Cierre de la temporada en la provincia de Granada, en donde el novillero malagueño dejó constancia de su madurez y el poso de la temporada.

Cuando comienza a caer el año, no hay mejor manera de celebrar el día de la Constitución que con un festival taurino y más con el aliciente de la vuelta de los toros a Otívar (Granada), diez años después del último festejo.

Abrió la tarde «El Güejareño» ante un animal del hierro de Martín Lorca de mucha clase aunque escaso de fuerzas. Consiguió trazar una faena de momentos vibrantes, sobre todo por el pitón izquierdo. Probó por ambos pitones y dejó muletazos sueltos por la diestra, aunque tuvo que retomar la zurda ya que este era el pitón bueno del toro. Tanto fue así que coincidió hasta para matar, pues hay que reseñar el hecho curioso de que el matador es zocato y entró a matar con dicha mano. Los fallos de espadas le privaron de pasear mayores trofeos y todo quedó en una oreja.

Fue la actuación de Juan Carlos Benítez un derroche de voluntad y ganas; y a la postre, lo mejor de la tarde. Desde que se abrió con el capote, con el que estuvo rayando a gran nivel, hasta la voluntad que puso en el intento de hacer un quite ante un animal de condición bronca, áspera. Un animal de Couto de Fornilhos, de mucho volumen y con un rizo en el testud que no hacía más que dar seriedad a su presencia. Brindó al público y buscó ahormarlo por bajo imprimiendo plasticidad en contraposición a la violencia del un animal. Comenzó una faela que acabó siendo importante.Naturales de mano baja y remates de mucho gusto, para plantear una faena en los terrenos del toro. Tras una labor importante abrochó la faena de forma muy torera con ayudados por alto y toreros doblones. En la fase final, cuando intentaba igualar para matar, el animal acentuó su condición rebrincada y huidiza. Anduvo Juan Carlos listo, sabiendo que si pasaba más de una vez se complicaría en exceso la cosa. Rubricó la faena con una estocada un puntito desprendida, a pesar de la cual, el publicó optó por solicitar los máximos trofeos que fueron otorgados, que hace justicia a lo visto en el ruedo, un derroche de voluntad y ganas, una faena muy importante, que no hace si no apuntar lo que este torero atesora y que ya ha mostrado en plazas de gran categoría y de mucha responsabilidad durante esta temporada.

Se dejó en el capote el que hizo el tercero de la tarde en un jaleado saludo de Antonio Ganivet, torero de Santa Fe, granadino, que se presentaba ante sus paisanos. Tras un buen inicio por alto , el animal se mostró protestón, un novillo de menos movilidad y presencia que los anteriores. Se vio un torero muy voluntarioso, con las carencias típicas de quien empieza, pero, que supo aprovechar las embestidas en lo que duró la faena. Una faena corta en minutos y que cerró en cercanías. Mató en todo lo alto y recibió dos orejas.

Buen saludo de Javi Ferres al novillo que cerraba plaza, un novillo más terciado para este alumno de la escuela de Motril, que fue jaleado por el público. Un animal suelto con el que dejó buenos momentos al natural, a pesar de la inexperiencia que un alumno atesora. Espigado y vertical, buscando componer la figura, mató de estocada entera y recibió los máximos trofeos tras su actuación.

Por Mario Gómez