RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Fotografia Federico Montes

 

Un nombre propio ha tenido la edición 54ª de la Feria de San Sebastián. Y ese lo ha sido el diestro taribeño Jesús Enrique Colombo, quien se ha convertido en el gran triunfador de la recién culminada cita taurina sancristobalense, donde dos corridas de toros y una novillada tuvieron lugar este pasado fin de semana.

Colombo se encerraría en solitario ante un encierro bien presentado de San Antonio, ejemplares que en la muleta se vinieron a menos, a tal punto de dejar en solo tres orejas el saldo orejeril de la tarde, lo que si no hubo discusión alguna sería la entrega, capacidad y solvencia con la que Jesús Enrique uno a uno fue despachando los ingratos pupilos del joven ganadero Edgar Varela, quienes dejaron en ascuas lo que se mascaba como toda una apoteosis.

Tarde donde además de los extraordinarios pares de banderillas de Colombo en todos sus toreros, se le vio hecho un “cañón” con la espada, en especial el volapié a «Tachirense» Nro. 75 de 470 kilos, lidiado en segundo lugar, siendo premiada como la mejor del ciclo. Así mismo, la Mejor Faena fue para Manolo Vanegas, la realizada al primero de su lote la tarde del viernes 26, de nombre «Espejo» de Rancho Grande. El Mejor Toro fue el lidiado la tarde del sábado 27 en quinto lugar, de nombre «Atrevido» Nro. 76 de 440 kilos del hierro de San Antonio, así como la Mejor Ganadería fue considerada Rancho Grande, lidiada la tarde del viernes. El Mejor Picador, sin duda alguna fue José Gregorio Prieto, por el par de puyazos la tarde de la encerrona ofrecida al 3º y 4º toro de lidia, todo un poema en su ejecución, como de la misma manera la labor como Mejor Subalterno para el veterano Gerson Guerrero.

Los apartados a Mejor Par de Banderillas y Mejor Novillero ha sido considerada por el palco presidencial a cargo del Abogado Fidel Sánchez, desiertos, lo que no se ajusta pues hubo pares de gran mérito y ejecución.

Queda sellada una edición con bastantes dificultades en su organización y desarrollo por elementos externos al lio del toro. Esperemos que para le edición del 2019 podamos disfrutar de la recuperación de un ciclo taurino de suma importancia para el resto de la exigua campaña que se nos presente a futuro. El optimismo es lo último que perderíamos.