Las suspensiones de grandes ferias por la «covid» han pasado «desapercibidas» para los «medios» y eso implica un desprecio a históricos acontecimientos y su repercusión.

Acabo de leer que la «Fundación Toro de Lidia» ha sido laureada por el Ministerio de Cultura y Deporte con el Premio Nacional de Tauromaquia.

No sé si poner por título fiesta desdeñada, postergada, humillada, desairada, puteada…En estos días, o temporada, del Coronavirus repaso, con más o menos fijeza, varios diarios escritos nacionales, regionales y locales. Escucho a distintas horas informativos de radio, esencialmente RN, algunos en televisiones…y  lamento cómo se borran de los calendarios festeros, deportivos y comerciales, Las Fallas, La Magdalena de Castellón, choques deportivos de alta competición, ferias y citas comerciales, de arte, teatro, festivales de cine, conciertos, se cierran museos.…y otras fiestas, procesiones, romerías y eventos. Se abren, se vuelven a cerrar…

Cuando estoy tomando cuatro notas para ordenar esta colaboración que me provocan algunos subnormales anti toros, me entero que el Ministerio de Cultura y Deporte ha honrado a la Fundación Toro de Lidia con el Premio Nacional de Tauromaquia. El equipo del ministro Uribes se ha basado en varias facetas de esfuerzo, petición de lógica, cultura, economía y justicia social y retributiva. Pero tienen, si son normales y consecuentes, otras mil razones más para arrimar  apoyos.

No he leído que en Valencia se canceló una semana de toros, televisada para el mundo  con las actuales figuras del toreo, y en Castellón otros seis días con similar oferta cuando lo anterior es fundamental, popular y universal en estas ciudades levantinas. O que en Madrid se fue al garete todo el inicio de temporada taurina y el mes de mayo, y casi junio, con corridas a diario…y que la plaza de Las Ventas, la más importante del mundo, no se haya abierto en todo el año ni se haya reformado, ¡qué oportunidad!, como prometió la Comunidad en su última adjudicación. A niveles generales de información…como si todo siguiera igual ¡Con la repercusión comercial positiva que tiene el toreo en el Madrid hostelero y restaurantero!

Se ha borrado la feria taurina de abril en Sevilla sin notarse…cuando leo de maratones, carreras pedestres, conciertos, fútbol, desfiles de moda…señaladas con todo detalle. Parece como si nunca hubo feria. Otra plaza lleca todo el año con lo que mejoran la capital del Betis los festejos taurinos. Creo que esos capítulos referidos merecían, como mínimo, ser personalizados. Pero los taurinos debemos ser raros. Se nos considera poco y demasiadas veces damos material fácil para el olvido y la anécdota chuflona y así como pintoresca.

Conservo amistad con una familia gitana asentada en la Rioja Alta y el patriarca, a quien trato hace más de 70 años cuando andaba descalzo en invierno y verano, sin asistir a boda o juerga alguna estuvo “islau” en el hospital de Logroño  con el virus famoso. Me lo contaba su familia cuando me recreaba con el último número de “Al-Yazirat”, una revista de flamenco que ha concedido la XXVII Palma de Plata a tres gitanas de una personalidad y carácter  históricos en el cante gitano de la Baja Andalucía. Se trata de Juana la del Pipa, Inés Bacán y Dolores Agujetas. De Jerez y Lebrija. Tres monstruos del cante grande. García Lorca dijo o escribió que “en Lebrija, Utrera y Jerez están las diez familias que han mantenido la gloriosa tradición del flamenco”. O algo similar. Yo lo ampliaría un poquito. Pero ahí queda.

Total. Que me puse un poco triste y así se lo manifesté a un taurino culto, preparado, viajado y casi profesional. Me arreó una retahíla que no fui capaz de cortar. Como si el pueblo gitano tuviera la culpa de lo del virus este en España. Que si la superstición, el fetichismo, religiones extrañas y espiritismo…que si el mal fario y el gafe que desarrollan, que si las doctrinas ocultas y lo amuletos, que si los toreros gitanos, que si Gitanillo y Manolete, que si Gallito, Soto Vargas…Me quedé loco de lo que sabe este hombre que para remate puntillero me dijo que el pobre Filiberto Mira, “tu colega en tantas tertulias”, fue gafe oficial  ¡Y estuvo toda una vida implicado en el mundo taurino y esas cosas apartan a la información y a la gente   del toreo y del cante!

¡Pobres gitanos! En otras épocas las epidemias se consideraban castigo de Dios que se cabreaba con el mundo. Y para templarlo se llevaba a la fogata a herejes, curanderos, judíos, brujas y gente que pensaba por su cuenta. Los gitanos han estado perseguidos por Reyes y gobernantes españoles. Condenados a galeras y a no procrear. Estos de la Gurtel o Kitchen que robaban millones hasta con el viaje de Papa, y más cosas, el Bárcenas que repartía la morterada a políticos adinerados, Urdangarín que mangaba en nombre de su suegro, el Rey inválido que derrocha millones en propinas y ha huído,  los Pujol que “furtaban pié a vessar”, o el tal Rodrigo Rato, los “eres” del sur…a qué divinidad se acogen estos pájaros o qué doctrinas ocultas cultivan, o cuáles son sus amuletos, o quimeras, o qué cenizo les protege, o a qué ídolo o tótem adoran… ¡Joder con el toreo, el anti gitanismo y el cante!

Pienso que todo lo referido a religiones, sectas y similares son engañifas, trolas y triquiñuelas idólatras que tienen atrapados a demasiados taurinos…y a los contrarios. De toda la vida. Por eso se les considera tan poco por el resto de la población informadora o influyente  ¡Empresas comerciales todas al final  del cuento! Y quiero defender al taurino Filiberto Mira al que el toreo, de forma destacada, tachaba de gafe, malage y malasombra. De mal fario y aguafiestas. Estuvo toda una vida informando, haciendo crítica, entrevistas taurinas…¡Y todos con lo de gafe… y mamando!

Fue un capillita ilustrado que movió por los años sesenta el semanasanteo o cofradiereo sevillano en prensa y radio. En ABC, Correo de Andalucía, Radio Sevilla…Extremeño oliventino asentado en Sevilla desde chico.  Abogado, escritor y periodista. No fui nunca amigo ni compartí su filosofía y creencias aunque participé en docenas de tertulias taurinas televisadas  con él y mantuve un trato civil correcto y hasta entrañable. Muchos idiotas le culpaban de cualquier chorrada taurina adversa por no culparse ellos mismos ¡Qué bonito!.  En esto ocurre como cuando tienes un familiar borracho, por ejemplo. Tu le puedes reprender, reprochar, llamar borrachín, cuba,  pellejo…Pero te jode y no soportas que se lo digan otros.

Puedo decir que en el  coche de Dámaso González, conducido por su hermano Pepe, acompañé con Filiberto  y el picador Aurelio García el furgón  fúnebre que portaba el cadáver de Mariano Carriles de Valencia a Sevilla el 30 de agosto de 1982, día vacacional clave en carretera, y no ocurrió nada. Ni ese día en la plaza de Valencia, donde salió un miura de bandera para el que pidieron el indulto, y dos ovacionados,   e hizo la faena de su vida Esplá, ni al día siguiente que toreó Dámaso la de Cebada Gago, con los honorarios para la familia de Carriles, y en la que salieron al ruedo tres “cebadas” aplaudidos en el arrastre y a uno  El Soro cortó dos orejas.

El que esto firma, agnóstico convencido, aprovecha estas líneas para anotar que es una injusticia señalar a  ciertos ciudadanos por lo que puede ser de fácil crítica o gracioso comentario. Se lleva en el taurineo así como presumiendo. Filiberto Mira, capillita, cofradiero e idólatra, nos ha dejado libros sobre Manolete, Bienvenida y Jesulín de Ubrique. Otro sobre el toro bravo, sus encastes y ambientes ganaderos en España, América y Portugal y un par de tomos o tres de todos los festejos en la Maestranza sevillana en el último siglo. Un archivo útil cuando tantos fantasmas, “bien considerados”, no dejan o han dejado  para la fiesta y la afición ni los mocos.

Solo por sus libros, con el estudio y el esfuerzo que exigen esas publicaciones y la habilidad para conseguir sacarlas a la luz,  merece Fili un lugar de respeto en el toreo y no el referido a cenizo o gafedad. Sencillamente. No estaba yo de acuerdo con sus crónicas pero dejó cientos de entrevistas y otros  escritos camperos y aunque han pasado quince o veinte años de su desaparición lo recuerdo con simpatía porque nunca se enfadaba cuando aprovechando sus “alabanzas” me lucía en alguna apreciación “grasiosa” que él remataba con reproche respetuoso al chaval, ya que me pasaba diez o doce tacos…de aquellos. No soportaba que a los capirotes les llamara cucuruchos o a los pasos, tronos.

He citado unas ferias pero no quiero olvidar las de “fogueras” de Alicante, Las Corridas Generales de Bilbao que transforman y enriquecen la ciudad, Santander, Logroño que sin toros sería una fiesta de guisos callejeros de posguerra con bombo y charanga, Zaragoza que mantiene alta categoría ganadera y abundancia de visitantes, Salamanca…que merece aplauso porque “La Gaceta”, al contrario de la inmensa mayoría de medios, no ha dejado de ofrecer entrevistas, reportajes, campo, festejos, obituarios…como si no hubiera pasado nada. O “La Glorieta” de Paquito Cañamero siempre con temas de interés formativo.

La conclusión es que se “aparcó” el toreo y no ha pasado nada habiendo pasado mucho. Lo de no darle importancia es de ignorantes, chuflas, vagos, partidistas, incultos, cercenadores de esencias populares, liberticidas y aprovechados.  En el mundo del toreo, contando lo comercial, todo eso de gafes, gitanerías baratas y otros prejuicios no tiene nada que ver con lo esencial. Y los medios de difusión han debido echarle más cuenta a las ausencias aunque solo hubiera sido por mantener la esperanza y por agradecimiento de tantas páginas y horas que el toreo y sus ferias les ha dado oportunidad de llenar…sin mayor esfuerzo y hasta mangando algo.

Pedro Mari Azofra.

PIES DE FOTOS:

-Filiberto, Leopoldo, Díaz Flores, Suárez Güanes y Carabias (1987).

-Filiberto, con las “muletas” a su derecha y un gesto muy suyo, y Martín Aparicio en Sevilla (2001).

-Filiberto en Utrera con el nativo Curro Durán.