En un mundo tan convulsionado como el de la política en que, nuestros dirigente socialistas odian la fiesta de los toros, hasta el punto más exacerbado despreciándola hasta la saciedad, que dentro de ese partido de embusteros y rufianes anide un aficionado a los toros que, para mayor fortuna, hasta ha narrado las biografías de Dolores Aguirre y José Cruz para, en la actualidad, haber escrito una obra admirable titulada LOS TOROS DESDE LA IZQUIERDA, ello nos ha puesto a cavilar ante la magnitud de este hombre que, al más puro estilo de aquellos socialistas de los años ochenta que todos admirábamos, como si de un oasis en el desierto se tratare, así ejerce  Eneko la política puesto que, en aquellos años de la transición, derecha e izquierda supieron unirse para engrandecer a España, hasta que llegó el despreciable Zapatero que lo destruyó todo, eso sí, dándoles al “alternativa” a unos que, como se comprueba, todavía son capaces de hacerlo peor. Dentro de esa incertidumbre se mueve nuestro hombre que, mérito lo tiene al más alto nivel porque, como ya dije en su día, que no le pase nada si sus jefes de Madrid han leído el libro.

-Eneko Andueza, político vasco afiliado al partido socialista y parlamentario en el gobierno vasco, nos ha dado una soberana lección a todos; derecha e izquierda porque, su libro, además de ser un manantial de cultura, una fuente del saber, ha venido a demostrarnos que la cultura está por encima del bien y del mal, por tanto, de cualquier sigla política. ¿A quién quiere usted conquistar con su libro, al mundo de los toros, al de la política o acaso solo piensa en dejar un bello recuerdo en el mundo de la literatura?

Este libro no pretende conquistas, sino hacer reflexionar. Es un alegato a la libertad y, sobre todo, un ejercicio de pensamiento que pretende eliminar complejos a unos, evitar estigmas y que nadie instrumentalice la fiesta como algo exclusivamente suyo. La tauromaquia es de todos, y a la vez, de nadie. Este libro es un ejercicio de reflexión que quiere arrojar argumentos, información para que los que defendemos la tauromaquia los podamos utilizar, y aquellos que la verifican desde determinados posicionamientos políticos puedan hablar con conocimiento de causa si tienen a bien leerlo, claro. 

-La noticia cultural taurina de los últimos días no es otra que la aparición, como antes decía, de un maravilloso libro de toros, cuando menos, con mucha pedagogía al respecto, que se titula LOS TOROS DESDE LA IZQUIERDA. Un título sugerente, y mucho más en la actualidad en que, la izquierda no comulga precisamente con la fiesta de los toros. Su autor, Eneko Andueza, ha querido desmitificar la idea de que los toros son sencillamente un acervo cultural que nada tiene que ver con la política. ¿Qué le diría usted a nuestros lectores para que leyeran el libro, es decir, qué mensaje subliminal podemos encontrar en su obra que nos haga felices a los aficionados e incluso a los que no lo son?

Les diría que la fiesta de los toros es un elemento de cohesión social, una expresión popular que nos une a millones de personas en todo el mundo, y que nos une sin hacer distinción de origen, sexo, raza, religión o ideas políticas. Que esto va de emociones, no de doctrinas políticas ni intereses espúreos.  

-Usted ha escrito ya tres libros de toros y, me consta que es un aficionado auténtico, siendo de Bilbao no se podía esperar menos de usted. Por dicha razón, hasta he sabido que ha tenido amenazas de muerte por parte de tantos descerebrados que  andan sueltos, sencillamente, por ser aficionado a los toros y promulgar dicha fiesta con su talento mediante la pluma. ¿Qué les diría usted a tantos animales como andan sueltos por las calles?

Por desgracia, lo de ser amenazado por pensar determinada cosa no es nuevo. Lo he padecido en el plano político y en el taurino tras escribir este libro. Vivimos en una sociedad donde la tolerancia se practica cada vez menos. No se respeta al diferente, y ahí está la base de la democracia y de la convivencia. Les diría que intentaran ser felices, que disfrutaran de la vida, que solo pasa una vez, y que es una pena que la malgasten cultivando el odio. 

-¿Tanta fuerza anida en su corazón por aquello de ser aficionado hasta el punto de narrar un libro de toros en la actualidad, cuando el tema está en desuso, digamos que, somos muy pocos lo que amamos el arte de Cúchares?

Somos muchos. El problema es que mucha gente no se identifica por miedo. Parece que ser aficionado es un pecado. Pecado es no defender lo que uno piensa. Tenemos que comprometernos más y ejercer la militancia taurina sin complejos. Otra cosa es que, muchas veces, los propios Taurinos nos quitan las ganas….  

-Usted es un chaval con apenas cuarenta años, socialista de los de antes, cabal, culto, aficionado, humanista y muchos más valores. ¿No tiene pena de no haber nacido en la época de José Luís Corcuera, Felipe González, Enrique Múgica y tantos socialistas más que le dieron fuste a la sociedad española y, por encima de todo, respeto al mundo de los toros?

He tenido la suerte de conocer de cerca a Enrique Múgica, con el que la inmensa mayoría de las veces hablaba solo de toros. Creo que en las filas del Partido Socialista, especialmente en el ámbito rural, seguimos teniendo muchos compañeros que defienden la fiesta y la cultivan desde sus ayuntamientos. Eso sí que no se debe perder nunca. Ahí está la esencia y la raíz de todo. 

-Si hubiera un congreso del partido Socialista y le dejaran hablar a usted, ¿qué argumentaría ante los suyos para hacerles comprender la gran cultura que es y supone la fiesta de los toros?

Sería muy complicado poderlo hacer en un discurso breve y no me gustaría emular a los de Fidel Castro. Les diría que la fiesta hay que conocerla desde la base, desde el campo, donde nace el toro, para poder comprenderla. Y les regalaría un libro para que tuvieran la posibilidad de conocer desde nuestras ideas políticas lo que es y lo que significa la tauromaquia en tantos aspectos de nuestra vida. 

-Es verdad que, los aficionados, los que somos apasionados, todas las culpas se las echamos al gobierno pero, según usted, como aficionado, ¿qué cree que estamos haciendo mal los “taurinos” para que la gente le interese poco la fiesta de los toros?

Yo prefiero calificarme como aficionado. Taurino es el que vive de ello. Es difícil defender muchas veces un espectáculo que carece de autenticidad, de emoción, de integridad. Un espectáculo mecánico donde se sabe de antemano casi todo lo que va a ocurrir, aburre. A la fiesta le faltan muchos ingredientes para que nadie pueda ponerla en tela de juicio, y eso está en manos de los que manejan La fiesta. 

-Y fíjese, le hago la pregunta basándome, con enorme tristeza, cuando comprobé que, Bilbao, la feria taurina de norte por excelencia, ha dejado de lado los toros, la prueba es la última feria, la del 2019 en que, con todo el oropel de las figuras, apenas media plaza en plena feria. ¿Qué ocurre en Bilbao, señor Andueza, para que la gente haya desertado de Vistalegre?

Si constantemente ofreces un espectáculo impropio, alejado de lo que siempre ha sido Bilbao, con su toro bien presentado, integro, fiero, con tardes que enganchen al espectador, es muy difícil que la gente vaya. En Bilbao se llevaba años abonando la desidia, y eso va pasando factura. Lo difícil es hacer que la gente vuelva. Ahora no vale que los que se han llenado los bolsillos se echen las manos a la cabeza…

-Al margen de tres mil cuestiones que atacan directamente a la fiesta de los toros, muchos aficionados sostienen que el gran culpable del letargo que sufre la fiesta la tiene José Tomás porque, según estos aficionados, de querer el diestro de Galapagar, ponía la fiesta al revés en menos de cinco minutos. Para usted, ¿es José Tomás culpable del “delito” que se le imputa o se trata de un diestro cómodo que no quiere guerra alguna y está a por lo que caiga?

Muy mal estaría la fiesta si solo dependiera de un solo torero que ya está retirado y solo actúa esporádicamente. Hay muchos culpables. Ojalá los que ahora están arreando en el escalafón lleguen a ilusionar y a despertar las pasiones que devuelvan al público a las plazas.

-El mundo de los toros, Eneko, permítame que se lo diga, sigue siendo tan complejo como la misma política. Se lo digo porque, para dicha de nosotros, los aficionados, existe un torero del norte, de Arnedo concretamente, llamado Diego Urdiales, ídolo de Bilbao y de Madrid, torero puro como ninguno y, tras tantos años, nadie le ha considerado figura del toreo. ¿Será que el arte está reñido con la mercadotecnia?

Sin duda. Se lo dice un Urdialista empedernido. Diego es de los pocos toreros que guarda la mejor esencia de la ortodoxia taurina, de ese toreo que nunca pasa de moda y te levanta del asiento. Las injusticias se han repetido a lo largo de la historia. Eso debería cambiar. Dentro de unos años, muchos, se darán cuenta de que Diego Urdiales es hoy un toreo de época. 

-¿Cómo piensa usted que sobrevivirá el mundo de los toros si alguna vez logramos vencer a la maldita pandemia que nos ha asolado?

Con mucho esfuerzo y dejando TODOS pelos en la gatera. Cuando pase esto debemos ser conscientes de que la tauromaquia está necesitada de un cambio, tiene que ser sostenible económicamente y tiene que volver la emoción. Cada cual debe poner de su parte. 

-Como aficionado y como paisano, ¿qué sintió el día que murió Iván Fandiño? Por cierto, usted que tiene una pluma maravillosa, ¿no se le ocurrió nunca narrar la vida del más singular de los toreros que no era otro que ese héroe llamado Fandiño?

Sentí mucha tristeza. Es el tributo de la fiesta. Narrar la vida de un torero siempre es un privilegio para quien lo puede hacer. Es algo que en algún momento me gustaría hacer.

-Andrés Calamaro ha dicho en estos días que denigrar la fiesta de los toros es algo así como quemar el Museo del Prado con todas sus obras dentro. Y esto que es tan sencillo, que lo entenderían hasta mis nietos, ¿cómo cree usted que mucha gente  no lo entienda?

A la gente le puede la sinrazón. Y hay mucha gente que no quiere entender. 

-Como aficionado, ¿qué cartel confeccionaría usted para Bilbao si es que alguna vez retomamos la normalidad en la vida?

Esplá (que reapareciera por un día), Diego Urdiales y Pablo Aguado con toros de Dolores, Cuadri, Victorino, Torrestrella, Victoriano Del Río y José Cruz.

-He podido saber que, siendo usted apenas un niño, tenía mucha relación con el que fuera mi maestro y amigo, el gran Alfonso Navalón. ¿Cómo imagina usted la pluma de Navalón si viviera en la actualidad?

Tuve el honor de gozar de su amistad, de estar en su casa de El Berrocal y echar muchas horas hablando de toros. Me la imagino tan mordaz como siempre. Le iban a faltar páginas para hablar de todo lo que pasa en la fiesta. Se le echa mucho de menos. 

-Sinceramente, Eneko, ¿ha merecido la pena haber escrito tan bella obra como usted ha narrado?  Se lo pregunto porque, con la que está cayendo en la sociedad española, hablar de toros parece un sacrilegio.

Siempre merece la pena escribir de algo que te gusta. Para mi escribir de toros siempre ha sido un honor. Un libro es una parte de ti. Y este libro es una parte muy importante de mí. 

-Usted ha hecho buena la frase de nuestro compañero Pepe Mata, el genial crítico taurino del país azteca cuando dice: “Dígase la verdad aunque sea motivo de escándalo” ¿Considera usted que ha formado un escándalo con su obra?

¡Para nada! Esa frase es muy necesaria. Vivimos en la sociedad de la corrección y los complejos y eso nos resta carácter y autenticidad. Reconocerse tal y como es uno es muy importante. Yo soy aficionado a los toros, y nunca se me ocurriría renegar de algo que he sido toda mi vida desde que tengo uso de razón. 

-Añada cuanto quiera, señor Eneko, esta es su casa.

Para mí es un honor contar con este espacio y que me hayáis dado este trato.