La plaza de toros de Huelva va de mal en peor. Una caída libre constante y sin retorno. Lo normal cuando al frente tenemos a 3 personajes… caricaturescos, que lo único que saben de toros, es el “taurineo” en el que viven.

Igual que los payasos de la tele estaban formados por 3 personas, Gaby, Fofo y Miliki. La empresa de la plaza de toros de Huelva está capitaneada también por 3 personajes, sin gracia, y muy oscuros. Óscar Polo, Carlos Pereda y Santiago Arroyo son los tres yernos de Don José Luis Pereda, «unos piezas» que han preferido usurpar lo que no es suyo; en vez de luchar por conseguir algo por su cuenta y riesgo. Cuando alguien te lo da todo, para que esforzarte, ¿verdad?. Eso mismo han debido pensar nuestros protagonistas. Pero sin la inestimable ayuda de Don José Luis, a saber cómo habrían acabado. Aunque, para ser sinceros, de vez en cuando el trío «empresarial» de Huelva nos hace reír, incluso tanto, tanto… como los añorados payasos de la tele. Aunque  a ellos las tonterías le sale de dentro… algo innato, tal vez España se perdió una nueva generación de cómicos.

Si recapitulamos, y analizamos un poquito lo que han hecho esta temporada… lo entenderán mejor. Evidentemente si analizáramos su vida, y como han actuado desde hace unos años… entenderían el «porque». Siempre han vivido de los méritos de otros; de los logros de personas mejores y siempre abogando por el interés. Pero de ellos ya hablamos en un artículo, donde pueden averiguar esta pintoresca historia. (Les dejo el enlace al final)

Lo primero que querían hacer esta temporada, es un festival solidario a favor de la Fundación Laberinto. Por cierto, la Fundación Laberinto fue creada por Pilar Pereda –Hija de Don José Luis Pereda- mujer de Oscar Polo. El festival estaba previsto para el 28 de marzo, fue anulado por la maldita pandemia. Hasta ahí todo bien.

Cuando la nueva normalidad llegó a nuestras vidas, los empresarios de la plaza de la Merced tardaron más de un mes en presentar cuentas, es decir, hace apenas unos días. Algo lamentable para un acto solidario y benéfico, que necesita de transparencia. La suma de lo recaudado sin celebrarse el festival asciende a 17mil euros. Esa suma ha sido íntegramente cobrada por la fundación Laberinto, es decir, por Oscar Polo y Pilar Pereda. Recapitulando, para que ustedes comprendan mejor.  Los mismos empresarios de la Plaza de Huelva, hacen un festival para entregárselo a una organización “sin ánimo de lucro” que también está a su nombre. Tardan, 4 meses en presentar cuentas… y no dan explicaciones. A usted le parece normal… pues a mí tampoco. Tiene pinta de “merienda de negros”. Yo me lo guiso y yo me lo como. Por cierto, ¿qué habrá dicho el administrador judicial?, porque la plaza tiene un administrador judicial impuesto por un juez.

Pues con tanto inepto en la plaza de toros de Huelva, así van las cosas. Ahora, en la nueva normalidad… en pleno mes agosto se les antojó hacer una feria taurina en La Merced. Excelente y necesario. Evidentemente, al confeccionar los carteles, no se acuerdan del triunfador de la temporada pasada, la ganadería de Celestino Cuadri, tampoco se acuerdan de ninguna ganadería de Huelva. Una lástima que tenga tan poca memoria. Por los rincones de Huelva se comenta que Miguel Ángel Perera, es el consentido de la empresa… y tal vez de alguien más. Ha sido el que ha diseñado la feria de Huelva, al igual que lo hizo en su día, con el festival.

Anuncian una corrida monstruo que no pinta nada en Huelva, ni por calor, ni por fechas, ni por tradición, ni mucho menos por afición. 8 toros en una aburrida corrida, con Andrés Romero, Ponce, Castella y De Miranda. Solamente por dar un hueco a su rejoneador. 4 horas de espectáculo a 40 grados. Están las cosas para hacer eventos de 4 horas.

No se cansan de hacer el ridículo. Suman y siguen. Si tuvieran honor o pundonor, honradez o ética, devolverían la plaza a su legítimo dueño. Señores, son el «hazme reír» de la tauromaquia. No valen, y lo peor que no quieren aprender. Si hubiera justicia en el mundo, los usurpadores de la plaza de La Merced saldrían muy pronto, para no volver. Viven de las rentas, del gran  trabajo que hizo su legítimo dueño de la plaza, desde 1984 hasta que los 3 personajes aprovecharon para “quitarle” del medio, con malas artes. Yo sería incapaz de coger algo que no me pertenece, simplemente por valores y moral. ¿Y usted?

Por Juanje Herrero