Ya saben nuestros lectores que según he podido saber son muchos, como se ha gestado esta feria, algo que hemos venido leyendo en este portal desde mucho antes de que se planificase dicha feria.  Desde el pasado mes de agosto venimos leyendo aquí las tropelías de los politiquillos de turno que,  junto con los empresarios hicieron un pliego que era un bono loto  con bote.

Aquel pliego fue tumbado con toda justicia. Pero siguieron con sus marrullerías y finalmente lo ganaron si es que se puede decir que eso sea ganar. Y entre Zabala el hermanísimo y Zúñiga, el “buen hijo”, consiguieron el ansiado pliego.

Desaparece Nautalia pero sólo en los papeles. Bueno, digamos que no en todos. Como ya demostraremos seguía estando. Obran datos en mi poder que son realmente espeluznantes que, con el permiso del director iré publicando.

Como en la última feria se cargaron la novillada, que ya hay que ser “aficionados” para acabar con la cantera.

Este año si la hicieron y de seis novilleros. Ya saben ustedes los motivos, puesto que en este portal nos informaron de todo, gracias a la sagacidad de las plumas aquí representadas.

Los chavales cumplieron y la mataron con soltura. Por cierto de presencia parecían los padres de las corridas de los dos días siguientes.

Para el sábado una de Zacarías Moreno, sin kilos, sin fuerza, y sin pitones, pues los pocos que tenían en la finca al llegar a la plaza ya no los tenían. ¿Qué pasó? ¿Los perdieron en el camino?

Y ese día se acabó el papel. Sería buena noticia si no fuera porque el ayuntamiento le compró a la empresa un paquete inmenso de entradas, dicen que mil pero necesito la prueba para dar fe, algo que lograré y no tardaré mucho. No me cabe la menor duda, a tenor de los hechos, la generosidad del ayuntamiento con la empresa con el dinero de sus contribuyentes, o sea, sus vecinos. Con semejante material antes mencionado respecto a los toros, de los toreros mejor no hablar.

Para cerrar feria, una de Montalvo que también perdió los pitones, no sabemos si antes o después de salir de la finca.

¿Qué decir de los tres valientes que la mataron?

Alguno incluso en un alarde de valentía se dejaba dar con los pitones en el muslo. ¡QUE VALOR!

Este día según las crónicas generosas de portales y prensa la entrada fue según unos tres cuartos según otros algo más de media plaza. Yo, que estaba allí como testigo presencial, sin echar mano de la calculadora, puedo afirmar que no había más de dos mil personas.

Ya sabemos que estos portales viven de la publicidad que ponen las empresas. ¿Qué pueden decir? O sea que, aquí miente todo el mundo. Y el que quiera decir la verdad, como me ha sucedido a mí, este es el portal de referencia.

Me duele decir esto pero no puedo engañarme a mí, ni a los que posibles lectores que pueda tener en este mi debut como narrador en este admirable portal porque, lo intenté en otros y me dieron la callada por respuesta.

Después de dos años casi sin toros por la pandemia, con un fin de semana primaveral,  a treinta kilómetros de Madrid se acaba el papel un día en una plaza de 5000 almas con las máximas figuras del toreo en el cartel. Justo el día que el ayuntamiento compra ese paquete de entradas al que aludo, todo ello sin contar los personajillos que anidaban en el callejón.

Ojo al dato y sin televisión. Que por cierto primero se anunció que televisaría la feria y después fue que no. Ya sabremos los motivos y se lo contaremos.

Esta es la realidad aunque nos duela puesto que, como aficionado madrileño llevo muchos años asistiendo a dicha feria.

¿Qué pensarán los toreros? ¿Qué lo hacen muy bien?

¿Y los ganaderos? ¿Colaboran con el futuro de la fiesta?

O más bien la entierran un poco más. Me apunto a lo último.

Ahora con las máximas figuras del toreo, con tres mil apaños al uso, hablan de triunfos y no se acuerdan de que Ferrera toreó en Valdemorillo en 2005 con toros de Osborne junto a  Serafín Marín y Julio Pedro Saavedra, logrando  tres cuartos de entrada y con televisión. En aquellos momentos Ferrera era un aspirante a la gloria y de sus compañeros ni hablemos.

Valdemorillo, un pueblo donde salía el toro ya no sale, y donde salía algún matador con futuro, tampoco aparece. Está claro que, lo de este pueblo ha sido un desacato en toda regla, eso sí, con la bendición del ayuntamiento. Deduzco que, entre empresa y consistorio han querido engañar a todo el mundo pero, la realidad es que se han engañado ellos mismos, si pudiésemos ver las cuentas lo tendríamos clarísimo. Una pena.

Félix Santoro Rodrigáñez, aficionado de Madrid.