Por Mario Gomez

JORGE ISIEGAS: GARRA Y CORAZÓN

Contaba Jorge con poco más de 3 años cuando su abuelo lo llevó a la plaza de toros de Zaragoza. Nacido en Zaragoza como persona y como aficionado, podríamos decir que el veneno también se le inyectó allí. Fue con 6 años cuando se mudó a Madrid y ahí fue donde se apuntó a la Escuela de Tauromaquia.

Torero de trazo serio, elegante y con capacidad para pensar delante de la cara del novillo, desde octubre del pasado año, ha ido puntuando en los cosos de máxima responsabilidad donde ha actuado.

Su idilio comenzó en Zaragoza, entró en el cartel como torero de la tierra que es, en una tarde que define como “clave”. “No es lo mismo torear en un pueblo que en una plaza como Zaragoza” recuerda. “Fue una tarde importante en lo profesional y en lo personal”, cortando una oreja a un novillo de Los Maños, con posibilidad de haber cortado otra más.

En los tendidos del coso de La Misericordia, se encontraba el que hoy es su mentor, Ignacio Zorita. “A raíz de verme aquella tarde, nos reunimos y decidimos caminar el camino juntos”, pero a pesar de haber puntuado a finales de la temporada pasada, no sirvió “tanto como debería” pues a comienzos de este año tocaba empezar de cero.

2017 empezó con  un festival picado, y el  triunfo en una fiesta campera matinal en Garlin, que le dio la opción de entrar en la novillada de por la tarde. “Era mi debut en Francia, en la mañana sorteé un novillo con bastantes teclas; por la tarde tuve un lote con opciones y la verdad que se pudo disfrutar. Quedó todo en una oreja, pero me ha servido para que me salgan cosas en Francia”.

En el mismo tono maduro, recuerda su debut con caballos en Becerril de la Sierra, “no tenía nada más allá. Nos ofrecieron debutar con una novillada muy fuerte y tuve la suerte de cortarle las dos orejas al que cerró el festejo”. Tras ello salió una sustitución en Moralzarzal, donde también puntuó y de ahí le valió para repetir en 2016.

La carrera de Jorge Isiegas, aún no es muy dilatada, pero el pasado día 20, vivió uno de los capítulos más amargos, “es difícil quedarte con 4 novillos tu solo sabiendo que los dos compañeros están en la enfermería”. La tarde de Valencia seguramente insuflará un golpe de madurez para este joven novillero, “la cosa se ponía cuesta arriba, 3º, 4º y 5º no fueron fáciles, pero pude sobreponerme y estar a la altura en el 6º, de haberlo matado podría haber salido por la Puerta Grande”. Sin duda se muestra agradecido por el calor que le transmitió el público valenciano, “tenía que haber  estado mejor,  y se que no se pudo ver mi concepto; no salieron las cosas como quería, pero estoy muy agradecido a la afición por cómo me respaldó”.

Y sin solución de continuidad, llegó Madrid. “La tarde de Madrid no me pesó, era una novillada de garantías” Era inevitable cómo fueron las horas previas, y nos comenta que tranquilo “pasé el día con mi gente; había poco que perder y sí mucho que ganar; sólo podían salir las cosas bien”.

Un primer novillo con calidad que fue devuelto y que pudo hacerse venir abajo al joven novillero, pero que tras correr turno,  salió otro de  Guadajira,  que en el capote  ya apuntó cosas buenas.

Nos habla Jorge de Alberto Aguilar, de la lucha que llevan y el esfuerzo empleado, “entreno mucho con Alberto,  y sabía que había que a ese novillo había que darle sitio y que la gente lo viese galopar”. Brindó al público y se fue a los medios con la mano derecha. Fresco de mente, fue dando al animal lo que requería, a la vez que mantenía al público en la faena, pues había entrado desde el principio. Un circular de largo trazo, y los asistentes muy pendientes, por lo que solamente queda el sabor amargo de que “si lo mato bien hubiera podido cortar oreja”. En su segundo turno, salió un sobrero con el hierro de Couto de Fornilhos, “lo que más nos preocupaba es que llevaba casi cuatro meses en los corrales, y lo acusó saliendo abanto de inicio, pero a medida que avanzó la faena se fue centrando y tenía cositas buenas; creo que tuve las ideas claras, y quedándome en el sitio corté la oreja”.

Con el objetivo de adquirir cada año más oficio, a pesar de torear poco, tarea que no es fácil; con muchas ganas de torear, a pesar de recibir llamadas de sitios en los que no hay las condiciones mínimas… bajo estas premisas afronta Isiegas un año ilusionante, con la mentalidad de aprovechar todos los paseíllos que haga para rodarse y coger ambiente, logrando estar el año próximo en las citas más significativas de su escalafón.

 

Por Mario Gomez