No te conocía, pero te lloro como si fueras familia. Para esto el mundo del toro es una piña.

Ya eres eterno. Serás inmortal. Siempre en el recuerdo. Jamás morirás. Vuela alto amigo. Descansa en Paz.

Te mereces gloria eterna. No dudes que la tendrás. La gente que te quiere, siempre te recordará.

No sufras por nosotros, eres tú el que te vas. Cuidanos desde el cielo. Nunca morirás.

La vida fue injusta. Pronto tuviste que despertar. Al lado del gran padre siempre estarás.

Que la tierra te sea leve toreador.

Una vida rota por un sueño. Todo por una pasión. A los 22 años nos dices adiós.

Descansa en paz torero. Hasta siempre Kévin Bruguière.

Por Juanje Herrero