“Se han acabado los toros”. Estas fueron las palabras de Guerrita tras la muerte de Joselito. ¡Cómo debió de ser para que le Guerra dijera eso! ¡Cómo debió de ser para que 100 años más tarde lo tengamos tan presente!

La muerte de Gallito causó un impacto tremendo en la sociedad española de la época, y después de tanto tiempo, seguimos teniendo el máximo de los respetos hacia su persona. Pueden creerme si les digo que nunca había sentido una sensación de “responsabilidad” tan grande a la hora de escribir un artículo. Y no quiero que este sea el típico discurso histórico o un elogio hacia su persona, si no una serie de interrogantes que nunca podrán ser respondidos con claridad.

Hace un tiempo me di cuenta del paralelismo que existen entre las tragedias de Talavera y Linares, y es que tanto José como Manuel, murieron en circunstancias muy parecidas: al borde de la retirada, con el público en su contra, a causa de un fallo tonto. En plazas sin relevancia y sin ningún tipo de compromiso aparente. Y aquí viene la primera pregunta. Joselito debía de torear la corrida de Talavera para zanjar sus diferencias con Corrochano, y la corrida estaba anunciada para el domingo 16 de mayo. En la novela de Chaves Nogales, cuenta que la noche antes, José rompió el contrato que tenía con la empresa de Madrid para torear allí el mismo día, y se fue a torear a Talavera. ¿Iba José a torear esa tarde en dos sitios a la vez? ¿Sólo estaba acartelado en un sitio y lo citado con anterioridad es un adorno del novelista? Si indagamos en los archivos lo comprobaremos.

Otro aspecto que produce numerosas dudas es el encasillamiento a Gallito como es último torero antiguo. ¿Verdaderamente es José el último torero antiguo? Yo pienso que no. Si hubiera sido el último torero antiguo no se le podría considerar el padre del toreo actual. Ni siquiera se le puede considerar como el último torero poderoso nato, pues a lo largo de los años, la huella de Belmonte impregnó el toreo de Belmonte. Hay una foto de un pase de pecho en el año 1920 en Madrid que refleja esto que acabo de decir. El mentón hundido, el pecho “pa´fuera” y los talones clavados en la arena. ¿Hubiera acabado siendo Joselito un Chicuelo adelantado al fundir por completo las tauromaquias de José y Juan?

También recordaba estos días al releer “¿Qué es torear? Introducción a la tauromaquia de Joselito”, de Gregorio Corrochano, la anécdota del tentadero de Miura. La precoz sabiduría de José fue increíble, pero… ¿hubiera sido un matador tan importante si hubiera nacido en la época de Antonio Ordoñez, por ejemplo? ¿Hubiera sido un revolucionario en los años 60? Si alguien nace con esas cualidades, es maestro en la época que sea.

Y por finalizar, les lanzo una pregunta para que reflexión ustedes: ¿Qué hubiera sido del toreo si no hubiera existido Joselito?

¡Viva el Rey de los toreros! ¡Viva Gallito!

Por Quique Giménez