La historia del toreo está llena de grandes hitos, relatos, leyendas y personajes que, a través de los tiempos, han dejado su huella imborrable en el mundo del toro. Sin duda alguna, uno de esos personajes fue don Álvaro Domecq y Díez quien, primero en el rejoneo y posteriormente como ganadero, dejó su impronta para siempre. Don Álvaro Domecq y Díez, hijo de don Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio y hermano de Juan Pedro, Salvador y Pedro (todos ellos ganaderos), compró en el año 1954 la ganadería oriunda de Parladé a don Salvador Suárez Ternero. Con el nombre inicial de «Valcargado», en 1956 don Álvaro elimina lo procedente de don Salvador Suárez Ternero y añade vacas y sementales de Curro Chica (procedencia veragüeña e ibarreña), así como un lote de vacas adquiridas a don Carlos Núñez. A partir de 1957 la vacada empieza a ser denominada «Torrestrella», y es de tal forma como don Álvaro Domecq y Díez la lleva a lo más alto del estrellato ganadero, siendo en poco tiempo un hierro muy apreciado por aficionados, críticos, ganaderos que se sirven de su procedencia para formar sus vacadas, y toreros (aunque quizás mucho menos por los figurones contemporáneos, quienes hacen ya tiempo que apenas la huelen).
Por supuesto, en Pamplona han sido y son también muy apreciados, y además se puede decir que es un hierro cuya moda «sanferminera» no ha sido ni mucho menos tardía, pues estuvieron presentes desde la primera Feria del Toro, celebrada en 1959. Aquel año no estuvo anunciada en los carteles desde un primer momento, pues la corrida que lidió fue sustituta de otra de Benítez Cubero que fue rechazada, siendo lidiada el 9 de julio por Pepe Luis Vázquez, Gregorio Sánchez (dos orejas en el 2°) y Curro Girón (dos orejas y rabo en el 6°). Precisamente este toro 6° al que Curro Girón le cortó el rabo, de nombre «Rabioso», fue premiado con el trofeo «Feria del Toro» de 1959 al más bravo de la feria. A partir de entonces, los toros de Torrestrella se convirtieron en todo un clásico en los sanfermines, lidiando un total de veintitrés corridas de toros desde aquella de 1959 hasta nuestros días, aunque distribuyéndose de una forma un tanto irregular. A la triunfal corrida de su debut en 1959 le siguieron cuatro más de manera consecutiva: las de 1960, 1961, 1962 y 1963, tardes que resultaron triunfales tanto para el ganadero como para algunos de los toreros que se anunciaron con ella (triunfaron en esos años ante los de Torrestrella toreros tan variopintos como Mondeño, César Girón y su hermano Curro, Gregorio Sánchez y Paco Camino). Tras esto, dos años de ausencia y el regreso en 1966 con una corrida de toros lidiada el 11 de julio de 1966 por Antonio Ordóñez, Fermín Murillo y José Fuentes; y otro toro más 3 días después, 14 de julio, en el marco de la corrida concurso en la que también tomaron parte los hierros de Juan Pedro Domecq, César Moreno, Eduardo Miura, María Teresa Oliveira y Atanasio Fernández, siendo lidiados por Antonio Bienvenida, Jesús Córdoba y Antonio Ordóñez. Don Álvaro Domecq presentó aquella tarde para que fuera lidiado en 6° lugar a «Escultor», y que resultó ser vencedor de la corrida concurso y, además, del trofeo «Feria del Toro de aquel año de 1966. Antonio Ordóñez le cortó las dos orejas.
Tras esto, su presencia en Pamplona años posteriores fue menos cuantiosa: tan solo 5 corridas lidiadas en 20 años (1969, 1973, 1976, 1977 y 1988). Fue ya mediados los 90 y hasta bien entrado en nuevo milenio cuando los toros de don Álvaro Domecq y Díez se hicieron de nuevo imprescindibles en la Feria del Toro, lidiando entre 1994 y 2014 (año de su última corrida en Pamplona hasta la fecha) un total de 12 ocasiones, distribuidas en los años 1994, 1995, 1996, 1997, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2011, 2013 y 2014.
También ha sido muy premiada esta ganadería en Pamplona a lo largo de estos años, alcanzando el premio «Feria del Toro» en 5 ocasiones y el premio «Carriquiri» en 3. Los 5 premios «Feria del Toro» le fueron otorgados en 1959 (al ya mencionado «Rabioso» que lidió Curro Girón el día 9 de julio); 1962 (toro «Buscalíos», lidiado por Mondeño el 13 de julio); 1966 (toro «Escultor», vencedor de la corrida concurso del 14 de julio, lidiado por Antonio Ordóñez); 1994 (corrida lidiada el 12 de julio por Emilio Muñoz, Juan Mora y Chamaco); y 2002 (corrida lidiada el día 13 de julio por Víctor Puerto, Antonio Ferrera y El Fandi). Por su parte, los 3 premios «Carriquiri» llegaron a sus vitrinas los años 1995 por el toro «Castellano» (lidiado en 2° lugar el 13 de julio por Juan Mora, que le cortó una oreja), 1996 por el toro «Borracho» (lidiado por Jesulín de Ubrique el día 12 de julio) y en 2002 por el toro «Sonajero» (lidiado el día 13 de julio por Antonio Ferrera, que le cortó una oreja).
Y hablando de toros para la historia, precisamente el citado «Castellano» que se lidió el 13 de julio de 1995, no se hizo célebre solamente por llevarse el «Carriquiri» de aquel año. Y es que «Castellano» se hizo tristemente célebre por la mañana en el encierro cuando, a la altura de la plaza del Ayuntamiento, empitonó en el abdomen al corredor de origen norteamericano Matthew Peter Tassio, muriendo este a los pocos minutos a consecuencia de las graves heridas. Y horas después, siendo lidiado por Juan Mora, el ya célebre «Castellano» se convirtió en un toro de premio a causa de su bravura y su casta. Cosas de la Fiesta.
Torrestrella lidió su última corrida de toros en Pamplona el día 7 de julio de 2014, siendo estoqueada por Antonio Ferrera, Miguel Abellán y Daniel Luque. Y lo cierto es que aunque han lidiado en Pamplona multitud de ocasiones, bien podría decirse que no tantas como hubiera merecido, y muy en especial los últimos años. Una pena, tratándose de un hierro tan apreciado por la afición.
Por Luis Cordón