Hace unos días leí en una revista de toros especializada, la que me callo el nombre porque no estoy aquí para hacerle propaganda a nadie, pero que una de las crónicas que leí en dicha publicación –y ellos saben a quién me refiero- me dejó sin sangre en las venas. Se trataba, nada más y nada menos, de la redacción que hacían de la corrida Guadalupana y acto seguido, la del domingo siguiente que, como sabemos, toreaba El Fandi, Fermín Rivera y José Mauricio.

Y digo que quedé consternado ante lo que pude leer puesto que, como yo mismo escribí, José Mauricio me cautivó, pero no era una cosa de mi selecto paladar, más bien de todos los aficionados que acudieron a dicho festejo en el que, Mauricio, si hubiera justicia en los toros, deberíamos decir que salió catapultado de dicha corrida. Tras una tarde épica, heroica y llena de contenido artístico en la que se jugó la vida con un desprecio tremendo, al final, como no podía ser de otro modo, salió por la puerta grande tras cortarle las dos orejas a su segundo enemigo.

O sea que, un triunfo de clamor que obtuvo el diestro capitalino, algo que ha visto todo el mundo por la televisión, en dicha revista dicen que dio una vuelta el ruedo y que perdió el éxito por culpa de la espada. Seguro estoy que, nuestra compañera Alexa Castillo que, para nuestra suerte fue testigo directo del triunfo de José Mauricio y, de tal modo lo contó, de leer la barrabasada que ha caído en mis manos seguro que se moría de pena.

Me duele en el alma la falta de rigor de este periodismo basado en las actuaciones de las figuras y toreros de medio pelo pero que pasan por taquilla. El calificativo es de triste, muy triste. ¿Estaría dormido el corresponsal que tiene dicha publicación en México? Lo digo porque, repito, si nuestra Alexa Castillo relató el festejo como uno de los mejores que ha visto en los últimos años en La México, -del mismo modo lo hizo el genial Pepe Mata en su crónica bellísima- todo ello por obra y gracia de José Mauricio, ¿dónde estaría aquel señor que dice que Mauricio perdió un gran triunfo por culpa de la espada? Fíjense, yo solo aspiro a que haya justicia; no conozco para nada a Mauricio, pero sí tuve la suerte de ver su actuación que, como expliqué, me conmovió; pero lo ha vuelto a repetir en lo que fue su segunda actuación.

Se me parte el corazón cuando veo que se desprecia y ningunea a los pobres; es horrible. Oiga que, tampoco hay que defender a nadie porque sea pobre, pero sí, todo aquel que tenga la grandeza que tiene José Mauricio, eso hay que contarlo y cantarlo a los cuatro vientos. Que nadie piense que el hecho de ser pobre es un salvoconducto para llegar a la gloria, de eso nada. Se llega a la gloria, o así debería de ser, mediante la torería, el gusto, el arte, el valor y demás atributos que todo hombre que quiera ser torero debe de atesorar.

Pero en el caso de José Mauricio, se da la circunstancia de que es un hombre humilde pero que, grandeza la tiene por todos los poros de su piel y, lo que es mejor, una torería que le desborda que, si la unimos a su valor y desprecio por la vida, la garantía de algo grande la tenemos frente a nuestras retinas tras ver el espectáculo. La historia no es otra que, el domingo siguiente de que este pobre hombre le ninguneara, José Mauricio, con los mismos atributos que el domingo anterior, volvió a salir en hombros de La México. A Dios lo que es de Dios y al César, lo que es del César.

En la foto, la prueba fehaciente del gran triunfo de José Mauricio, ninguneando por una publicación  de España.