Gregorio Sánchez destacó con los mejores, defendió a los más débiles y enseñó durante treinta años en la Escuela de Tauromaquia de Madrid.
Víctima de represalias, salió a hombros 11 tardes en Madrid y 2 años encabezó el escalafón de los matadores de toros.
El Club Cocherito de Bilbao completa la semana de Corridas Generales con trofeos a criadores de bravo, toreros, cronistas, fotógrafos, pintores… Ofertas gastronómicas, tertulias con ganaderos, informadores…y miles de actividades culturales, docentes, literarias y artísticas. En 2017 dedicó diversas secciones a Iván Fandiño: Documentadas, afectivas, merecidas y toreras.
Inevitable escuchar a taurinos, alguno coterráneo, y no espectadores ocasionales de aluvión, comentarios sobre la desaparición en abril de Palomo Linares. Al evocar la muerte de Gregorio Sánchez, casi paralela con la tragedia de Fandiño, se dijo: “A ese no lo conocía nadie”. ¡Falso!
Lo de “taurino” supera al simple aficionado, implica algo de entendido y no tiene que saberse el “Cossío” pero sí una “mijita” de los que saltaron el gran montón que cada año formó el colectivo. Gregorio Sánchez dirigió 30 años la Escuela de Tauromaquia de Madrid, toreó 51 corridas en Las Ventas, cortó 34 orejas y salió en hombros a la calle Alcalá 11 tardes, una de novillero. Está en el grupo “venteño” de El Viti, Camino, Bienvenida, Andrés Vázquez, Ruiz Miguel… y otros “baldaos”.
En los años 57 y 58 fue el que más corridas toreó y cuando se condenan coñazos de “faenas” eternas es histórico este aporte: “Gregorio en el 60 toreó en Madrid, gratis, 6 toros de Barcial para el Montepío de Toreros y en 80 minutos los lidió cortando 7 orejas”. “Cosillas” que debieran saber los atontados mediocres y “enteraos” que “taurinean”. Rigiendo el toledano los Auxilios Mutuos Toreros, se inauguró el “brindis” a Fleming, en la explanada de Las Ventas, mediados los 60.
Gregorio Lozano Sánchez nació en Santa Olalla, entre Toledo y Talavera de la Reina. A 80 kilómetros de Madrid. Gran pueblo, ronda los 3.000 habitantes, y lugar de paso con iglesias, judería, tradición morisca, cerealista y olivarera: “Santa Olalla, mal haya, tiene tres torres y por eso la llaman engaña pobres”. Lució la Medalla de Oro de su pueblo donde tiene una calle y un busto en la plaza de los Reyes de España. Otro le inmortaliza en Talavera, aquí fue concejal socialista, cerca del de Joselito y Morenito de Talavera en los jardines de El Prado, orilla del coso “La Caprichosa”: Un paseo taurino con ermita. Visítenlo… tras asistir a una corrida.
Luchó 4 años en las capeas más duras y en el 54, con 27 años, debutó en Madrid, toreó cinco tardes y cuatro más antes de su alternativa, el año 56, en Sevilla con Antonio Bienvenida de padrino. Se retiró en el 73 y por su entrega, duración y corridas en favor del Montepío de Toreros recibió la Cruz de Beneficencia.
Con 13 años le fusilaron al padre y 7 de sus 11 hermanos murieron en época oscura y “victoriosa” de ajustes y venganzas. Desde niño vivió miserias y pronto trabajó de albañil: “No tuve infancia, ni fui niño. Desde chiquillo, viví desdichas y la guerra con sus miedos. No tuve hambre de triunfo sino de no tener algo para comer. Ni carne ni pescado. Solo pan duro. Mi sueño era una casa para ducharme solo”. Lo alcanzó con valor, entrega y sobriedad. Gran lidiador y tenido por sucesor de Domingo Ortega al que asimilaban por su toreo castellano.
A principio de los 90 toreó Cristina Sánchez, sin picadores, en Santo Domingo de la Calzada, 2 orejas y 2 avisos en su segundo, con Macareno, hijo, una oreja en cada uno. Los dos de la Escuela Taurina de Madrid. No recuerdo al tercero, falto de oficio y sin premio. Excelentes novillos de Pilar Población y gran entrada en la plaza. Vecino en burladero de callejón tuve a Gregorio con el que nunca había hablado.
Buen toreo de Macareno y suerte de Cristina en su 1º que se echó con un pinchazo. En el 4º, solemne y torera con capote y muleta y fatal a espadas ya que arrancarse el eral y huir de la suerte la Sánchez era todo uno. Sonrisas, lágrimas y orejas. Yo escuchaba a Gregorio al estilo sordo ¡Qué broncas al padre de la joven, lidiador en la cuadrilla! ¡Y a ella que le perdonaron el tercer aviso y diez más!
Un par de años después compartimos mesa, alternando con Antoñete, hijo de rojo y colillero de posguerra, en el coso de Bayona. Diálogo, referencias, recuerdos…y más en la cena y entrega de trofeos en el Hotel du Palais de Biarritz. Gregorio me reprochó, en un momento puntual, con simpatía: “Joder cómo eres: No pegas tiro que no vaya a dar”. Recordando, al alimón con Antonio Chenel, su duro adiós en Madrid, con 6 “prendas” de Aleas, dijo: “El pueblo es así. Riego fue “el libertador” con un rey tirano y traidor y acabó ahorcado y descuartizado en la Plaza de la Cebada tras cruzar Madrid arrastrado por un burro entre burlas, fiesta y bulla. Olvidaron mis días de triunfo y casi me apedrean”.
Quedamos como conocidos. Me pareció hombre recto, serio, cabal, fuerte, un poco difícil de trato e íntegro. De niño “lidió”, sin técnica ni recursos, amenazas, represión, vejaciones, deportación, prisión, asesinatos, desposesión, manejos caciquiles, lucha obrera…¡Tenía que ser peculiar ! Y por angustia, hasta algo tartaja.
En 1997, debut de Urdiales en Madrid, vi el festejo con Pedrés en barrera. Debajo, Gregorio en burladero de callejón. Cerca, Bojilla y Pacorro. Por el interés que vio el toledano en Pedrés, comentaba las faenas y opinaba sobre el riojano que le gustó. Curro Díaz abría cartel y Diego brindó el 5º a Antonio León. Con buenos novillos de Alipio, ligó y templó muchos pasajes. Dos vueltas al ruedo. Esperábamos final de orejas. Se leía en “Aplausos”. “Deja la puerta abierta. Apto para la repetición”. Llegó pronto con utreros de La Quinta, de triunfo, que superaron al riojano en tarde desatinada ¡Me lo “recordó” el jodido Gregorio en un saludo!
Pasaron años y en el 2012 fui invitado por veterinarios y políticos de Castilla-La Mancha a hablar sobre vino y toros. Se premiaba al ganadero sevillano Manolo González en las colosales bodegas “Osborne” de Malpica del Tajo, cerca de Talavera. Invité a Gregorio pero no tenía ganas de fiesta… o de “aquella” fiesta.
Solo vi en una ocasión al toledano, en Logroño, el año 62 alternando con Alfredo Leal y Paco Camino. Una oreja y nada especial. Lo que sigue es rebuscado. Debutó en La Manzanera, en corrida a beneficio de los damnificados en Cervera del Río Alhama, el 12 de octubre de 1956: Tres orejas y rabo. Luego alternó los años 57, 58 y 60 con Litri, Curro Girón, Chamaco, Paco Camino…Cinco corridas, 9 orejas y un rabo. Por aquellos años toreó 3 tardes en Calahorra con Bernadó, Chamaco…y 2 en Haro con Antonio Ordóñez y Curro Girón… Saliendo a hombros.
El año 64, en Málaga, feria agosteña, 11 corridas de toros con las figuras, y 3 novilladas ¡Lo mismo que hoy! Hubo días con toros tarde y noche y en tres fechas, una con Andrés Vázquez, vimos a Gregorio cortar orejas y rabo y sufrir cornada grave sustituyendo a Pedrés en los “pabloromeros”. Litri, Ostos, Puerta, Camino, El Cordobés, Curro…y El Monaguillo en las novilladas. Son referencias del “desconocido” que, por un poner, toreó con Camino, alternativado en el 60, en 27 ocasiones y el año 58 en 23 carteles con Ordóñez ¡Vaya con los desconocidos!
Existía Marbella, con menos de 20.000 habitantes, y uno vivió verano de pescadores antes de árabes, “giles”, “pantojas”, “cachulis”, yates… Y asistió al debut taurino de Folledo, compañero de discoteca y herido grave, con El Pepe y Joaquín Camino. La “fiesta” alternaba con sol, playa, iconos andalucistas y folklóricos, el paisano bebiendo del búcaro, la hembra con el cántaro en la cadera, los burritos con gafas y sombrero paseando turistas y niños, la copla desterrada por el pop y rock, el “libertinaje” del bañador de dos piezas o la sueca en bikini y el cantaor gaditano Roque Montoya “Jarrito” en el tablado La Pagoda. Ya lucía lo “kitsch” y lolailos rumberos con “ange”. El pino se sustituyó por la palmera y los prólogos de guías referían de los moriscos. Nunca del Pardo y las cárceles ¡El tardofranquismo!
Acampados cerca de la finca “Los Gitanillos” de la familia González Flores, compartíamos la playa “La Fontanilla”, junto a los apartamentos Skol y el hotel Don Pepe cerquita del centro de Marbella, con Lola Flores. Llevaba a raya a Lolita, que andaría por los cinco años, y al niño Antonio que tendría la mitad ¡Cuidadito con salpicar arena! La familia perdió la finca y La Faraona, qué carácter, tiene dedicada avenida y escultura en la Marbella elitista, hortera y linajuda ¿Existe la Plaza los Naranjos junto a la iglesia del pueblo? ¿Y el hotel Farina? Aquí estamos, Gregorio.
En la imagen, el maestro Gregorio Sánchez.
Pedro Mari Azofra.