No puedo pasar por alto en este instante su último libro, señor Azofra, PASABA POR ALLÍ, para mí, un compendio de lo que ha sido su apasionada vida tan relacionada con el mundo de los toros; un libro que nos nutre por completo con sus vivencias que, si me lo permite, son auténticas lecciones para los aficionados, los de siempre y los nuevos que vayan llegando para enamorarse de nuestra fiesta. En pocas palabras ¿cómo definiría usted su libro, en este caso el último tras una trayectoria bibliográfica tan hermosa como la suya?

-Yo diría que han sido mis confesiones de última hora, vivencias de todo tipo que he tenido en mi larga vida como aficionado que, como sabrás, me apetecía contarlas; bien es cierto que se ha hecho para un reducido grupo de mortales pero, a fin de cuentas, lo he contado que era lo más importante. Como han dicho los afortunados que lo han leído, todos han coincidido en que se trata de una obra muy amena, lo que siempre pretendí.

-Por cierto, de las cientos de anécdotas que usted cuenta en el libro podríamos enumerarlas todas por su bello contenido pero, me quedo con una; una tarde, creo que fue en Arnedo, toreaba Ignacio Vázquez Silva, hijo de su amadísimo maestro Pepe Luís Vázquez Garcés y, al chico no le rodaron bien las cosas y usted tuvo que hacer una crónica nada deseable tratándose del hijo de un amigo. ¿Cómo entendió la crónica el gran Pepe Luís Vázquez, sabiendo que usted era su íntimo amigo?

Con toda la naturalidad del mundo porque el maestro sabía que Dios no había llamado a Ignacio por el sendero del toreo. Insisto, estamos hablando de todo un caballero como era Pepe Luís Vázquez y, tras la crónica no hubo acritud alguna por parte del maestro, yo diría que todo lo contrario porque sabía lo mucho que yo había sufrido al tener que narrar aquella crónica. Ignacio no pudo ser torero pero, como era un chico fantástico, hace ya muchos años que es un afamado farmacéutico en Sevilla.

-Usted ha visto las plazas a rebosar. Ahora, salvo eventos sociales, resulta difícil ver más de tres mil espectadores en una corrida ¿Dónde están las causas  de los errores cometidos por los taurinos para tan gran desastre y, por si faltaba algo hemos tenido que lidiar con la pandemia que nos asoló desde el pasado año?
-Repito que la fiesta se ha alejado del toro y se ha acercado a la vulgaridad. No se aprecia la víspera de tragedia, la dificultad en el toro que hace meritoria la faena. También falta el torero de mayorías que multiplica el interés general y favorece que toreen más los de calidad. Siempre se dieron épocas mortecinas que han de revivir. Los toreros de más interés se han visto mil veces en la pantalla…y eso evita el tirón de la taquilla.

A lo anterior añadamos que la fiesta es cara y pocas veces divertida, la gente no quiere sol ni regalado, la incomodidad de los tauródromos cada vez se soporta peor, en ferias son muchos los que se van de veraneo con el “abono”, se han multiplicado las diversiones gratuitas en ferias y fiestas, no se ha renovado el tendido con gente nueva, a los jóvenes no les interesa la fiesta y en pueblos de plaza de toros salen a la calle a las doce de la noche y se acuestan a la hora de los toros. Recuerdo que en el 2005, por ejemplo, pude ver carteles con César Jiménez, Robleño, Conde, Juan Diego, Manuel Caballero, Pepín Liría, Rivera Ordóñez…con menos de mil personas y, lo que es peor, en años posteriores tampoco hemos avanzado mucho. La plaza de Córdoba semivacía en feria…Y de novilladas mejor no hablar. Salvo excepciones no va ni el mozo de espadas. La asistencia normalizada de la mujer ha salvado económicamente muchas situaciones.

Uno piensa que con Litri, Aparicio, Chamaco, Pedrés, El Cordobés, El Juli, Litri II y Camino…se llenaban las plazas. Y no eran los mejores toreros. Pero a su vera toreaban más los buenos. Tuvieron importancia.

Los taurinos deben cuidar a los toreros. Pero en ellos está interesar. Aportar algo distinto ortodoxa o heterodoxamente. El Viti dice que todo lo que se le hace a un toro es torear ¡Entendámoslo bien! Todas las poblaciones se han multiplicado por cuatro en sesenta años y las plazas siguen con el mismo aforo. Admitamos que esta hermosa, y bárbara fiesta, que amamos y no queremos verla desaparecer, es un tanto anacrónica y queda fuera de compás de los rumbos de la vida. Pero aporta dinero a bulto y permanecerá. La Unión Europea es también “económica”.  Y, por si faltaba algo, hemos tenido que sufrir la pandemia que, desdichadamente ha aflorado mucho más todos los males que veníamos padeciendo.

-¿Quién tuvo la culpa del sepelio de la fiesta de los toros en Cataluña?

Los políticos catalanes, representantes de minorías, van contra todo lo que suene a español, por redondeo metieron a la fiesta de toros, con el fin de justificar la ración fuerte de pienso que se llevan del pesebre comunal. Se preocupan de fiestas y no de las gentes de los barrios modestos que se hunden por choriceo y descuido y de otras miles de situaciones de desamparo a pie de calle. Después de lo del barrio El Carmelo, formado por luchadores y trabajadores de base desde la emigración, debieran los “antifiestas” políticos enterrarse vivos o coserse la boca para siempre aunque sigan dando mangazos, objetivo de los políticos en general. Van contra la fiesta más por proteger a los animales que por el peligro para el hombre. Se apoyan en el populismo verbal y abusan de la modorra de ciertos colectivos para justificar el zurrón. Cuando vengan mal dadas se taparán y pagará el pato el pueblo llano. La Historia cercana puede aportar datos que conocen y olvidan estos tartufos.

En su momento escuché al profesor Alejandro Pizarroso que Balañá ponía el 80% para una campaña a favor de la fiesta de Cataluña y el 20% lo pedía a los demás empresarios que no han respondido por aquello de que les pillaba lejos la causa. Los taurinos tampoco han dado la medida. Pese a la maldita clausura de la fiesta en Cataluña, en los últimos años, en Barcelona carecían de carteles con atractivos para el aficionado, cosa que no se daba. Hay sólida afición, peñas, escritores, toreros…No es lo de antes como no lo es en ninguna ciudad. Esa es la verdad aunque reluzcan las ferias.

-Por todo lo que estamos viendo, ¿cree de verdad en el futuro de la fiesta?

Entre la razón y la fe siempre me inclino por la razón. Leo crónicas de hace ciento cincuenta, cien y cincuenta años que le daban pocos años de vida a la fiesta. Después de ellas llegaron Joselito, Belmonte, Manolete, Pepe Luis, Ortega, Marcial, Dominguín, Ordóñez, los americanos Girón y Rincón, franceses, portugueses, Camino, Jesulín, que fue un mantenedor del negocio durante años, Espartaco, Ponce, El Juli…y se han multiplicado las ganaderías, las plazas y los toreros. Parece que se vive de “pérdidas” y se trata de una fiesta muy católica porque a tenor de los malos presagios los profesionales viven de milagro. Y viven muy bien. Razonando con los datos anteriores deduzco que tiene un futuro más “light”. Más humanizado. Pero futuro. Es una fiesta industrializada y en las grandes ferias y fiestas no faltará.

-¿Será que nos sobra pesimismo y no sabemos ver la cara amable de la fiesta?

La fiesta tiene facetas positivas más que amables que avalan su continuidad. Su tradición ancestral, el que todavía se muere en el ruedo (aunque no se desea tiene ese peligro), su relación con la cultura en todas sus facetas, el mejor mantenimiento en España de los espacios naturales con el toro bravo, su rendimiento económico general y de empleo, la lucha del hombre con la única fuerza natural no dominada o fácil de dominar, la posibilidad de conseguir fama o gloria y dinero en poco tiempo si en ella se destaca…
Hay que admitir que también se pueden admirar en las plazas pasajes de valor humano y arte que no se ven en otras actividades o espectáculos. Pena es que no se prodiguen.

-¿Cree que la informática ganará la partida a los medios escritos o quizás ya hemos llegado a ello?

Ni soy profeta, ni creo en ellos, ni parecen estar bien prestigiados. A mí me gusta mucho leer en papel. Pero ya estoy familiarizando con las pantallas que son una maravilla aunque sólo sean para escribir, corregir, imprimir, enviar…Lo que he desechado hace décadas es la verborrea, el populismo verbal, el bla, bla, bla…lo que no se puede repasar, contrastar y lleva bulla, formas, que es lo que se cuida, y poco fondo.  ¡La informática es un milagro impagable de la ciencia! Es darle a un botón y estar en contacto con la cultura, la información y la actualidad de todo el mundo. Obra de gente inteligente. De genios. Si añades lo de consultar y leer…Me costó un poco decidirme y me convenció de sus ventajas mi admirado Rafael Azcona tomando vinos en “La Trainera” de la calle Lagasca, en Madrid, un día que toreaba Rafael de Paula un festival cerca de la capital y también estaba allí comiendo. Para mí lo que aconseja Rafael es como para otros lo que ordena y manda el  Papa actual.

A todos los avances científicos cuesta un poco darles paso pero luego se imponen y todos los aprovechamos tan contentos.

Menos fundamentalistas, reaccionarios, tontos, El Vaticano y gentes así que prefieren un mundo ignorante y con problemas para estar ellos de confesores consejeros dirigiendo la ignorancia hacia sus sectas. Llevando el agua caudalosa a su cantero particular. En el puesto de mando y privilegio. La píldora, la fecundación, los transplantes, la eutanasia, la viagra, el condón…cuesta asimilarlos pero implican mucho estudio y experimentación y acabarán imponiéndose. En el tema de selección genética, el mundo ganadero de bravo ha conseguido resultados y avances impensables que no han logrado con otros animales. Es casi un milagro que supera a Darwin…aunque quisiéramos otra cosa.

-¿Qué libro de los escritos por usted se llevaría a la isla desierta que todos soñamos?

Nunca he soñado con una isla…desierta ¡Qué horror! Pasé por los años sesenta seis meses repartidos en dos veranos en Palma de Mallorca, repleta de nórdicas divinas en un ambiente de ensueño cuando la plaza de Gomila y todo aquello, y al segundo mes se me hacía largo y como pequeño el espacio ¡Fíjate en esas islas de los tebeos que está un barbudo con la palmera y, a lo sumo, un tordón…en la imaginación! Yo soy urbanita selectivo. Pero si me desterraran, no llevaría ningún libro mío. Llevaría una soga para ahorcarme en la palmera. Dice la sabiduría rural que es muy buena muerte ¡Joder! ¡Solo en una isla! Solo no se está bien más que dormido. Que es como muerto pero sin salir a mear. Y en las plazas de toros para que nadie te hable.

-A estas alturas de su vida, aunque es usted una persona con mucha veteranía, ¿qué le queda por hacer en el periodismo?

Creo que tener 78 años es ser “relativamente viejo”. En periodismo ni lo que he hecho es algo especial o meritorio ni me queda nada por hacer. Haré lo que me apetezca, y me dejen, sin meta. No la tuve nunca. Lo único que me propuse, taurinamente, es dejar escrita una historia taurina de La Rioja y lo he conseguido en dos tomos de más de 1.000 páginas, con datos contrastados, cientos de fotografías y sin mamarle el cencerro a entidades o cargos oficiales.

-García Márquez confesaba haber vivido ¿Qué confesiones le quedan a usted por hacer ante el mundo?

¡Joder, el mundo! ¡Pues no es poco grande! Lo que yo diga se la suda al mundo. Soy rural y casi no he salido del huerto. Me viene grande hasta la concentración parcelaria. Cuando visito grandes ciudades, por no ser el raro de la familia y acompañar, me asusto y casi no salgo de la calle del hotel o cerquita. A mí me leen cuatro taurinos o cinco y no me hacen ni puto caso. Pero observo que a Cristo, Mahoma, Buda, Nelson Mandela, la madre Teresa, los teólogos de la Liberación, Gandhi, grandes sabios, santos, pacifistas, papas, estadistas, ganadores del Nobel, poetas y gente así como mundial tampoco les hace caso ni crista, con a, como dicen en mi pueblo. Para qué pensar en confesiones subliminales. El mundo, salvo a las entidades bancarias, se pasa todo lo que no le conviene o interesa bajo pata.  Ya sabemos todos que de aquí no sale uno vivo. El mundo, el mundo…Me interesa mi corrito de gente. Por los demás no puedo hacer nada. Pienso que la filosofía de los epicúreos debiera difundirse para mejorar la calidad de vida.

-Salvo Madrid, ¿cree usted que el Norte es el único reducto que guarda la seriedad y grandeza de nuestra fiesta?

Despacio y sin tópicos. Oviedo, La Coruña, Vitoria….son plazas norteñas cerradas. Bilbao, Gijón, San Sebastián, Santander, Pamplona, Huesca, Burgos, Zaragoza, Valladolid, Palencia, Salamanca…dan buena media pero algunas han bajado en espectadores. En cuanto a seriedad y grandeza…de todo como en botica aunque hay una media de dignidad que supera al Sur. Pero hay mucho donde meter mano dura. Lo peor es que en poblaciones de esas provincias que fueron de dos o tres corridas rentables no va nadie a los toros. Tienen crisis. Y la verdadera crisis es que la mayoría de esos cosos sólo se abren en feria. Ahí está la crisis. Fuera de feria no van ni los músicos.


Reconozco que en otras regiones de España la cosa está peor. Entre España y Francia hay una veintena de buenas plazas. De las de ganar dinero al fijo. No nos volvamos locos. Otro puñadito ahí andan con altas y bajas. Las demás para lidiar con subvenciones, lucha, regateo de honorarios, alivio de ganado y otras calamidades. Las hay de ruina y con empresario ¡Misterios! 

-“Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque fuera por negocio”, dijo Facundo Cabral. Le pregunto a usted: ¿no cree que la metáfora aplicada al mundo de los toros sería un gran negocio?

Facundo Cabral era un ideólogo. Un fenómeno como cantautor y pensador. Un iluso, en el mejor sentido. Un filósofo. Un soñador. Pero casi todos los sueños se roncan y no se realizan. Si la metáfora de Facundo se practicara en el toreo sería una maravilla. La historia es convencer a los malos de que sería mejor lo otro. A ver el tío guapo y capaz.

-¿Qué consejo daría a los jóvenes que están llegando a la crítica taurina?

Ninguno. El dominó, las cartas, la pelota, el toreo… hay que aprenderlos antes de ir a la mili. Lo ha dicho Curro Romero. Lo mismo para verlos que para practicarlos. Si los jóvenes fueran de la familia e insistieran en lo de los consejos, les diría que me gustan las crónicas informativas y amenas. Lo bueno o malo comentado con cierta gracia o ingenio. De consejos ni uno. Personalmente, diré que hay cronistas o escritores de toros tan aburridos que no los leería ¡ni traducidos al castellano! Ni sus titulares me interesan.

-¿Qué esperanzas nos quedan, señor Azofra, con el actual plantel de toreros?

Esperanzas todas ya que son baratitas y ocupan poco. La imaginación es libre ¡Tome nota de los años que llevo esperando a los Reyes Magos! Yo espero en Manzanares, Diego Urdiales, Emilio de Justo, Morante, Juan Ortega, Curro Díaz…. Bien, bien…Pero no quitan el sueño a los que hace muchos años están por delante. No molestan. Se respetan. Teniendo en cuenta la cantidad de rancheros que suman corridas con tareas de vulgaridad solemne…esperemos. El célebre Clarito dejó escrito: “De primera intención, cada aficionado alberga un iluso o un incauto”.