Manuel Escribano y Sergio Serrano han demostrado, con mando y temple, que es una felonía que no cuenten con ellos en las ferias importantes.

En vivo o por televisión se han visto lo que son las astas de los toros cuando tienen una edad y no han sido manipuladas para humanizarlas.

Tres toros de Garcigrande y dos de Algarra mostraron cualidades de repetición, fijeza y codicia… sin pasar a transmisión emocionante y de víspera de peligro.

En la apertura “oficial”, y también política, de Las Ventas de Madrid se anunció una corrida de cinqueños de Victorino Martín. El festejo fue acogido a forma de desahogo y con alegría de fiesta de pueblo sin exigencias y con ganas de diversión. La plaza no vendió todo el pescado que tenía dispuesto y hay que destacar la actuación de los varilargueros Curro Sanlúcar, en el cuarto, y mucho más la de Tito Sandoval, el “viejo”, en el quinto. Los dos recibieron y picaron citando de lejos, arriba, con medida, con torería y buena monta en la segunda entrada.  Casi todo lo demás del relato es de una vara e incluso picotazo. También lidió muy bien al quinto Fernando Casanova.

Pitos justos al primero, sin fuerza y parado, flojo, intratable y difícil el segundo, deslucido y sin humillar el tercero y sin recorrido ni un pase el sexto. Todo el encierro cinqueño, bien armado, astifino y bien alimentado.

El cuarto, palmas en el arrastre, encastado, con fijeza y altiricón embistiendo. El quinto humilló y repitió  con nobleza y calidad faltándole un poco más de fiereza.  Como alguno más, con dos  puñales por cuerna. De cuatro, dos para comparar con la birria que vemos. Los otros cuatro no sirven ni para torear, ni lidiar. Negativos y como si estuvieran entrenados para asustar y no dar espectáculo.

Escribano recibió a portagayola y puso banderillas a “sus” dos. Valor, dominio y riesgo. Espectáculo. Con el primero estuvo lidiador y mató con gran estocada. Y le pitaron…oiga. En el cuarto puso la plaza en pie con las frías. Cambiados por la espalda, emoción, naturales de lujo en varias series, algunos por el derecho de buen corte…una gran faena.

Sergio Serrano inició faena al segundo haciendo escuadra con las rodillas, con gusto, y arriesgó derecheando. Se peleó con valor y dando la cara. Mismo inicio de faena en el quinto y toreo por el derecho lento, reunido con remate de pecho por ambos lados. Firme, largura al natural, muleta baja y despaciosa con la diestra y gran estocada contraria. El presidente remoloneó para entregarle una oreja. Cuando se regalan con chivos anoréxicos, despitorrados e inválidos a los que más que torear les dan cañizazos.

Fortes arriesgó con la izquierda en el tercero, estuvo firme y centrado citando por el mismo lado, ofreció algún pasaje importante por el derecho y con esa mano toreó de frente y bien colocado. Tuvo un lote infame.

Vimos toros, mando y soltura firme de Escribano, exhibición de  sosiego y toreo bueno de Serrano, ambiente aldeano de público, pitones auténticos de toros y nos faltó la vuelta al ruedo de algún toro que la mereció.

Lo de Alicante es capítulo distinto…de la misma historia.

La tarde del gran homenaje a  José María Manzanares fueron los toros de Garcigrande. Bonitos, agradables…Nos entendemos. El primero repetidor incansable y codicioso en la acometida el quinto. El cuarto, serio, tuvo emoción, fijeza y codicia. Flojo en varas, no mereció la vuelta al ruedo. El tercero y segundo, normales y repitiendo con desigual entrega. El sexto repetidor inquieto. Un conjunto para formar la mundial con un público ambientado con brindis, celebración, liturgias y recuerdos.

El Juli se hartó de dar pases al primero. Verónicas, chicuelinas de manos bajas, series por el derecho lentas, cambio de mano, cadenas con el de pecho, circulares, naturales de frente…y el público loco. Con el tercero hizo de todo con desafío entre pitones incluido y mató de gran estocada. Con el quinto, como si estuviera en un tentadero. Pero ¡Ojo! Este toro planteó problemas y tuvo el torero la habilidad de no quitarle la muleta de la cara y consiguió pases largos llevándolo empapado en la muleta. Ligazón, limpieza, continuidad de la embestida “atado” el toro a la muleta, toreo de poder…Son los toros que hay y se lidian y aprueban con alborozo.

Larga de rodillas de Manzanares para el recuerdo, encela, liga, tapa la salida, cambia de mano…y estocada. Muy firme y relacionando pases en tandas por el derecho…”señoriales”. Estocada recibiendo. Doblones con poderío al último, toreo por naturales excelente…y estocada trasera. Esto es lo que hay. Justo Hernández cría los toros que le piden los que están en lo alto del escalafón. Y estos toreros, que no son lilas, hacen lo que el público que “invierte” ovaciona y solicita. El público manda en la fiesta de toros. Y no hay abuso sino acuerdo y consentimiento de la clientela que hasta se mete un bocata para el cuerpo…por su cuenta.

Los toreros de plata Duarte y Blázquez destacaron en las cuadrillas.

Dos toros de Algarra y escenografía taúrica de Antonio Ferrera.

Por si se me va el perol, empezaré destacando a los subalternos o auxiliares Fernando Sánchez, Valdeoro, Montoliú, Trujillo, Araujo, Revuelta y Perico. Aportaron momentos y estampas premiadas con justos aplausos.

El toro cuarto, con codicia, fijeza y repitiendo con clase, y el quinto, con cara de toro, bueno y noble, destacaron entre los despitorrados, derrotones, parados, sospechosos de manicura y esaboríos. Que se lo repartan.

Juan Ortega anduvo alrededor con temple, despaciosidad y torería y regaló unas verónicas lentas y limpias. Y se fue con tres avisos en el tercero.

Morante bordó verónicas de cartel en el devuelto y le aplaudieron otras al inicio del lance aunque siguiera un desarme. Ole. Más castigo que toreo a su segundo. En su tercero, ayudados por alto de pie y semi genuflexo, dextrorsos lentos y con buen trazo naturales y derechazos, no muchos, finales de frente por el izquierdo y broche como empezó.

Excelentes verónicas y media de Ferrera que dio tandas por el derecho entre toreo clásico y doma muletera. Un quite-despertador vistoso que levantó la tarde por Chicuelo, rodilla en tierra y media de lujo. Derechazos y naturales  largos, teatrales, toreros, espectaculares, distintos…a su modo pero toreando. Lo de matar llamando desde otro pueblo al toro y el despilfarro en los tendidos que vibraron en pie.

Si torear es todo lo que se le hace a un toro…el mallorquín de Extremadura torea como nadie, más que nadie…y para los creyentes con una cornada de 15 centímetros recibida el día anterior en Badajoz que no se le notó hasta el minuto final del combate.

Más o menos, vi todo lo anterior y lo trato de recordar y describir. No puedo hacerlo para concretar trofeos. No me acuerdo. Otra cosa es como interpreto y entiendo, según mi humilde saber y entender, el toreo que se aproxima a como ya lo describió en 1908 don Amós Salvador en su “Teoría del toreo” que recomiendo. Lo que hay es irreversible. Y si esos “lujo, excelente, ligado, bajando la mano, dominio, reunido…” fueran con toros un poco más serios y fieros, no mansos, las plazas volverían a vibrar llenas y la fiesta de las fiestas españolas volvería a estar en la vida y ambiente de los españoles que ahora ni está ni se vislumbra un profesionalismo taurino que la ponga. Creo yo, vaya.

Pedro Mari Azofra    

En las imágenes, dos momentos brillantes de cada uno de los héroes del pasado sábado en Madrid frente a los toros de Victorino; ellos son, Manolo Escribano y Sergio Serrano. A su vez mostramos la bella estampa de un toro de Victorino Martín de lo que lidió y triunfó en Las Ventas.