Colea en los medios las coces propias de una mula falsa vertidas por Florentino Pérez, el actual presidente del Real Madrid, contra diferentes leyendas del club blanco en unas grabaciones que ahora han visto la luz. El inmenso escándalo a nadie ha dejado indiferente y eso que es uno más en la trayectoria de este siniestro personaje que tanto mal ha hecho al mundo del fútbol en general y al Real Madrid en particular. A ese Real Madrid que siempre fue un ejemplo de señorío por todo el mundo, junto a la caballerosidad de la que hizo gala hasta que tomó el mando –por la fuerza del dinero- este impresentable que se ha alzado con el poder total de la nave blanca para destrozar aquel legado y filosofía que fueron sus señas de identidad.

El Real Madrid, hecho a medida de don Santiago Bernabéu, un gran hombre, adelantado a su tiempo, hoy navega en las aguas putrefactas por culpa de su máximo dirigente, un personaje dominado por el ego al frente de una férrea dictadura, en la que para nada cuentan directivos, personal técnico… Solo él, con sus filias y fobias, porque únicamente entiende de dinero y por tanto de su mano se han perdido todos los valores del deporte. ¡Qué pena! Fijaos como son ahora las cosas que, en la actualidad, si el mismo don Santiago Bernabéu lo quisiera, no podría ser presidente de ese club, de su club, porque este Florentino lo ha atado todo para no ser flor de un día y que toda el agua vaya a la turbina de su molino

Afortunadamente aquí nos conocemos todos y a nadie escapa quien es cada uno. Todos sabemos que el siniestro Florentino ha caciqueado a su antojo, comprado voluntades… y ha provocado que las grandes estrellas hayan abandonado el Real Madrid por la puerta atrás. La del desprecio y la patada. Es el ejemplo de Hierro, Del Bosque, Camacho, Raúl, Casillas… en una larga lista que cierra, seguro que de forma provisional, Zidane y Sergio Ramos. A las grandes estrellas se las ha obligado a irse de malas formas, sin tener siquiera la oportunidad de recibir el cálido aplauso de la afición, o de un partido homenaje para tributar el cariño que se supieron ganar en la cancha. Lejos quedan tiempos como el adiós del gran José Antonio Camacho, televisado, con un Madrid-Milán y previo otro de viejas estrellas (por cierto la última vez que se vistió de corto Vicente del Bosque para regalar su postrero gol de vaselina).

Aquel Madrid de la grandeza y del señorío, el que daba siempre la mano cuando llegaba la derrota, con este Florentino ha perdido los valores, engañando hasta a una afición a la que le ha vendido tanto humo por la fuerza de su dinero, pero con políticas vacías de valores.

Y mientras eso ocurre es impresentable que, todo un presidente, haya hablado así de símbolos y leyendas del club, ninguneándolas, despreciándolas e incluso hasta con el descalificativo del insulto. Es imperdonable todo y más, aun lo que dice contra quién pasea la caballerosidad y el saber estar allá donde acude. Me refiero a Vicente del Bosque a quien no se ha cansado de ningunear y maltratar. No hay más que ver su bajeza que hasta intentó poner medios para que no fuera Seleccionador Nacional.

Pero Vicente fue Seleccionador, y gracias a él, este país se abrazó y brincó de felicidad al lograr la mayor gesta deportiva, ser Campeones del Mundo. Y gracias a Vicente, la sala de trofeos del Real Madrid es mucho más grande. Pero gracias a él todos los que nos hemos mirado en su espejo, que somos millones, somos mejores personas. Mientras que Florentino, por más que compre voluntades a golpe de dinero, pasará a la historia como una escoria que cocea como una mula falsa.

Paco Cañamero