Una calurosa tarde vivimos en la Plaza de toros México, en la que se realizó el noveno festejo novilleril del presente serial que dejado gratos triunfos a novilleros y ganaderos.

Una pobre entrada respecto a algunas anteriores y un sol abrazador que vino acompañado de ráfagas de viento que molestaron a lo largo del festejo.

Esta tarde lamentablemente las cosas se complicaron para los toreros.

A veces en nuestro afán de querer ver la fiesta desde una trinchera de afición por lo que amamos, perdemos de vista algunos aspectos. Hoy, tuve la oportunidad de acudir al coso máximo con una persona que no es aficionada. Que apenas comienza a tratar de entender este mágico mundo del que somos afortunados de ser parte. Y sus preceptos son completamente diferentes, lo cual me dejó ver que realmente estamos en momentos críticos de nuestra fiesta.

Los novillos de la ganadería de Palma del Río fueron muy disparejos en presentación así como en el juego que dieron, casi todos enrazados y con cierto genio poniendo en aprietos a los tres  jóvenes que estaban anunciados. Pero como la mayoría que han salido por esa puerta de toriles, con bravura

Emilio Ricaud tuvo una destacada actuación la semana anterior y lo recalcamos en este espacio. Así que las expectativas eran altas en su actuación del presente día.

De entrada, desde que salió a recibir a su primer novillo se le vio desconcentrado, nervioso, como si estuviera debutando. No hubo ni un atisbo del muchacho decidido y con finura en su trazo que se ha preparado en Europa durante las pasadas temporadas. Se desdibujó por completo. Dando lances destemplados sin cabeza. El tema era muy sencillo. No puedo decir que sus novillos fueran fáciles, pero es que estuvo completamente perdido en ambos. No tuvo la capacidad de resolver y desesperó a los presentes que llegaron a protestar a sabiendas de sus cualidades.

Ni la sombra de aquel joven conquistador, más bien un berserker herido y derrotado en una batalla, sin las agallas para luchar por sus Dioses y el muy lejano Valhalla.

Jaime Navarrete hizo lo más torero de la tarde. Tuvo en sus manos un enrazado que emocionó a las alturas y sin ser un toro bobo, examinó al joven de Aguascalientes en cada momento, haciéndolo entregarse pese a haber sufrido sendas volteretas que bien pudieron ponerlo en jaque.

Momentos dramáticos envolvieron le desarrollo de la lidia y a pesar de que se notaba su falta de oficio, pudo más la vocación para volver a cada instante a la cara del toro y templar las duras embestidas que al final lograron otorgarle el reconocimiento de los presentes. No tuvo finura con la espada y más ovación hubo para los restos que para el propio actuante.

Con el segundo, aún más complejo, estuvo algo mermado. Pese a que no dudó en su intención, todo se redujo a sus carencias y una disposición muy grata. Hubo una cogida aparatosa de la que regresó sin mirar la ropa pero sin duda muy mallugado.

El tercero en discordia fue Mario Rangel, definitivamente no estaba preparado para este compromiso y se le vio desde el primer momento. Desarmes constantes y pocas habilidades para mantenerse firme en la cara de los novillos lo llevaron a protestas en ambos turnos. El que cerró plaza estuvo a punto de irse vivo, un novillo que no se enteró que tenía a alguien delante, ya que el también oriundo de Aguascalientes, no quiso verlo. La angustia de sus poderdantes era evidente, ya que a voces le exigían que fuera a por el novillo y por lo menos intentara hacerse ver.

Aquí viene lo triste. Todos queremos que la fiesta crezca, que se vuelva a hablar de ella en las primeras planas y que el tema de la semana sea la faena de “fulano”. Queremos sentirnos orgullosos de los jóvenes que vienen buscando un lugar en este difícil oficio, y muchos incluso hacen un esfuerzo por llevar a sus familias al coso, pese a la difícil situación económica que prevalece en nuestro país.

Pero ésta no es la apuesta esperada. La mayor parte de los chicos que se presentan son debutantes y la situación en términos taurinos se ha visto muy limitada. Y se entiende que no hay muchos festejos en la provincia que puedan dar el sitio a los nóveles, y que muchas ferias ya no cuentan con festejos menores, así, es muy complejo que los muchachos se puedan preparar y tomar las tablas necesarias para poder triunfar en las plazas importantes, pero….

Ya decía anteriormente que hoy me acompañó una persona que desconoce acerca de este bello arte y su apreciación fue clave para mí.

Dijo “No respetan al toro, él vino, sin saber que lo hacía, a morir. Y está entregando su vida en un ruedo que se supone es el más importante del país. Realmente es injusto que lo maltraten no dándole la dignidad que tanto presumen los taurinos”. “Estamos hablando de una vida. Alguien que  la sacrifica para que ellos puedan volverse  importantes y es evidente que a ellos no les importa”.

“No se trata de estar a la altura, se trata de intentarlo, de remar contra la marea y salir con la frente en alto, pero más parece que quisieran salir corriendo a su casa y eso es lo imperdonable”.

“Quizá vuelva porque quisiera de verdad conocer la otra parte, de la que tanto hablan ustedes, pero si bien, no considero como los antitaurinos que sea maltrato inadmisible, cruel y miserable, sí creo que es una falta de respeto a ese gran animal no estar preparado para asumir lo que han venido a hacer, anunciados, además, con tanta antelación”. “Para debatir y querer tener la razón, hay que tener argumentos, y para mí ellos no los tienen”.

Y tristemente es cierto. Quizá un poco duro, pues es visto desde un contexto diferente al nuestro, pero definitivamente la “Plaza de toros México”, no es una plaza de pueblo, es la Monumental de Insurgentes, la plaza de toros más grande del mundo y las más importante del continente americano. No es justo ni para los novillos, ni para el público y mucho menos para la Plaza.

La semana entrante no habrá novillada, pero el lunes 16 de septiembre, fecha en que se conmemora la Independencia de México, se llevará a efecto una corrida de toros “Charro-taurina” en que actuarán el rejoneador yucateco Cuauhtémoc Ayala, y a pie Pepe Murillo, Juan Luis Silis, Angelino de Arriaga, Luis Ignacio Escobedo y Juan Pablo Llaguno ante un encierro de “San Marcos”.

Después vendrán dos festejos de triunfadores novilleriles que se intercalarán con festejos mayores.

Alexa Castillo