No contento con dar la nota dentro de las plazas de toros, Morante se ha obsesionado en hacer lo mismo fuera de los ruedos y, le ha salido mal, no podía ser de otro modo. Suena patético, ridículo, que el mejor artista de la actualidad en el mundo de los toros huya despavorido de la televisión que, por otro lado, sin las cámaras no conocería nadie a Morante o, a lo sumo, unos cuantos seguidores que le aplauden en las plazas.

Morante debería de saber que en la actualidad, todo aquello que no sale en televisión ni se vende ni conoce nadie; y mucho más ahora en que todo sale por las redes sociales a las que estamos condenados. Me parece un acto de pura esquizofrenia la de este hombre que, como dice el refrán, de artistas y de locos todos tenemos un poco y él tiene un mucho de ambas cosas.

Se acuerda ahora de la televisión; es decir, desde el pasado año que le entró la neurosis para que no le viera nadie. ¿A quién le teme? Es más, flaco favor les hace a los aficionados que son correligionarios de él que, muchos, para desdicha personal, no pueden verle si no es por la televisión. Es surrealista lo de este hombre que nadie entiende; y creo que ni siquiera él sabe lo que está haciendo. ¿En qué podría perjudicarle a Morante que se televisen sus actuaciones? En nada. ¿Teme que se retrasmitan sus espantadas? No creo. Como digo, un tipo muy especial al que hay que dar de comer aparte.

Claro que, en los toros como en cualquier faceta de la vida, si estás rico ya puedes permitirte el lujo de la esquizofrenia que, dicho sea de paso, no conozco a ningún pobre que la sufra. Suena curioso ¿verdad? Pero es muy cierto.

Morante con su actitud está siendo el hazmerreír de muchísima gente que no entiende su postura. No quiere ganar más dinero ni falta que le hace, eso lo entiendo, lo que no logro comprender es que le haya perdido el respeto a los aficionados que un día lo encumbraron y ahora se mofa de todos. Una pena que el dinero envilezca a la gente y, como en el caso de Morante que le deje esquizofrénico perdido, hasta el punto de no recordar sus orígenes.

Gracias a la televisión sabemos todo lo que pasa por el mundo; bueno o malo, pero es un medio que nos muestra la realidad de la vida y, los toros no podían, no pueden escapar de semejante realidad. Por medio de la pequeña pantalla como así le conocíamos desde el principio, hemos conocido a miles de gentes de toda índole y condición; hasta el fútbol no sería nada sin las cámaras televisivas pero, como vemos, Morante se empeña en decirnos lo contrario pero como dije, lo dice ahora que está rico, cuando no era nadie no era tan supersticioso.

Sin duda que el diestro de La Puebla hará con su vida lo que le venga en gana, como haremos los demás que, si todos me secundaran en mi idea no iría a verle nadie, sencillamente porque no se lo merece. Un hombre que no recuerda sus orígenes y que no tiene respeto hacia todos aquellos que le encumbraron solo merece la soledad como compañera. No sufra Morante que, murieron Joselito y Belmonte y la fiesta de los toros siguió su curso. ¿Qué quiero decir? Que don “preciso” hace años que se murió.

Así, de espaldas, como vemos en la foto al diestro de La Puebla deberíamos de ponernos todos los aficionados al respecto de su persona.

Pla Ventura