No todo el que vale triunfa, es una ley de la propia vida que la tenemos que tomar con humildad y resignación y, dentro de esa valía aludida, nos hemos encontrado con un ser humano lleno de talento, creatividad, aficionada a los toros, crítica, fotógrafa y mil valores más que adornan su bendito ser. Se llama Raquel Montero y tengo la honra de conocerle desde hace más de tres lustros, vamos, desde que era un chiquilla aficionada puesto que, en la actualidad, es una muchachita espléndida enamorada de la vida, de su trabajo y de sus aficiones que, para ella, son pasiones que le ayudan a vivir.

Pese a su juventud, Raquel Montero tiene una experiencia increíble en el mundo del periodismo puesto que, para su fortuna, ha colaborado en muchísimos medios en las que ha sido respetada y amada. Sospecho que, Raquel, de haber tenido la valentía de irse a vivir a Madrid, como les ha ocurrido a otras personas, a estas alturas estaríamos hablando del éxito fulgurante de esta chiquita en los grandes medios de información. Claro que, ¿quién nos dice si Raquel decidió quedarse en Ciudad Real para no tener que prostituir su pluma? Me inclino por esta postura aludida puesto que, conociendo a Raquel, para ella, la honradez y su verdad son los valores que le definen ante el mundo.

Cierto es que, como ella me confesara en su día, lo del éxito y demás zarandajas le trajo siempre sin cuidado porque en realidad, lo que siempre quiso era darle rienda suelta a sus sentimientos, vender su verdad, estar junto a los que le necesitan y, como antes dije, vivir de forma apasionada. No es mal camino el que ella emprendió que, seguro estoy, a nivel íntimo, tantas satisfacciones se ha llevado en la vida. A nosotros nos cupo la fortuna de tenerle en Opinión y Toros, un medio en el que ella se sintió totalmente arropada mientras que, su sustento laboral le permitió estar junto a nosotros. Por culpa del trabajo, o quizás por la bendición del trabajo, tuvo que alejarse de nuestro medio, pero siempre ha recordado con inusitado cariño todo el tiempo que estuvo junto a nosotros.

Cierto es que, este muchacho apasionado llamado Juan Jesús Herrero, director de este portal, ávido de emociones y rebosante de ilusiones, anda en la búsqueda de nuevos valores, por ello, cuando le hablé de Raquel Montero sintió como si tuviera una bendición para la página, sencillamente porque él conocía la impecable trayectoria de nuestra ínclita amiga, razón por la que le hemos abierto las puertas de par en par; de tal modo, con su arte y con su pluma, entrará en nuestra casa ese aire perfumado que son sus bellas letras.

Ahí ha quedado ese lindo ensayo con el que Raquel Montero ha debutado junto a nosotros, todo un modelo de bien hacer y mejor decir. Si tienen la bondad de leer el ensayo de Raquel, a voz de pronto, todo el mundo comprenderá que sobran nuestras palabras porque cuando un ser humano nos muestra su talento, como dirían en México, lo demás sale todo sobrando. Y es el caso de nuestras letras en la que pretendemos ensalzar a Raquel Montero cuando, de forma infantil, no acertamos a comprender que sobran alabanzas hacia todo aquel que, con su talento es capaz de concitar la atención de los demás, es el caso de esta señorita espléndida llena de ternura, de saber y sabor que, para nuestra fortuna se ha instalado en nuestra casa para siempre.

Además de darle la bienvenida a Raquel Montero, sirven esas letras como invitación hacia toda aquella persona que tenga algo importante que decir y que esté revestido por la verdad, para decirle a todo el mundo que esta es la casa de todos aquellos que, llenos de inspiración y ávidos por vender su verdad, aquí tienen el sitio idóneo que les conducirá hacia el más bello respeto por parte de nuestros lectores que, para nuestra dicha, se cuentan por millones.

Gracias, Raquel Montero; pero gracias de todo corazón por haberte reencontrado como periodista puesto que, como amiga, siempre viviste dentro de mi corazón, sencillamente porque siempre admiré tu verdad y grandeza, tanto en calidad de ser humano como esa periodista que llevas dentro capaz de mostrarle al mundo esa inquietud que te hace diferente al resto de los demás. Llegaste para quedarte, algo que nos llena de luz para poder saborear todo el misterio que adorna tu pluma.

En la foto que mostramos, Raquel Montero viviendo su pasión en la Real Maestranza de Sevilla.