Siempre me llevo una alegría al escuchar buenas críticas de toros del encaste minoritario, pero en especial esas que están más castigadas por los tiempos que corren. Arrinconada por un sistema injusto y comercial, donde prima lo fácil y previsible, y castigan la espontaneidad y la emoción, hoy quiero romper una lanza por la ganadería de Francisco Galache.

Una ganadería cimentada desde la tradición, seleccionando los criterios de sus madres desde la casta y la bravura. Un tipo de toro que repita, tenga codicia y prontitud, con algo más de esqueleto que sus ancestros. La afición que prima en todo ganadero se hace patente en Paco Galache, cada día luchando por mejorar, por guardar y preservar un legado único. Un ejemplo de amor por unos valores en peligro de extinción. El orgullo charro se levanta para amanecer berrendo, con patas blancas y bonitas caras.

Dos corridas de toros esta temporada en la que la ganadería de Francisco Galache ha estado cumbre, dejando torrentes de codicia, clase, bravura, y nobleza. Embestidas francas que llenaban de emoción  la muleta de los toreros. Sus toros esparcieron casta a raudales en los ruedos de Béjar y Calanda, si estos mismos toros hubieran salido en plazas como Azpeitia, Salamanca, o porque no…  Madrid, estaríamos hablando de fuertes triunfos y hubieran puesto otra vez en el circuito a esta emblemática ganadería. Ya lo dijo Curro Romero después de estoquear  una corrida de Galache en la plaza de Villacarrillo “He aprendido a torear con los toros de Paco Galache”, porque estos toros cuando se les hace las cosas bien, son muy agradecidos, y regalan unas embestidas templadas y fijas.

Muchos de los protagonistas de esas corridas, tanto empresario, toreros o aficionados se deshacen en elogios hace esos toros. Alguno afirma rotundamente que todos los toros de Paco Galache embisten y proporcionan triunfos, incluso con 5 años embisten mejor.  Así, de esta manera ha terminado la temporada de los emblemáticos “Galaches”, con un balance impresionante.

Uno de los toreros que ha cuajado grandes faenas en sus dos tardes que enfrentó a los del encaste Vega-Villar ha sido Damián Castaño, se puede decir ya, que es un especialista en este encaste y en dicha ganadería, propiciándole grandes triunfos, que aunque no tengan la repercusión que deberían, cuentan y mucho para todos los aficionados. Un torero que supo entender la embestida encastada del toro y organizó, cuajó y templó el torrente de casta para torear con una verdad absoluta.

Para la temporada 2020 tiene 4 corridas, 2 novilladas picadas y unas cuantas novilladas sin picadores. Si hubiera justicia en la próxima temporada la ganadería de Francisco Galache estaría en plazas de renombre, porque tienen lo que se necesita hoy en día para dar variedad, emoción y triunfos. Y con esa ganadería recomendaría la incursión de Damián Castaño que en estas últimas temporadas se ha convertido en todo un especialista, y los triunfos logrados a si lo demuestran.

Por Juanje Herrero

Enlace de la galería de la temporada 2019