-El olvido es hijo de la arrogancia…creo que no siempre.

-La Rioja y Logroño han merecido algunas citas de figuras del toreo por su historial en ruedos que olvidaron.

-Victorino Martín recibió en La Rioja un trato excelente como criador de toros bravos  y como torero en sus años de becerrista y novillero.

El aporte a la fiesta de “toros” de hierro “vitorinomartín” es un lujo histórico innegable hace medio siglo…o bastante más. La fiesta de “toros” y los aficionados al “toro” le debemos a ese hierro lo que nunca podremos pagar. Aportó, y aporta, material de alto valor cuando a tanta birria de cuatro patas se le llama toro y protagonizan la cabritomaquia más que la tauromaquia. Nunca debió faltar Victorino en Bilbao y menos este año de la infamia y subestimación a Diego Urdiales que destacó una huída de espectadores destacada en las ferias punteras de España.

Si alguna ciudad, en época incierta y con viento empresarial y el toreo en contra, ha mantenido fe, esperanza y carteles a favor de esta ganadería  de bravo, además de Madrid y Bilbao, ha sido Logroño donde  se han lidiado encierros detestables y otros  de ovación y puerta grande. Lo mismo en la histórica “Manzanera” que en el actual tauródromo de “La Ribera”. Tardes de triunfo, decepción y grises con lidiadores modestos, de medio pelo y figuras. Un historial respetable, respetado y muy valorado en estas tierras  orilla del Ebro y en el toreo.

Con otros hierros y encastes, en ferias de san Mateo han triunfado docenas de toreros, con más mérito y repercusión que en cosos de similar categoría teórica, han ganado trofeos de renombre y no recuerdo que hayan mencionado los “fastos” en sus numerosas entrevistas, o felaciones, posteriores que traen a colación su historial y recuerdos de tardes triunfales con justito fundamento. Ignoro si el olvido es por inmodestia, desprecio, soberbia…pero a veces, pocas por si me mareo, he pensado: “¿Cómo este hombre no cita a Logroño donde arrolló en tardes claves de su carrera y de la temporada?”. ¿O aquel otro espada que estuvo superior en una faena histórica? Termino concluyendo: “Porque no le da la gana”. Y algunos… por manía a un público que consideraban exigente aunque salvo algunos segundos fue uno más y en algunas época una plaza fácil para desorejar, como se puede comprobar repasando crónicas y críticas o simple y sosa información de sospechoso relleno que es lo que ha abundado en décadas triunfalistas y de toretes en la inmensa mayoría de las plazas hispanas…que “merecían” crónica.

Mil veces he leído y escuchado lo de que sólo dos toreros son más ingratos que un torero. Lo hizo popular Marcial Lalanda, figura histórica de la Tauromaquia y apoderado de Pepe Luis, Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez, y viendo ciertas conductas uno justifica el epitafio… que no comparto del todo o casi en nada. Porque el ser humano, en general, suele ser ingrato sea torero, capador o mamporrero. O solemos ser ingratos…a veces sin darnos cuenta y de forma sin reflexión.

Hace rato releí en “Saber de Toros” (Enciclopedia cultural de la Tauromaquia que obsequiaba en fascículos 6TOROS6), semanario muy completo desaparecido con mucha pena y que conservo encuadernado, un artículo muy bien escrito por Alfonso Santiago sobre Victorino Martín García: “Taurinos de luces”. Se refiere a la época en la que el Victorino actual era “Vitorinín”. Hoy es ganadero de bravo justamente destacado y valorado, veterinario, presidente, y luchador peleón,  de la Fundación Toro de Lidia que apuesta por el mundo rural taurino, novilleros anónimos y… fue novillero y apoderado. Ni es un lila ni motivo tiene para ser olvidadizo.

Victorino declara, refiriéndose a sus tiempos de novillero, que “no contó con facilidades de ningún tipo”… cuando fue al revés: Tuvo más posibilidades que los de similar situación profesional que se codeaban con él en aquella época, que seguimos con interés y esperanza, y que podemos centrar entre el 1980 y el 1984. El hierro familiar tenía, y lo mantiene,  cartel de lujo y en cualquier faceta o capítulo de la cuernocracia las figuras tienen facilidades e influencia…hasta sin buscarla. Y lo entiendo. Es ley natural admitida por la bípeda normalidad y justificada por la mayoría. El que no puede aprovecharla se limita a saltar sin redes.

¿Cómo no va a tener más probabilidades de torear, me voy a los años cuarenta, Juan Mari Pérez Tabernero siendo hijo del histórico don Antonio Pérez, de san Fernando, que los novilleros de su tiempo que ganduleaban por Salamanca y que, por cierto, eran escasos los oriundos?.

Parecidas conclusiones pueden obtenerse de los hijos de toreros cuando se iniciaron en la profesión ¿Cómo va a ser el inicio taurino de los hijos de Sánchez Mejías, Parrita, Pepe Luis, Aparicio, Litri, Camino, Manzanares, El Capea, Paquirri, Dámaso…como el de los hijos de un desconocido o humilde torero en el ambiente profesional? ¡Otra cosa es el despegue o la progresión! Es capítulo amigo de sorpresas ya que la partida de nacimiento ayuda… pero no hace milagros.

Tengo para mí que Victorino Martín García no debió olvidarse de La Rioja al mencionar su carrera porque aquí, desde chiquillo, se le ha querido mucho y se le ha dado “cuartel”. Debutó en 1978, en Cenicero, estoqueando un novillo de Navalón alternando con el crítico ganadero y Manolo Martín. En el año 1982 mató una novillada sin caballos en Logroño con avisos en ambos erales como nota. Ese mismo año por septiembre fue anunciado en la primera novillada sin picar en los festejos septembrinos de Nájera. Obtuvo una oreja, la pidieron una docena de pañuelos, por la  estocada a su primero y no aprovechó el otro que fue de ensueño. Fueron de Antonio de Casasola los erales y lo recuerdo porque armé bronca informativa contra organización y el alcalde, sin apoyo del gremio, al no anunciar a “Gallito”. Decía el corregidor que nunca vio bien al riojano… y ese año Victorino había escuchado 3 avisos en Logroño. Cosas de mi tierra y sus posturas con el paisanaje torero y con el dinero público. En esos dos o tres años torearon en Nájera dos tardes Tomás Pallín, tres Sánchez Marcos, salmantinos, y otras tres los Luguillano. En el 84 debutó Gallito de Alfaro ¡Qué cosas! Lo que le costó al paisano.

Volvió Victorino a la capital riojana en el 83 y obtuvo una oreja. Ese año repitió en Arnedo, dio una vuelta al ruedo, y en 1984 toreó en Logroño el Festival de Las Hermanitas, silencio, y una novillada en la feria de Calahorra con fortuna en el sorteo y bronca y pitos en el resultado, como Gallito de Alfaro que en varios de estos festejos alternó con Victorino y de ahí me vienen los recuerdos con cierta precisión y sin necesidad de consulta para exponer y contrastar.

En Fallas del 84 anunció Pedrés a los dos “de casa”, Gallito y Victorino, en Valencia. Y escribo “de casa” porque disfrutaron de especial predilección y trato en La Rioja y Logroño. Plaza semivacía y silencios en sus 4 novillos de Cebada Gago. El riojano sin un mínimo de valor y el madrileño vulgar y descolocado. Al poco tiempo, en Castellón, sorteó un novillo de lujo Victorino: Pitos y aviso. En el cartel, Emilio Oliva y Antonio Amores que fueron paseados a hombros.

A tenor de los resultados entiendo que tuvo un trato de consideración como si por méritos se lo hubiera merecido. Los datos son orientativos e históricos.

El hoy importante criador de toros de lidia, tutor en el momento tan delicado de la fiesta, que defiendo y acudo a verlos con el mayor interés, sumó 8 novilladas en sus dos años toreando con los del castoreño y no obtuvo un solo trofeo. No extraña que con los resultados de su carrera y la proyección familiar ganadera en bandeja se cortara la coleta. Le era difícil contratarse…aún siendo hijo de Victorino Martín Andrés. A otro, sin “sonido popular” merecido, del respetable montón lo hubieran orillado sin tantas oportunidades. No cabe la menor duda.

Para el mundo del toreo aficionado el archivo es casi nulo o no existe y a toro pasado los que fueron protagonistas, sin dejar historial popular, se permiten el lujo de la disculpa con apoyos documentales inciertos para salvar lo que no fueron capaces de ser. Saben que digan lo que digan no les van a replicar. El papel y el micro pueden con todo y la legitimación suele brillar por su ausencia en la abundancia de espontáneos gacetilleros y candorosos, escasos e inocentes consumidores. Ejemplos sobran. Otro día.

Uno entiende que en todas las profesiones hay que iniciarse recorriendo escalones con vistas a la cumbre. No se puede saltar. Hay que ir ascendiendo y los hay que tienen la suerte de poseer barandas para apoyarse desde el principio, algunos hasta algún aparato modernista y mecánico, y otros no gozan de apoyo externo alguno. Del total, con barandilla o sin ella, unos llegan al primer, segundo, tercer piso…y pocos a la galería final que toca la gloria. Los hay que no pasan del sótano y la mayoría  no buscó lo extraordinario y se conformó con cualquier escalafón general de la vida o simplemente el zaguán.

Uno piensa que a las personas públicas no hay que valorarlas o juzgarlas tanto por lo que son sino a donde han llegado desde su punto de salida.

Pepe Luis Vázquez solía razonar así la no aceptación de sus toros: “Los toreros y ganaderos piensan: Este que fue figura del toreo pretende también triunfar como ganadero. Y debido a eso te ponen más pegas que a otros”. A Victorino Martín García pudo pasarle algo a la inversa: “¿Este que está triunfando como ganadero de bravo también quiere ser figura del toreo?”. No hay que olvidar que en el mundo taurino profesional, y en el público de los tendidos, siempre hubo un sector contrario a la gran firma de Galapagar que hoy se mantiene en tierras cacereñas con argumento de resultados y, en general, luciendo la esencia de lo que debe ser un toro bravo de lidia desde que asoma al ruedo hasta que lo arrastran al desolladero… salvo los muchos que han indultado. Acabo de ver una gran corrida de S. Domecq que ya me sorprendió cómo tentaba becerras hace unos años con Diego Urdiales.

El historial victoriniano en Las Ventas, algún año con media docena de corridas, la “conquista” de América reciente en la plaza de Cali y mil detalles positivos más son el signo modelo de criador de bravo a imitar.

Hasta en tiempos de la “reconstrucción”, que en algunos casos podría tacharse de “destrucción”, los toros lidiados con el hierro de Victorino han marcado la pauta en positivo cuando hemos visto con nombres de toro bravo cuadrúpedo blando, mocho y sin transmitir una pizca de emoción. La negación del toro respetable y emocionante…al que los que pueden evitarlo no quieren ver ni en postal cuando podrían darnos el gusto de verse con ellos en los carteles sin recomendación ni influencia alguna. El no estar implicado en estos ridículos ya es un mérito. Porque acabado el “temporal” y en condiciones camperas normales…se está abusando de novilladas terciadas, y despuntadas para festivales, comentadas y toreadas como corridas de toros en plazas de “prestigio”, oiga ¡Qué vergüenza y qué “afición” tan poco exigente!. Pagaremos todo…con la deserción que viene avisando.

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTO

-Arnedo (principios de los 80). Victorino con Vicente Núñez y Jeromo Santamaría.    

-Logroño: Victorino con Gitanillo Vega y Villalta.

-Cenicero: Navalón, Pedro Giraldo, “Rubito de Viana”,  “El Algabeño”, Manolo Martín, “El Puno”, Victorino y Ciriaco.

-Exposición de Indalecio Sobrino: El pintor y Los Victorinos con Julio Molina “El Algabeño”.

-Logroño: “Gallito de Alfaro”, Victorino y Campano.