Decía el genial periodista Louis Dumur sobre la política: La política es el arte de servirse de los hombres mintiéndoles y haciéndoles creer que se les sirve a ellos. Y eso es lo que hace nuestro gobierno social comunista mintiendo y engañando puesto que, como millones de veces dije, la maldita política es el único oficio donde nadie pide credencial alguna, ni oposición, ni nada que lo justifique, por dicha razón, claro, en ese mundillo anidan personajes tan siniestros que, hábilmente han hecho creer a un gran segmento de la población que iban a serviles y, craso error puesto que, son ellos los que se sirven de nosotros para engañarnos y día sí, y toda la vida también puesto que, con ser gandul ya tiene uno atributos más que suficientes para militar en política.

Cualquiera vive indignado con estas gentuzas barriobajeras que, la mayoría ni siquiera han trabajado en lado alguno y, para colmo, anida el rencor y el odio en sus entrañas que, vete tú a saber quién se lo ha infiltrado. Y digo odio y rencor porque esas gentuzas que habitan en toda la izquierda radical, todos, sin distinción, solo saben que destruir, prohibir y engañar a sus electores porque no conozco a uno solo que haya hecho algo por sus semejantes; todo lo contrario. Para colmo, dichos personajes se creen todos en poder de la verdad y, lo que es peor, ejercen como si fueran salvadores de la patria cuando en realidad son dictadores  al más alto nivel.

Todas las políticas de izquierda están sustentadas bajo la mentira, el engaño y el fraude y, solo faltaba que a Pedro Sánchez se le unieran todos los partidos que ha invitado al festín de la democracia. Toda la mezquindad humana está junto a Pedro Sánchez que, para colmo, el muy gracioso, hasta se siente satisfecho. Los tiene todos, no se ha dejado a ninguno en la calle. Es un santo, no me cabe la menor duda. Por cierto, existe un partido llamado Compromís –Compromiso en la lengua de Cervantes- que me gustaría saber dónde está el compromiso puesto que, tanto en Valencia, Alicante y Castellón, su única misión no es otra que destruir. La última ocurrencia de Compromís ha tenido lugar en Castellón puesto que, uno de sus ediles, Enric Nomdedéu, quiere prohibir a toda cosa que en su ciudad se lleve a cabo ese espectáculo maravilloso e inenarrable llamado Diversiones en el Ruedo.

El tipo citado, si le nombrásemos en castellano sería, Enrique Nombre de Dios. Coño, es muy lamentable que un sujeto de dicha calaña lleve como apellido el nombre de Dios que, cuanto el tipo nació, Dios seguro que estaba de vacaciones, no se puede entender de otro modo.

O sea que, ese tipo aberrante y sin escrúpulos, por su decisión barriobajera quiere dejarse a los enanitos toreros sin su honrado pan que se ganan en los ruedos. ¿Querrá esta bestia de la democracia que los enanitos se ganan la vida en el baloncesto? Lo dicho, estos apestosos y mal nacidos si ven que una persona se gana la vida honradamente, esa profesión hay que eliminarla porque a estos bandidos no les importa que haya paro. Ellos, gracias a la puta política sí que viven como monarcas, pero que unos enanitos se ganen la vida haciendo reír a las gentes, todo eso, según estos zafios personajes hay que prohibirlo. Esos mismos enanitos se han pronunciado para que les dejen en paz y, por consiguiente, que no les quiten su honrado pan, el que se ganan repartiendo sonrisas entre pequeños y adultos.

A estos tipos aludidos les importa una mierda que haya trabajo, que la gente viva en paz, que haya concordia puesto que, de ser así, se les acaba la letanía puesto que ellos viven a caballo de la mentira y la zafiedad, la que cuentan para que les crean los ignorantes que les han votado. Como sabemos, la política debería ser el arte de la igualdad entre los seres humanos; es decir, poner todo el empeño del mundo para que la gente viviera de la mejor forma posible gracias a su trabajo y altura de miras. Pero no, estos mercachifles de la política de izquierda solo pretenden vender humo y, lo que es peor, todo aquello que sea del agrado de pueblo y que dé puestos de trabajo, todo hay que destruirlo y, como es notorio, la fiesta de los toros la tienen en su punto de mira.

Me duele en el alma que un tipo asqueroso haya querido robarles el pan a unos seres bajitos que, de toda la vida se ganaron el sustento con este espectáculo artístico puesto que, su labor, además de hacer reír, tiene mucho de arte y talento. En el peor de los casos, ya que no existe otra solución, los enanitos deberían de contratar a Mike Tyson para que le diera una paliza a los apestosos de turno para que entendieran que, robarle el pan a unos seres indefensos como ellos es una canallada en toda regla, vamos, lo que se diría ahora, una hijoputez como la copa de un pino. Confiemos que venga Tyson a España muy pronto. Bien es cierto que conocí a un señor pequeño que, de volver  tampoco haría falta contratar a Tyson.

En la imagen, los enanitos toreros que se ganan la vida honradamente con su trabajo y su talento y que, gracias a la democracia, unos dictadores les quieren arrebatar el pan.