Parte de lo escrito está escuchado a profesionales como hermanos Camará, El Andaluz, El Choni, Julián Marín, Litri, Aparicio, Miguelín y El Vito.

El que cree que pueden torearse todos los toros ni es buen aficionado ni es inteligente. (Pepe Luis)

No creo en la clasificación de toreros por escuelas: o se torea bien o no se toreo bien. ¡Así de sencillo!

El “Sócrates de san Bernardo” nunca buscó exhibirse, apareció en los medios informativos  lo justo y menos, le costaba dar entrevistas y fue un hombre amable,  ameno y tratable. Rehuía los actos sociales y bullicios. A través de los años nos ha dejado sus ideas y manera de ser, ver el toreo y desenvolverse en la vida con abundantes y escuetas manifestaciones.

Muy al final de marzo del 2001, compartí la presidencia de una conferencia en el Club “Antares” de Sevilla: “Sevilla y Salamanca: tierra de toros y toreros”. No se lo dije. Como se anunció en los diarios, me llama el maestro para vernos y le digo: “Pepe Luis. Tus “paisanos” van a decir  que no sueles ir a nada de estas cosas y vas a ver a un incógnito del norte…y te van a poner a parir”. Creí que lo había convencido y poco antes del “paseíllo suena la megafonía: “Don Pedro María Azofra. Le espera en recepción don José Luis Vázquez Garcés”. Acudo a la cita y me lo encuentro con la viuda de Manuel “Andaluz”, fallecido un año antes y al que recuerdo de buenos ratos en Sevilla, Logroño y Pamplona. Con sorna especial me dijo el maestro: “Vengo por si al final te lanzan almohadillas y necesitas protección”.

De cualquier reunión de taurinos y toreros “de antes”, podías escuchar fragmentos sobre Pepe Luis y muchos de ellos guardo. He escuchado con reposo, en sobremesas no esperando el tranvía, a Pepe y Manuel Camará, años en la cumbre del apoderamiento, a el trianero Andaluz, torero sobrio y completo, en Sevilla y en La Rioja, que toreó con el de san Bernardo 68 tardes, a El Choni en numerosas ocasiones, a Julián Marín, que compartió cartel varias tardes con Pepe Luis, cambiando impresiones pepeluisistas con Juan Mari Pérez Tabernero en Tudela, a Litri, Aparicio y hasta a Miguelín que alternó con “el maesrtro” en Vitoria.

Espigaré algunos de los “proverbios” o ideario pepeluisista que guardo como grano en talega y que ya habré usado. Fue el primer torero que se enfrentó a los miuras con estilo moderno. Mató 17 corridas. La mayoría en Sevilla donde lo hizo 10 años seguidos.

-Me consultaba Miura en Sevilla para poner éste o quitar aquel. Yo siempre decía: Los que ustedes lleven son los que toreo. .

-A los miuras hay que hacerles las cosas muy prontito. Pensar muy rápido para no dejarles pensar. Taparles la cara y estar muy cerca.

-Lo bueno del miura es que avisa: Por aquí te voy a coger o por allí me quedo corto.

-Debo a los miuras haberme consagrado en Madrid y Sevilla. Hoy no se da importancia a torear esas corridas.

-De la salida por chiqueros me gustaba ver la penca del rabo. No me preocupaban los pitones.

-A los toros se les puede con la cabeza. El valor no cuenta.

-La faena la dicta el toro cuando acaba el tercio de banderillas.

-En todos los públicos hay un sector muy inteligente y otro de simples espectadores.  

-El torero siempre tiene miedo delante del toro. Lo importante es que no se lo note ni el público ni el toro.

– Me gustaba torear en el campo. Por el silencio y porque no hay coba, bullicio y aplausos.

-Los gritos ante el toro son gritos del miedo.

-Lo difícil que es torear bien y lo fácil que es cortar orejas sin torear.

-Hoy y siempre hay más público que aficionados. Al público le gusta lo bonito y superficial. Hay menos agrios que en mi tiempo y van a divertirse, que los vean y a pasarlo bien en un espectáculo.

-Antes era más amargo e iban a ver sangre del torero, del toro…pero los aficionados imponían su criterio.

-El torero que se conoce como honrado y trabajador siempre tuvo a favor a la gente y los aficionados siguieron al torero artista.

-Los primeros dan satisfacciones y los del arte son un poco menos seguros con la respuesta esperada.

-Belmonte y Chicuelo: De quienes más aprendí. Uno era temple puro y el otro daba gracia y como facilidad al buen toreo.

-El arte, en cualquier materia, es algo que no se puede imitar.

-Si la batuta de la fiesta la llevan los aficionados, el toreo mantiene las esencias. Si las masas anulan a los aficionados el toreo degenera.

-Torear bien, con los pies juntos, exige: Cintura para acompañar, buen juego de muñecas para llevar al toro y …gracia.

-Dar pases a pies juntos es otra cosa.

-Torear  es combinar dos palabras fundamentales: Técnica y arte. Cuando coinciden en el ruedo las plazas se entusiasman y se deja rastro positivo.

-El que hoy asistan el triple de mujeres más que en mi tiempo a las plazas ha humanizado la fiesta de toros.

-Reaparecí una vez y no debí haberlo hecho. Cuando nos vamos, debemos irnos para siempre.

-Los últimos dineros en el toreo son duros y amargos de ganar.

-Para torear bien, el torero se ha de poner en un terreno donde el toro le puede coger. De ahí nace la emoción.

-Por mucho arte que uno tenga, sin técnica estás perdido.

-El arte verdadero se resume en la naturalidad.

-Torear con la espada de madera es como ir a la guerra con escopeta de perdigones. Siempre toreé con la espada de matar. Si veía que el toro no tenía faena, lo  lidiaba y lo mataba. Nunca me echaron uno al corral.

-No sirvo para apoderado ni me gusta. Me da fatiga pedir favores y no me agradan los callejones de las plazas.

-No creo en la clasificación de los toreros por escuelas: Se torea bien o no se torea bien ¡Así de sencillo!

-Hay que iniciar las faenas acoplándose a la velocidad de la embestida del toro para adaptarla a la lentitud que le marque el torero a su gusto…o posibilidad.

-Yo me he considerado siempre, aparte mi manera de torear que puede gustar a unos más y a otros menos, un torero honrado.

-La honradez prohíbe las falsas apariencias.

-No he querido hacer cosas superfluas para taparme, o no he sabido. He preferido que me chillen como desganado a que crean que he intentado engañarles para cubrirme de que no podía estar bien con un toro.

-Después de torear un toro, nunca me he quedado totalmente satisfecho y creo que nunca acabé de entender a todos los toros. Ni en las mejores tardes.

-A Manolete le valían los toros buenos y casi todos los malos. Se metió en el callejón sin salida de hacer faena a todos los toros. Eso da mucho dinero pero el público no lo agradece. Exige cada vez más con todos los toros, te aceleran…

-Fue torero de gran personalidad y un soberbio estoqueador.

-Los toreros, si ponen afición, son los que más motivos tienen para saber de toros. Pero reconozco que los hay malos aficionados después de años de profesión.

-Los fracasos en el toreo, y yo los he tenido, se olvidan y los éxitos se suelen agrandar. Siempre recordamos los buenos momentos.

-Sé que tengo fama de “ahorrador”. Ocurre que ni me gusta la juerga ni la bulla que es donde se notan los derroches. Pero siempre mis hijos han estudiado en colegio, no me han faltado toros, galgos, caballos, finca…No me he privado de nada, no he pedido nunca a nadie y quiero envejecer sin sorpresas.

-Torear en el campo me compensa el estar retirado. No toreo festivales porque requieren privaciones en cuanto a dietas y forma física.

-No se puede salir a una plaza de cualquier forma y ya no estoy para sacrificios.

-Aquel que cree que se pueden torear todos los toros ni es buen aficionado ni es inteligente. Cada vez abundan más los toros que admiten el buen toreo.  

Para cerrar esta biblia taurina, recordaré lo que dijo Juan Belmonte “El Pasmo de Triana”, el de “antes y después de Belmonte”: “Si le dicen a usted que antes que este torero ha habido alguien que le haga esto a un toro, diga usted que no es verdad. Que lo dice Juan Belmonte”.

Pedro Mari Azofra.          

PIES DE FOTOS:

-Pepe Luis, doctor Loyola, cirujano de la plaza y Manolete. Logroño.

-Club Antares (Sevilla). Pepe Luis y la viuda del torero trianero Andaluz.

-Logroño. Pepe Luis, Andaluz y Manolete.  

-Salón en casa de Pepe Luis y sus hijos al fondo.

-Logroño. Manolete, Pepe Luis y El Estudiante.