“La vida nos da sorpresas… sorpresas nos da la vida”. Así decía la canción de Pedro Navaja de los años 70 que viralizó el popular cantante colombiano Rubén Blades. Hoy es un día negro para la libertad, la regeneración y la democracia. Hoy la comisión de la Asociación de ganaderos de toros de lidia –AGL-  ha decidido no dar por válida la candidatura de Belén Ortega, Salvador Gavira, José Luis Marcuello,  entre otros. Una mala noticia para la tauromaquia, los ganaderos, la renovación y la juventud.

¿Qué tienen esos cargos que cuesta tanto soltarlos? Al final, la candidatura de María Jesús Gualda –El Añadio- ha sido la única que ha pasado a la recta final, por lo tanto es la vencedora. María Jesús Gualda será presidente y Víctor Huertas –Actual presidente- será el vicepresidente. ¡Que viva la renovación!  Juventud divino tesoro.

Hay un dicho que dice “renovarse o morir” por lo visto algunos quieren morir con las botas puestas. Si la actual junta directiva ha sido incapaz de ayudar y actuar ante la crisis del coronavirus. ¿La nueva junta directiva de tan prestigiosa asociación será capaz? Lo dudo, porque al final sin regeneración, sin cambio y sin sabia nueva es difícil que las viejas costumbres no triunfen. La cabra siempre tira al monte.

Pena, impotencia, indignación al ver como se ha malogrado una candidatura joven e ilusionante a base de zancadillas, de malas artes, y de egoísmo. La candidatura de Belén y compañía no ha perdido, no se confundan, eso hubiera sido fácil de aceptar y respetar, al final eso se llama democracia. Pero, simplemente, no les han dejado presentarse alegando sandeces y tonterías, cortinas de humos, para no tener competencia. Aun con todo legal, y la burocracia administrativa en orden, les han vuelto a echar para atrás su candidatura –Hay diferentes escritos que lo demuestra-. ¿Es la AGL una dictadura? ¿De qué tienen miedo?

Demasiadas molestias y esfuerzos se han tomado para dilapidar la candidatura rival. Eso hace sospechar que algo turbio hay dentro de esta asociación, algo que no interesa que se sepa. Por eso tal vez son los mismos en diferentes puestos quien se ha vuelto a presentar, con alguna cara nueva.

Evidentemente la regeneración, la renovación y la evolución que todo en esta vida necesita, y además es necesario, queda en segundo plano en la AGL. La mesa puesta para los de siempre, y los sillones calientes. La libre competencia no es una opción. ¿Por qué no dejan presentarse a dos candidaturas? ¿Tienen miedo de perder?

La competencia nos hace mejores personas, nos hace crecer, evolucionar y exprimir más nuestra mente, obligados a dar lo mejor de nosotros mismos. En este caso, han preferido evitar competitividades, y quedarse con todo el pastel… sin competir. ¡Que viva la nueva dictadura de la Asociación! Bienvenidos a la república independiente ganadera.

Si los toreros tienen que tener vergüenza torera, ¿Dónde está la vergüenza ganadera?  Aunque alguno va por la vida sin vergüenza, y dan vergüenza ajena.  ¿Por cierto? En tiempos de crisis… la última reforma de la AGL, ha sido subir el precio que cada asociado tiene que pagar por cada vaca. Pasa de 10 euros a 11,60 euros. En este caso, yo creo… que la palabra para denominar esto es que no existe la vergüenza “ganadera”, no obstante hay otros apelativos como jetas y caraduras que pueden encajar en la definición. Elijan ustedes mismos.

Por Juanje Herrero