-Modelo de persona: Currante, atento, formal, buena gente y aficionado consecuente sin resentimiento por no haber triunfado en los ruedos.

-Alumno de la Escuela Taurina de Madrid, toreó en La Maestranza, Las Ventas…y colgó la montera en 1985 tras breve currículo.

-En La Rioja hizo el paseíllo, sin picadores, en Logroño, Arnedo, Calahorra, Navarrete,  Cervera del Río Alhama…

-En la vida civil creó una empresa en Sevilla, donde residía, con excelentes resultados económicos, solvencia profesional y  competente gestión.

Aprovecho tan lamentable pérdida

Para dedicarle un recuerdo a Teo

Y al mundo taurino de su pueblo, que

Como tantos es desconocido.

El 31 de diciembre de 2.022 fallecía de muerte repentina a los 66 años, en su pueblo  Aznalcóllar, Teófilo González Calero que durante su etapa novilleril fue “El Sevillano” en los carteles.

Teófilo pertenecía a un club o entidad deportiva sevillana de piragüismo, regatas o algo similar y el día de Noche Vieja estaba corriendo con unos compañeros deportistas de su equipo por la zona de la Dehesa del Perro o Los Castrejones, en su lugar natal, cuando se encontró con la muerte de forma inesperada.

“El Sevillano” fue alumno en la Escuela de Tauromaquia de Madrid y allí lo conoció Jaime Marco “El Choni”, figura del toreo valenciana en los tiempos de Manolete con el que alternó numerosas tardes. Jaime “El Choni” terminó su carrera torera en México, en cuya capital mantuvo una empresa y vivió años.

“El Choni” fue muy amigo del aficionado riojano, de Haro, José Luis González: Copropietario y gerente en Madrid de bodegas Martínez Lacuesta de Haro. Los dos amigos e ilusionados con Teófilo. Con ambos compartí muchos festejos y conferencias en algunas entidades taurinas, ratos de bodega…y aprendí cosas del mundo taurino y del toreo  hasta que se fueron de este mundo.

Jaime vio cualidades en “El Sevillano”, le ayudó y por su recomendación toreó en las plazas riojanas de Calahorra, Cervera del Río Alhama, Navarrete y Logroño.

Teófilo “El Sevillano” formó en un cartel de noveles, sin picadores, en la madrileña Vista Alegre por el 77 y un año después con caballo en la misma plaza. En Las Ventas debutó sin caballos en el verano del 81, con cinco novilleros más. El año 1984 debutó en La Maestranza de Sevilla y en Las Ventas de Madrid con picadores. En Sevilla, el 26 de agosto alternando con Antonio Corbacho y Marcos Valverde y en Madrid el 7 de octubre con Manuel de Paz y Jorge Manrique. En la temporada siguiente toreó una tarde y fue su final taurino de luces.

Teófilo fue un ciudadano serio, formal, trabajador…Creo una empresa de limpieza de edificios, establecimientos…o algo similar en Sevilla y ha dejado saneada y “orientada” a la familia. Ya se encargaban de ella su esposa e hijos pero él se mantenía a tanto…sin ser “jefe”.

Pasados los años toreros…un día me saludó Teófilo en el restaurante sevillano “Puerta Grande”, de mi amigo Antonio Donaire “El Morito”, que yo frecuentaba en mis numerosas visitas a la Feria de Abril sevillana y en otras fechas. No lo reconocí ya que había perdido la abundante cabellera que lucía de joven. Pero echamos unos ratos de recuerdos que luego se repitieron algún año y en algún “Sanfermín” donde asistía siendo Manolo Cortés apoderado…puede ser de Pepe Moral. También  Pamplona fue un espacio bonito para recordar.

SU PASO POR LA RIOJA

Debido a mis familiares relaciones con “El Choni”   y José Luis, con los que repartí ratos inolvidables gastronómicos, aporté mi influencia para que “El Sevillano” toreara en La Rioja donde por los años ochenta algunos grupos de aficionados organizábamos novilladas sin picadores, festivales…dedicando los beneficios a alguna causa social, en Logroño y otras localidades.

El 4 de setiembre de 1981 torea “El Sevillano”, en Calahorra, novillos de Julio Aparicio. Alterna con Gitanillo Vega y El Fundi II. “No asistió la gente que el festejo y la causa merecían. Una cosa es la fiesta de toros y otra  la fiesta social en una plaza de toros”.

Escribí en breve crónica este resumen: “El Sevillano realiza cosas de arte, gusto y torería. Torea sin enmendarse y dominando las suertes a su primero. Con oficio y dominio manejando el capote. Mata de estoconazo. Dos orejas. Sale con la montera a torear de muleta al cuarto. Como los toreros de antes cuando no brindaban. Y para mí hizo casi lo más importante en toda la serie de doblones sin enmendar y con dominio a un novillo que quería irse de la plaza. Entra varias veces a matar…palmas”.

En la nota previa adorné así la presentación del aznalcollero: “Un chaval del pueblo sevillano de Aznalcóllar. Cerquita de la capital. El pueblo que mezcla en curiosa naturaleza: Campiña, bosques, ganadería y minas de pirita”.

En Navarrete toreó El Sevillano alternando con el salmantino Poli Benito, en agosto de 1982, y en Cervera del Río Alhama se anunció con su paisano Pepe Aznalcóllar el 25 de julio de 1982: Novillos de “Niño de la Capea”. En el mismo cartel  se anunciaban para el día 26 Jaime González “El Puno” y Lázaro Carmona, matadores de toros.

Todas estas fechas las recordaba con cariño Teófilo en los ratos que echamos en Sevilla y Pamplona. Nunca con reproches o resentimientos porque reconocía su evolución y el límite de los que era protagonista y “culpable”. Según él.

En Logroño toreó el 10 de abril de 1983. Un cuarto de plaza. Novillos de Matías Bernardos “Raboso”, de Salamanca: “Gallito de Alfaro”, Jean-Luc Laffite y El Sevillano. Entresaco de la crónica de un tal Pedro Mª Azofra. Titular: “Inválidos e indocumentados a “go-go”. “Toreros no hubo más que uno: El Sevillano. Demostró raza y ganas poniéndose de rodillas ante los dos. Intentando todo con el capote. Pinchazo sin soltar y espadazo a toro arrancado. Vuelta. Y aplausos de aficionados que han comprendido la importancia de su labor.

“Gallito” , pasecitos sin ligar, velocidad, dudas, miedo, desencajamiento, salta la barrera, huyendo al matar…Lafitte, sin valor, indocumentado,…Prescindiendo del comportamiento del ganado, lo mínimo es el valor y los dos se lo dejaron en casa. O lo guardan para mejores ocasiones”.

Añadía una ampliación en otro comentario: “El Sevillano intentando todo con el capote. Preciosas chicuelinas descubriendo el último novillo por los dos pitones. Oficio, gusto y serenidad con la muleta. Le ha venido chico el material. Sitio, postura y colocación ante el inválido chivarrete primero. Detalles a dos manos de gusto. Estocada hasta la bola. Vuelta. Importancia lo realizado al cuarto: Templando, dando distancia, altura, mimo…y obteniendo importantes naturales de frente y derechazos de excelente factura”.

En el semanario “Aplausos”, nº 290, firmé lo que sigue: “¡Paso a “El Sevillano”! Nadie puede adivinar, y escasamente se acierta, cuál es el techo de los novilleros. Pero cierto es que por aquí, que torean muchos, o hacen el paseíllo, a pocos, incluidos los de festejos picados, se les ha visto con tantas ganas, tanto sentido de las distancias y tanta cabeza y serenidad como a “El Sevillano”. Con  el capote hizo numerosos y variados quites. Con la espada “se echa”. Y a su segundo novillo, protestado por inválido, pero con raza admirable, lo toreó con tal temple, ajuste, medida y plasticidad, que el animal acabó recuperado.

Que llegue o no, es otro tema. Pero que merece oportunidades como el primero, lo ha demostrado. Y los buenos aficionados de Logroño lo han entendido premiándole con vueltas al ruedo”.

Pedro Mari Azofra

Pies de fotos:

Pepe Manfredi con los banderilleros El Califa y Manolo Bélmez en la fonda de Cervera. Logroño: Gallito de Alfaro, Jean-Luc Laffite y «El Sevillano». Navarrete: «El Sevillano» con el salmantino Poli Benito.  Sevilla: Teófilo «El Sevillano» en el restaurante «Puerta Grande».