reacciones del toro y de las suertes del toreo y todo lo relacionaba con líneas objetivas, de fina expresión, brillantes y amenas con festones intelectuales.

LOS TOROS EN  “EL COSSÍO”

Escribió José María de Cossío que Clarito “sabe con una frase intencionada o una alusión fugaz decir lo más apasionante”. Y recordando lo anterior voy a poner en limpio algunas notas sacadas hace años de cuatro o seis tomos de “El Cossío”…que solemos comprar por kilos, consultar poco e instruirnos menos,  y contienen más de 13.000 páginas con innumerables fotografías, láminas, grabados…Suele ser minusvalorado por quienes no lo conocen…ni por burricie se atreven a consultarlo.

En el tomo 7 se lee sobre “Clarito”: “Más de 50 años representó una crítica brillante, autorizada, llena de sugestión y gracia. Testimonio de todas las evoluciones del toreo del S. XX. Claridad de juicio, transparencia de estilo, firmeza irrevocable en sus conceptos. Fue el gran cronista de “El Liberal” mientras se mantuvo en la cabecera de las tiradas madrileñas. El ingenio de su estilo, la brillantez y su autoridad en “Informaciones” hicieron que fuera y siga siendo un fecundo maestro. Desde los años 20, 30, Belmonte, Lalanda, Ortega, Manolete, Pepe Luis…hasta Ordóñez, Puerta, Camino y “El Cordobés”. Sus libros son importantes”.

En el tomo 9 hay un muestrario de los cronistas más célebres de la época de “Clarito” en el toreo. Voy a referir una breve porción como apoyo a mis opiniones sobre el riojano César Jalón…tan olvidado por piaras de entendidos taurinos ilustres, riojanos y “célebres” piantes ibéricos.

En 1919, del debut de Chicuelo en Madrid, escribió: “Artista y desigual”. Presagió que podía…ser un fenómeno. En 1920, en Sevilla, explicaba cómo Joselito y Belmonte eran dos formas de concebir el toreo. Ese año en Madrid, en corrida de Luis Freg y Varelito: “Buenos toreros no excepcionales. Tienen que luchar”. Por esas fechas y en Madrid denuncia “toros pequeños” para Belmonte, Mejías y Joselito, murió a los cinco días por cornada en Talavera y “Clarito” le dedicó el 17 de mayo gran espacio en varias páginas de “El Liberal”.

Ya en el tomo 10, 1923 y en Madrid, describe el genial toreo de capa de Chicuelo. Debuta Márquez de matador de toros : “La presencia de un torero en el sentido que esa palabra debe tener y no siempre tiene”.

En 1924, crónica sobre Marcial Lalanda, Fortuna y Villalta o de Márquez: “La plaza digna de Goya y Márquez digno de la plaza”. Alternaba el “Belmonte Rubio” con Lalanda y Nacional II. Otra tarde nos escribe sobre la portentosa muñeca del aragonés Villalta, con Valencia II y Lalanda. Ese mismo año dedica una crónica a “¡¡Cañero!!”, rejoneador cordobés. Una lección de toreo a caballo y emoción.

  1. Inauguración de temporada en Madrid con ruptura de valores tradicionales: “La obligatoria corrida de inauguración”. En cartel, Larita, Barajas y Fuentes Bejarano. Ese año debuta el novillero Cayetano Ordóñez. “Ganado chico y bichejos inciertos como es la condición de becerros”. Es Madrid. “Bichillo corniapretado casi brocho”.

Corrida de la Prensa en 1926 con Agüero, valiente y estoqueador, y otra con Belmonte, Márquez y Cañero, “la emoción que quiere decir la verdad”.

En 1927, Madrid, refiriéndose a Villalta y Agüero escribe: “Dos columnas firmes del edificio taurino”. Torearon una tarde Cañero y Da Veiga: “El toreo a caballo: De un caballista andaluz a un caballero portugués”. Ese año presenció “La tragedia de Gavira”. “Toros zancudos, cornalones, astifinos, mansos,  que no sirven para el toreo ceñido de la época. Cargaron con ellos los modestos  Gavira, Gallito de Zafra y El Andaluz”. Gavira salió de una estocada eficaz muerto por cornada.

En 1929 se lidió en Madrid una corrida fatal de Alipio Pérez. “Se celebró la Fiesta de la Raza pero los toros  fueron de la raza peor…y surgió el escándalo”.

En 1930 apostó don César por Manolo Bienvenida desde sus inicios: “El Niño perdido y hallado en el templo” y también ensalzó el triunfo de Fortuna y Bejarano con miuras y una buena tarde de Cagancho.

En 1931 ve por primera vez a Domingo Ortega: “Toreo bastote, tosco, anguloso…las suertes no salen bellas de sus manos”. Luego admitió la evolución del toledano con la elegancia del mejor estilista. Este año escribió de Bienvenida: “El torero de Sevilla”. Alternaba con Lalanda y Cagancho y Bienvenida tuvo triunfo de puerta grande como otro que  resaltó de Villalta ese año en Madrid.

El 1932 en una crónica titula: “Por la puerta de la gloria viene el amo del toreo (Bienvenida)” y en otra discrepa del toreo de Victoriano de La Serna. Solo traigo una muestra de un momento de su tiempo, de la diversidad crítica y referencias diversas que se pueden completar.

En el conjunto se aprecian matices “singulares”: “Choto, mogón, de escasísimo respeto, prostituyendo la profesión, exigir a los que empiezan, resumen de la chotada…”.

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTO

“Clarito” en sus tiempos iniciales y de pleno empleo en el periodismo taurino.